Thursday 28 de March, 2024

SOCIEDAD | 06-03-2012 15:57

En el nombre de Lucas

María Luján Rey y Paolo Menghini, los padres de la víctima 51 del tren hablan de negligencias y responsabilidades. El recuerdo emocionado pero calmo de su hijo.

Lucas Menghini Rey tenía 19 años y dos pasiones en la vida: la música y su pequeña hija Guadalupe Paz. “Chimu”, como le decían sus amigos –sin que sus padres supieran por qué, “tal vez porque fumaba mucho”, dice su mamá–, era un “pibe de barrio” al que le gustaba andar en bicicleta, jugar al fútbol y juntarse con sus amigos en la plaza. Cuentan sus padres Paolo Menghini y María Luján Rey que desde los dos años, mostró dotes musicales y un fuerte carácter que padeció más de una maestra del Instituto Belgrano de San Antonio de Padua. A los 16 años fue papá y tomó la decisión de acompañar a su novia Romina, un año mayor que él, en la crianza de la beba. Una crisis emocional lo llevó a abandonar el colegio ese mismo año, al no encontrar la contención de los docentes. Entonces, se dedicó a Paz y a componer canciones para el repertorio de “Chimu y sus Chimeneas” y “Sistemática”, sus bandas de folk rock. Ensayaba en un garaje de la calle Pueyrredón y tocaba en Frida, un conocido bar de la zona Oeste del conurbano.

Convertido hincha de River (en su infancia fue de Boca), no sintió tanto el descenso a la B como la muerte de Luis Alberto Spinetta. “Un bajón”, escribió al respecto en su muro de Facebook. Vivía con su papá Paolo en un departamento cercano a la estación de Padua, del ferrocarril Sarmiento, para poder llegar más rápido al trabajo, un call center ubicado cerca de la terminal de Once. Su muerte transformo a su padre, periodista y editor de video, y a su madre, docente, en las voces más dramáticas –y a la vez mesuradas– de una tragedia que podría haberse evitado.

Tras 57 horas de intensa búsqueda, por parte de sus familiares y amigos, el cuerpo del joven músico apareció en el cuarto vagón del tren de la tragedia, que el 22 de febrero se estrelló en la estación de Once y desnudó tanto la crisis del sistema ferroviario como los déficits de los servicios de contención a las víctimas y de la pesquisa policial que debió haberlo encontrado. Su padre, editor y periodista de Canal 7, buscó en imágenes de las cámaras de vigilancia de las estaciones hasta ubicarlo. Aunque su prudencia no lo lleve a decirlo, Paolo se puso al frente de una búsqueda para la que un Estado deshumanizado mostró falencias e incapacidad. En la tarde del viernes 24 de febrero, Lucas se convirtió en la víctima número 51 de la tragedia como si la misma se hubiese repetido. Su nombre tomó el tono de la desidia estatal. Sus padres reciben a NOTICIAS en la casa familiar de Padua. Allí viven, desde que el matrimonio se separó hace unos años, María Luján y la hermana de Lucas, Lara (16). El dolor se nota en la mirada de todos.

Noticias: ¿Cómo sobrellevan la muerte de su hijo con tanta entereza?

María Luján Rey: Perdí a un hijo y lo sufro. Soy consciente de que no lo tengo más, pero siento mucha paz porque yo fui la responsable de la vida de Lucas, y sé que tuvo una vida feliz. No soy la responsable de su muerte. Por eso duermo, con dolor, pero tranquila. Si tengo fuerza es porque siento la obligación de encontrar a los culpables.

Noticias: ¿Cómo despidieron a Lucas?

María Luján: Cantamos y bailamos. No fue un velatorio, fue una despedida. El cuerpo de Lucas estaba en un cajón rodeado de todas las cosas que le gustaban.

Noticias: ¿La empresa TBA se comunicó con ustedes?

Paolo Menghini: No lo intentó ni tampoco extrañamos su llamado. Nosotros no tenemos nada que hablar con TBA bajo ningún motivo ni concepto. Solo nos une la causa judicial.

Noticias: Aunque ustedes no lo deseen, ¿no creen que es inevitable el impacto político de Lucas y de la tragedia?

María Luján: En estas circunstancias se hace más evidente la miseria humana y siempre hay alguien que lleva el agua para su molino. Yo voy a hablar de la tragedia que se llevó a 51 vidas y que me hicieron buscar durante tres días a mi hijo.

