Parece un actor que hace de presidente norteamericano en una película de Hollywood. Su aspecto es más presidencial que el de los presidentes reales. El problema de Mitt Romney es que tiene un par de señas particulares que no son tan presidenciales como su porte cinematográfico.
Además, la forma en que se definió la interna republicana dejando la postulación en sus manos, debilita las bases partidarias. Sucede que el favorito de la militancia conservadora era Richard John Santorum. Con su moralismo oscurantista y su pose de santurrón, este ex senador de Pensilvania logró expresar el notable giro del partido de Ronald Reagan hacia posiciones retardatarias.
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por Claudio Fantini
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