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SOCIEDAD | 23-12-2011 13:21

Tras la ruta del dinero

Informes del Banco Central revelan operaciones sospechosas en cuentas de Pablo Schoklender y de empresas ligadas a su hermano Sergio.

En solo tres meses del 2009, a una de las cuentas personales de Pablo Schoklender ingresaron más de 13,5 millones de pesos, según un informe elaborado por peritos del Banco Central incorporado a la investigación por el presunto desvío de fondos de las Madres, al que tuvo acceso NOTICIAS. Pero lo que llamó la atención de los investigadores no fue solo que el 90% de todos los ingresos registrados entre el 30 de diciembre del 2008 y el 31 de agosto del 2011 se concentraran en los tres primeros meses del 2009, sino que el 98,3% de ellos provenían de la organización que preside Hebe de Bonafini, ya sea por cheques o transferencias desde la cuenta que la Fundación tiene en el mismo banco –el Credicoop– y en el Provincia.

Pablo, como ex apoderado de Madres, era uno de los encargados de firmar los cheques de la Fundación hasta ser echado por Hebe de Bonafini a principios de junio. Hoy es uno de los principales imputados en la causa que lleva adelante el juez Norberto Oyarbide para determinar si los hermanos Schoklender y otras personas de su entorno desviaron en beneficio propio dinero que la Fundación recibió del Estado para la construcción de viviendas sociales. Hasta que estalló el escándalo, Pablo se desempeñaba como director administrativo del programa Sueños Compartidos y su sueldo oficial no superaba los 6.000 pesos mensuales.

Según surge del informe del Banco Central, de las 18 operaciones con fondos de Madres se destacan una acreditación de 5.000.000 de pesos el 5 de febrero del 2009 y dos cheques emitidos a favor de la Fundación por PDVSA Argentina SA y el Municipio de Almirante Brown por 28.965 y 2.000.000 de pesos, que fueron endosados por el propio Pablo y terminaron en su cuenta personal el 15 y el 19 de enero de ese año. A su vez, en el mismo período –del 13 de enero al 20 de marzo del 2009–, de esa cuenta corriente en el Credicoop, el menor de los Schoklender realizó 9 extracciones por caja por 5.800.000 pesos. Los montos retirados variaron entre 400.000 y 960.000 pesos cada vez. Asimismo, Pablo emitió un cheque por 75.000 pesos que depositó luego en otra cuenta suya, en el Banco Santander.

Otra salida llamativa de dinero es la de tres cheques de su cuenta en el Credicoop, firmados por él, a favor de la firma Antártica Argentina, por 452.000 pesos en total, que fueron depositados en febrero del 2009 en la cuenta de la empresa en la sucursal Villa Crespo del Supervielle. Esta sociedad se creó en el 2001, pero no registró actividad hasta la apertura de esta cuenta bancaria a fines del 2008. Está presidida por Alejandro Gotkin, ex contador de Madres, mano derecha de Sergio Schoklender en sus negocios y también imputado en la causa. Si bien siempre se relacionó a Antártica con el mayor de los Schoklender, no figura en los papeles y él arguye que era de “unos amigos”. Por esta operatoria vinculada a Antártica, Pablo podría ser acusado de lavado.

Maniobra delictiva.

El esquema de movimiento de fondos alrededor de las cuentas de Pablo, que reconstruyeron los peritos del Central, alcanza a las cuentas de las Madres, de los principales imputados y de empresas vinculadas. Esta línea de investigación que está siguiendo Oyarbide se inscribe en la trazada por la Fiscalía Antilavado a cargo de Raúl Plee, quien colabora con el fiscal Jorge Di Lello en la reconstrucción de la ruta del dinero que el Gobierno le dio a Madres. La sospecha del magistrado y los fiscales es que además de una presunta defraudación a la administración pública por el desvío de fondos para viviendas, podría haber una maniobra de lavado por el movimiento de dinero entre las cuentas de los Schoklender, sus allegados y empresas que podrían funcionar como pantalla para ocultar crecimientos patrimoniales ilícitos.

Sobre estas dos figuras delictivas girará el pedido de indagatoria que Di Lello tiene previsto elevar a Oyarbide el martes 27, según pudo saber NOTICIAS de fuentes judiciales. La causa ya acumula 104 cuerpos en el expediente principal, con más de 20.000 fojas y varios cuerpos anexos.

Por el cúmulo de medidas de prueba y elementos recabados en la investigación, se descuenta que el pedido incluirá a los hermanos Schoklender y otra veintena de imputados. Ante la complejidad de las maniobras detectadas, la cantidad de gente involucrada y la direccionalidad de todo el grupo, Di Lello analizaría incluir en la indagatoria la figura de asociación ilícita que, por su gravedad, podría implicar que los hermanos Schoklender vayan detenidos tras ser indagados por el juez.

No es la única. El trabajo de los técnicos del Central se extendió a cinco cuentas de Pablo, todas embargadas desde el inicio de la causa, el 3 de junio pasado. Del informe incorporado al expediente surge que en una segunda cuenta que tiene en el Credicoop –en este caso, junto con su hermano Sergio– ingresaron 225.545 pesos entre el 30 de octubre del 2008 y el 30 de abril último. De ese total, nuevamente, el 79% de los movimientos (178.280 pesos) correspondieron a transferencias de la cuenta de Madres en ese mismo banco.