Paolo: Nadie va a lograr que le pongamos nombre propio a esta tragedia, no lo van a conseguir, cualquier utilización política de esta situación es antojadiza.

Noticias: ¿Cómo fueron esas 57 horas de búsqueda?

María Luján: Tuvimos que buscarlo nosotros porque los que tenían que buscarlo no lo hicieron. Yo no dormía pensando que mi hijo podría estar esperándome. Tuvimos que convencer a quienes debían buscarlo que Lucas había subido al tren. Lo logramos cuando pudimos ver los videos y Paolo lo reconoció. Me banqué mirar miles de imágenes horrorosas del rescate y me mostraron tres veces fotos de los fallecidos en la morgue. Hubo gestos. El funcionario que dijo que mi hijo estaba en el Piñero (N. de la R. Claudio Avruj, subsecretario de Derechos Humanos de la Ciudad) me pidió perdón personalmente y lo disculpé porque pude ver que esto desbordó a todos.

Paolo: El día de la tragedia, no recibimos ayuda de nadie. Tuvimos que recorrer uno a uno los hospitales y me quedé hasta que sacaron al último cuerpo de la estación. En un momento, con la ayuda de amigos de Lucas, teníamos cubiertos todos los hospitales de la ciudad y de provincia. Había gente sin recursos que también buscaba a sus familiares y no podían hacer nada o tenían que viajar en colectivo de punta a punta de la ciudad. Nadie los ayudaba. Fue muy duro.

María Luján: Al segundo día, nos asistieron del Desarrollo Humano de la Ciudad y Social de la Nación. Pero la ayuda fue acompañarnos a nosotros. Eran dos camionetas con gente divina que nos llevaban adonde nosotros le decíamos. Pero es increíble que no haya habido un lugar donde centralizar la información. El listado de los heridos sumaban 200 personas, ¿dónde estaba el resto? Estuvimos muy solos.

Noticias: ¿Les ofrecieron asistencia psicológica?

María Luján: No recibimos ningún llamado, ni de Nación ni de la Ciudad. Solo asistencia psicológica de la municipalidad de Merlo. Hicimos una consulta para ver cómo lo manejábamos con Paz.

Noticias: ¿Pudieron hablar con su nieta?

María Luján: No le mentimos. Le dijimos a la nena que su papá se había lastimado mucho en el tren y que se murió.

Paolo: Estamos juntando los videos y fotos de Lucas para que ella lo tenga y, cuando crezca, pueda recordar a su papá cuando quiera.

Noticias: ¿Qué opinan sobre la intervención a TBA?

Paolo: Nosotros buscamos que se revise el pasado. La intervención es un paso al futuro. Si sirve para encontrar a los responsables y mejorar el servicio, bienvenido.

Noticias: ¿Cómo tomaron que Cristina Fernández de Kirchner los nombrara en su discurso de Rosario?

Paolo: No nos produjo una sensación especial. La mención que es emocionante para nosotros, es la de toda la gente que buscó a Lucas a nuestro lado. La Presidenta nombró a una serie de personas, no solo a él. Nuestro hijo es especial por una deficiencia en la búsqueda, pero él es igual a las otras 50 víctimas.

Noticias: ¿Esperaban otra reacción del Gobierno?

María Luján: Estábamos esperando encontrar a Lucas. No nos interesaba otra cosa. Desde que lo encontramos, empezamos a buscar respuesta a nuestra principal pregunta: Quiénes son los responsables de la tragedia y quiénes no se dieron cuenta de que Lucas estaba en el mismo lugar en el que se subió. Nadie lo buscó.

Noticias: ¿Confían en la labor de la Justicia?

Paolo: Sí. El juez Claudio Bonadio está actuando con decisión para llegar a los responsables. Creemos que el Estado argentino ampara a sus ciudadanos y buscan a quienes la vulneran.

Noticias: ¿Quiénes creen que son los responsables?

María Luján: Muchas causas convergen para que suceda la tragedia y, por negligencia u omisión, no encontraron a Lucas. Cuando hablás de una multicausalidad, indefectiblemente, tenés que referirte a muchos responsables que pueden surgir de diferentes lugares. Pero eso lo tiene que determinar la Justicia.

Noticias: ¿Van a exigir una reunión con la Presidenta como lo hicieron otros familiares?

Paolo: Que nos reciba no va a hacer la diferencia. Ella ya pidió que la Justicia haga su trabajo.

Noticias: ¿Qué simboliza Lucas en la tragedia?

