Friday 19 de April, 2024

PERSONAJES | 11-05-2012 13:51

“Mi cine no es la remake de ‘Carne’”

Publicitario, cineasta como su abuelo y su padre, cosecha elogios con su ópera prima, “El último Elvis”. Simulacros y paternidad.

El problema es el nombre. Corrección: no el nombre sino lo que arrastra, su estela fosforescente. Su cola de novia de selvas, de gauchos libidinosos, de caballos al galope y de una mujer –siempre la misma– dada a frotarse los pechos como si fueran dos grandes bolas de cristal. Ese hombre que llega puntual a la cita tiene –y lo sabe– un nombre que no hay “junior” que alcance a matizar. Se llama Armando Bo (Jr.), es publicitario de profesión y cineasta de pasión. De sangre. Acaba de estrenar su ópera prima (“El último Elvis”, una belleza bonsái sobre un devoto del ídolo norteamericano) y tiene el nerviosismo de un padre de quintillizos. Es que la película, recibida muy bien en el Festival de Sundance, cuenta con una red de apoyo financiero que no cualquiera (entre ellos, su propia productora, ReBOlución; su padre, Víctor Bo, y la productora Kramer & Sigman Films, entre otros) pero debe bajar a la arena del circo romano y medirse en las salas, butaca a butaca, con varios tanques Sherman “made in Hollywood”.

Justamente por eso, este chico con algo de pantera negra se presta obediente a la charla. Y bosteza, y pide disculpas. “Es que… Amador. Estoy durmiendo mal”, confiesa. Amador tiene dos años y pocas ganas de dormir. Y aparece entre los agradecimientos en el film “porque entiendo que, a su manera, habrá sufrido el rodaje. Fue un modo de agradecerle que se la hubiera bancado. ¡Como macho!” (risas) Pero también porque él me ayudó en mi apertura, y a entender la temática de ser padre, y de cómo te puede hacer sentir un hijo”.

Noticias: ¿Pero usted no es muy joven para andar teniendo hijos?

Armando Bo: No, tengo 33 años, ya no soy tan chiquito.

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por Fernanda Sandez

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