Sergio Schoklender le dijo a NOTICIAS que pese a ser apoderado de la Fundación, en “los últimos dos años” no había firmado “ningún” cheque y evitó responsabilizar a su hermano menor de desmanejos financieros al argumentar que Pablo “cumplía órdenes” ante la necesidad de fondos para los proyectos de viviendas y los “caprichos” de Bonafini. Desde el entorno de Pablo señalaron que estas cuentas se utilizaron cuando las de Madres “tenían problemas operativos”.

En otras de las cuentas del menor de los Schoklender –en este caso una caja de ahorro en el HSBC–, entre el 20 de febrero del 2009 y el 25 de agosto de 2011, ingresaron otros 239.765 pesos. El movimiento más significativo fue el depósito de un cheque por 75.000 pesos el 26 de febrero del 2009, proveniente de su cuenta en el Credicoop. Para los investigadores, esta maniobra – así como otras similares que realizó Pablo entre cuentas propias o de terceros– también constituiría lavado de dinero.

Otra cuenta de Pablo, en este caso en el Santander Río, quedó bajo la lupa de los técnicos del Central. En ella ingresaron 239.765 pesos en el mismo período. En el detalle, se destacan seis depósitos en efectivo de 61.900 pesos y dos cheques de la Fundación por 25.000 pesos cada uno, a favor de la consultora Inmobiliaria American SA, endosados por Pablo, quien los depositó en su cuenta. Del peritaje también surge que de esa cuenta se debitaron gastos de tarjeta de crédito y de servicios por 151.311 pesos.

Estos movimientos de dinero en las cuentas de Pablo llamaron la atención de los investigadores, quienes también pusieron la lupa sobre sus bienes: es dueño de una propiedad en el country El Patacón, en Pilar; posee una camioneta Partner 2006 –cuyo valor ronda los 60.000 pesos– y paga los seguros de un Suzuki Fun 2004 y de un VW Vento 2006.

Empresas pantalla

La operatoria analizada es parte de la ruta del dinero que está investigando la Justicia, tomando como punto de partida los 765 millones de pesos que partieron del Ministerio de Planificación Federal e ingresaron a las cuentas de Madres. A través de estos peritajes contables, Oyarbide pudo detectar sumas millonarias que salieron de la Fundación, no solo hacia las cuentas de Pablo, sino también hacia Antártica Argentina y Meldorek. Esta última es propiedad de Sergio Schoklender y con ella el ex apoderado planeaba construir viviendas con un sistema de paneles móviles y vendérselas a la Fundación. Ambas empresas forman parte de la una red de sociedades anónimas en las que se repiten nombres y direcciones, que están siendo investigadas por la Justicia ya que podrían haber sido utilizadas para lavar el dinero proveniente de las Madres.

En el caso de Antártica, al no registrar actividad previa, la hipótesis de los investigadores es que fue utilizada para ingresar y extraer dinero que entraba a la Fundación para las obras de viviendas. Entre febrero y junio del 2009, pasaron por su cuenta en el Supervielle algo más de 5.000.000 de pesos, de los cuales 3.904.600 fueron cheques de las Madres, 487.025 pesos provenían del Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires, y 452.000 pesos llegaron desde una cuenta de Pablo en el Credicoop. El resto del dinero se repartió entre depósitos en efectivo y transferencias desde otra cuenta de Gotkin –presidente de la firma– por 71.000 pesos. La mayor parte de ese dinero –4.378.955 pesos– fue retirada en efectivo y por caja en la sucursal Villa Crespo del Supervielle por el propio Gotkin, mano derecha de Sergio Schoklender dentro de la Misión Sueños Compartidos.

En cuanto a Meldorek, otro informe del Banco Central detectó que, entre el 26 y el 31 de mayo del 2010, ingresaron 21.613.124 pesos y salieron 20.995.654. Hacia esa cuenta se realizaron 48 transferencias electrónicas, de las cuales 16 fueron de la Fundación por un importe de 2.916.885 pesos, el 27% del total transferido. Además, las Madres depositaron allí cuatro cheques por 250.000 pesos.

El dato que más sorprendió a los investigadores fue que una empleada de Meldorek llamada Daiana Troncoso, de apenas 19 años, realizó el 60% de los depósitos, todos en efectivo, por un total de 4.629.895 pesos. El destino que tuvo el dinero de esa cuenta también resulta llamativo. Gotkin se llevó por ventanilla otros 280.000 pesos. Pero no fue el único: la misma Troncoso retiró 213.800 pesos de allí y otra empleada de Meldorek –Mariana Tercero, de 27 años– cobró por caja 425.326 pesos. Ninguna de las dos empleadas podrían justificar con qué finalidad se habrían retirado esos montos. Sus explicaciones podrían ayudar a develar el verdadero destino de los fondos triangulados.

Tras el análisis de estos llamativos movimientos de fondos, los investigadores habrían llegado a establecer que la maniobra global consistía en tomar cheques con los que el Estado le pagaba a Madres, transferirlos a cuentas personales o de empresas vinculadas a los Schoklender y su entorno, o cambiarlos por efectivo en financieras para luego depositar ese dinero en sus cuentas. Para que Oyarbide pueda terminar de establecer la ruta completa del dinero, solo faltaría que lleguen a su juzgado los informes de los movimientos de fondos de cinco cuentas más de Madres, del total de 24 que el juez encargó analizar al Banco Central. Con esa información, el magistrado debería poder completar la reconstrucción del circuito de los fondos que el Estado le dio a Hebe de Bonafini. Entonces, la madeja debería empezar a desenredarse y será tiempo de que los acusados den sus explicaciones ante la Justicia.

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por Mariel Fitz Patrick

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