Si el fútbol es la geografía en la que una microrrealidad, la deportiva, puede ejercer como actor desagraviante de lo macrosocial, la Eurocopa –que se disputa desde el viernes 8– puede escenificar otra de esas pequeñas venganzas simbólicas: la España de Xavi, Iniesta e Iker Casillas llega como favorita para dictar cátedra ante el resto del continente, mientras la España de Mariano Rajoy repta por los subsuelos económicos de la Unión Europa.
Aventurar el desenlace de la Eurocopa es imposible. Pero algunas de esas paradojas, como la de una España futbolísticamente sustentable ante una Europa que intenta copiar la receta de su éxito, ya quedaron de manifiesto aun antes del comienzo del torneo y ningún resultado podrá modificarlas: de los 3.963 millones de euros en que están valuados los jugadores de las 16 selecciones, España es la mejor cotizada, con 736, muy por encima de los 459 de Alemania, 399 de Inglaterra y 371 de Portugal.
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por Andrés Burgo
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