El hogar del clan Blaquier sobre la porteña plaza San Martín volvió a tener el movimiento habitual. Carlos Pedro Blaquier retornó a la Argentina y prepara su estrategia legal.
Tras su tour europeo –algunos dicen que también pasó por Sudáfrica–, el empresario alternó entre el silencio y la ironía. No quiso dar entrevistas, pero pretendió engañar a los periodistas cuando se retiraba del Cuerpo Médico Forense de la porteña calle Lavalle el miércoles 30 de mayo. “Yo no soy Blaquier, Blaquier está atrás”, ironizó rodeado de seis guardaespaldas. Fue tras realizarse las pericias que ordenó la Justicia para determinar si podía responder en Jujuy si el Ingenio Ledesma –su empresa– colaboró con la última dictadura militar: lo acusan de haber prestado camionetas utilizadas en los operativos que engrosaron la lista de desaparecidos.
Íntimos. Blaquier regresó la semana pasada de Europa, donde, según sus allegados, estaba por derivación de su médico para realizarse estudios. En su periplo europeo, se rodeó de sus íntimos. Durante los casi 45 días fuera del país no se despegó de su mujer, Cristina Khallouf. Dos de sus hijos también llegaron hasta el Viejo Continente para acompañarlo. Santiago –el tercero de los varones– y María Elena –conocida por todos como “Mimi”– viajaron para asistir a su padre.
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por Francisco Zoroza
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