Mauricio Macri está indefenso. A las preocupaciones por la gestión diaria y las internas evidentes de Boca Juniors, donde pisa fuerte, ahora se le suma un eventual traspié que lo desvela más que cualquier otra cosa: el jefe de Gobierno porteño no encuentra bufete de abogados que se haga cargo de su defensa en la causa de las escuchas ilegales del PRO.
“Los tiempos judiciales no los vamos a manejar nosotros”, repitió Macri en un par de oportunidades ante sus íntimos, días después de la resolución del juez federal Norberto Oyarbide que cerró la instrucción de la causa e inició el camino para el juicio oral.
Durante más de un año, el jefe de Gobierno fatigó los medios con acusaciones al kirchnerismo y al propio juez, a quien acusó de ser funcional al Gobierno, y hasta le restó importancia al expediente en el que está procesado por supuesta asociación ilícita. Ahora, Macri entendió que su futuro judicial podría complicar sus ambiciones presidenciales, y los primeros en caer en desgracia fueron sus abogados, Santiago Feder y Ricardo Rosental.
Más información en la edición impresa de la revista
por Federico Mayol
Comentarios