Paolo: Lucas simboliza muchas cosas que concurren en una sola tragedia. Es el símbolo de algo que nos llena de amor: la solidaridad de todo el país. En la parte más fea es el significado de un nivel de inoperancia, de un despropósito total del salvataje que se da por cerrado con 50 muertes. Es el símbolo de que nos falta mucho que aprender en materia de catástrofes. Yo vi cómo, al sacar los cadáveres por la parte trasera de la estación, cientos de personas pasaron por al lado de donde estaba mi hijo. Si hubieran puesto una escalera, lo habrían visto. Las víctimas todas son el símbolo de las inversiones no hechas y la falta de control. Y no es una valoración política, sino real y objetiva. Esto con mantenimiento y control, no sucedía. Es evidente que hubo fallas en todos los estamentos.

Noticias: ¿Tenían miedo de que Lucas viajara en el Sarmiento con todas las deficiencias que tiene el servicio?

María Luján: Los que tomamos el tren tenemos miedo de que te roben, te empujen, de que descarrile o no llegar a tiempo al trabajo. Uno como padre siempre tiene miedo de lo que les pase a sus hijos, pero también sabe que tienen que hacer sus cosas más allá de ese miedo. ¿Qué le voy a decir? ¿No trabajes? La vida de Lucas fue absolutamente libre, más allá de nuestros miedos.

Paolo: Lucas tenía que laburar. Necesitaba la guita para la manutención de su hija. Se subió en el lugar que lo hizo porque los sistemas de seguridad fallan.

Noticias: ¿Qué piensan de la frase del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina: “Las vidas perdidas, están perdidas”?

Paolo: Cuando leí eso me enojé mucho, pero enseguida pedí la grabación y lo escuché. Lo sacaron de contexto. Yo no estoy protegiendo a nadie y el concepto en el que el tipo lo dice es: el daño ya está hecho, el tema es qué hacemos para adelante. La única persona que derrapó fue Nilda Garré. Y es la única a la que criticamos con nombre y apellido porque es lo menos que se merece.

Noticias: ¿Recibieron alguna disculpa de la ministra?

Paolo: Intentaron contactarnos después del acto. No estábamos en condiciones de escucharlos. No tenía la fuerza anímica para atender y mantener la cordura. Les mandé a decir que si quería hablar con alguien, que llamara a María Luján. No sucedió.

Paolo trabaja en la edición del noticiero de Canal 7 hace ocho años. “El día de la tragedia, llegué al trabajo a las 8.25. Quince minutos más tarde, fui a buscar un material a la redacción y vi a todos los productores corriendo y a los gritos. Me dijeron lo que pasó. Inmediatamente pensé: '¡ Es el tren de Lucas!'. Lo llamé al celular, pero ya no me contestó”.

Noticias: ¿Cómo evalúan la cobertura de Canal 7?

Paolo: Mis compañeros me acompañaron y recibí el respaldo de todas las autoridades, incluido Tristán Bauer. No tuve ningún tipo de condicionamiento. Ni para hacer ni decir lo que se me cante. Televisaron nuestra carta de punta a punta sin saber lo que íbamos a decir. Del canal solo recibí espacio y apoyo.

Noticias: ¿Cómo recuerdan a Lucas?

María Luján: Siempre fue muy meticuloso, exigente con sí mismo y tenaz. No tenía maldad, era un tipo sano, auténtico, noble, terco y calentón. Lo sacaban las injusticias. Los quilombos que tuvo en la escuela fueron por eso. Por defender a sus amigos, se metía en problemas. Se dejaba el bigotito para parecer más grande, pero era un nene.

Paolo: Era un pibe de 19 años que tenía conceptos cuasi filosóficos en la cabeza. Cuando, en una de sus canciones, dice: “No pierdas más la calma que la paciencia no es tan cruel”, está diciendo que todo va a pasar cuando tenga que pasar. Ni antes ni después. Yo soy músico, pero nunca pude hacer lo que él hacía. Era autodidacta. Para mí era una usina de amor, desde que nació hasta que se fue.

“Lo malcriaba mucho”, dice con una sonrisa Paolo, que aparece luego de llorar durante el final de esta entrevista. “Dos días antes de su muerte lo llevé a cenar”, agregó. Y su mamá recuerda: “La última noche que lo vi lo saludé con un 'te amo' y me dijo que él también. Era la primera vez que nos despedíamos así. Al menos, se lo pude decir”.

por Cecilia Di Lodovico

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