En el discurso de los artistas suele haber un cierto despiste y un tinte algo delirante, como si no tuvieran los pies en la tierra por completo. Pablo Reinoso, en cambio, es simple y concreto, habla como un hombre de negocios pero denota una pasión constante y una vocación muy clara. Probablemente ese equilibrio le facilitó el puesto de director de Arte de Givenchy en París y la colaboración con Kenzo y otras marcas del poderoso grupo Louis Vuitton Möet Hennesy (LVMH).
Dentro de ese marco participó en la última edición de ArteBA: Chandon le encargó a Reinoso dar la bienvenida al “Barrio joven” de la muestra, y lo hizo en su espectacular y ya característico modo: colgando del techo una enorme nube de acero reflectante y colocando en el piso unos extensos colchones que permitían recostarse para disfrutarla mejor. “Quise crear algo que literalmente acogiera y envolviera a los visitantes”, apunta, remitiéndose a la búsqueda de función, uno de los rasgos más particulares de su estilo.
Instalado en París desde sus 23 años, vive con su mujer Victoria y sus hijos Matías y Rodrigo. Expuso en América, Europa y Asia, y el Malba exhibe una de sus obras (“Enredamaderas”), un banco de plaza que termina en firuletes, como si fueran spaguettis de madera: un buen exponente de su veta surrealista.
Noticias: ¿Cómo ve al segmento joven en el arte argentino?
Pablo Reinoso: Igual que lo veo hace un tiempo en Europa: en ebullición. Argentina ya tiene muchos artistas que son partícipes del cronograma mundial. Suelo estar muy atento para ver qué y quién se viene y si puedo dar una mano.
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por Vicky Guazzone
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