Tuesday 16 de April, 2024

LIBROS | 20-04-2012 14:11

Los baches de la red

“En torno al arranque del siglo XX algo empezó a salir mal en la revolución digital”, dice la primera página. El blanco de Jaron Lanier, experto en informática, músico, artista gráfico y escritor, es la inundación de “diseños intrascendentes” de la llamada “web 2.0” (también conocida como “interactiva”, o menos precisamente, “redes sociales”). En su opinión hay una ideología, o “autoritarismo cibernético” que idealiza y exagera conceptos como “nube” o “mente colmena”. Para sus gestores la profecía es que la “red” pasará a convertirse en un ser con vida propia. Los seres humanos, o personas, por su parte, son trivializados y masificados por las tecnologías de cada vez mayor escala a las que se “ancla” el software.

A mayor tamaño, dice Lanier, mayor probabilidad de dificultades objetivas, mayor aplanamiento de las características reales o creativas. Da el ejemplo del sistema MIDI, usado en música para representar las notas musicales, que terminó por atrapar la música dentro de un molde más bien mecánico. Para Lanier, eso llevó a una falta de aportes realmente originales en los últimos 15 años. Compara la remota posibilidad de cambiar un sistema grande vigente a la de cambiar las redes de los subtes de Londres, que en su estrechez impiden su ventilación.

El libro lleva el subtítulo de “manifiesto”. En su discusión, Lanier es directo, ingenioso, apasionado. Elige los temas con claridad para oponerse a los teóricos de Silicon Valley. Si ellos dicen “La información quiere ser libre”, él contrapopone: “Yo digo que la información no merece ser libre. (...) La experiencia es el único proceso que puede desalienar la información”.

Como entusiasta idealista de la informática en sus comienzos, hoy lo saca de quicio, en cambio, el modo en que núcleos como Google, Linux o Wikipedia aportan muy poca originalidad y demasiado reciclaje de cosas preexistentes. En el capítulo “Retrópolis” pregunta: “¿Dónde está la música nueva? Todo es retro, retro, retro”. En la última parte expone teorías sobre el desarrollo del lenguaje, y sus proyectos, basados en los cefalópodos y su capacidad de cambio, digna de auténticos Transformers.

El libro es breve y claro: pelea, propone, aporta datos sobre el modo en que los servidores de la red canalizan hacia determinados lugares prioritarios (en especial Wikipedia). El título original sería más bien “No somos aparatitos (gadgets)”. Con su pelo “rastafari”, sus instrumentos de música de hace milenios, y sus aportes a la informática, Jaron Lanier claramente no lo es.

por Elvio E. Gandolfo

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