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POLíTICA | 31-08-2012 13:29

Los otros Boudougates

Acumula ocho causas además de Ciccone. Papeles truchos y excusas insólitas.

Amado Boudou cayó en desgracia y los miembros más supersticiosos del Gabinete hicieron correr el rumor de que sus problemas podrían ser “contagiosos”. Por ese motivo, el nuevo chiste entre los funcionarios es llevar su mano derecha a la zona inguinal cada vez que escuchan el apellido del vicepresidente, en busca de alguna protección metafísica.

Boudou no logra cortar la sangría política del escándalo Ciccone: además de ese voluminoso expediente donde lo imputaron por negociaciones incompatibles con la función pública, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, hay otras ocho causas en la Justicia federal que lo tienen como protagonista. Aquí están.

Los autos locos. El vicepresidente no se caracteriza por su prolijidad. En su declaración jurada correspondiente al año 2010 aseguró haber adquirido su departamento en Puerto Madero el 11 de agosto del 2008, y en la de este año informó que lo compró en marzo del mismo año. No es la primera vez que Boudou tiene problemas con las fechas: el juez Claudio Bonadio lo investiga por la falsificación de los papeles del auto Honda CRX Sol de color rojo patente WIT 716. El vicepresidente aseguró a la Oficina Anticorrupción en el 2010 que había comprado el vehículo el 1º de julio de 1992. Sin embargo, en su última declaración reconoció que la fecha de compra fue el 8 de noviembre de 1993. La “picardía” de adelantar un año el momento de la adquisición era para evitar que el auto se transformara en un bien ganancial. Es decir, Boudou fraguó la fecha de compra de un auto para no tener que dividirlo con su ex mujer durante el divorcio.

Pero en la causa existen elementos más graves: en los formularios de las operaciones comerciales del vehículo aparece una firma falsa de Boudou, una verificación policial apócrifa, un domicilio inexistente declarado por el vicepresidente y hasta inconsistencias con el número de motor. Boudou asegura haber sido engañado en su buena fe e insólitamente intentó presentarse como querellante. Bonadio le dijo que no. Su rol es el de imputado.

En la actividad oficial, también los autos le generaron problemas al vicepresidente. La adquisición sin licitación de 19 vehículos Volkswagen por parte del Ministerio de Economía está siendo analizada por el juez Sergio Torres. Los autos fueron comprados de manera directa en la concesionaria Guido Guidi por un valor de 2.301.227 pesos. La ley exige que toda compra mayor a los dos millones de pesos debe ser realizada por licitación. La explicación que ensayó el Ministerio en la Justicia es insólita: aseguran que la licitación ya estaba lista, pero justo antes de ponerla en práctica, vieron un aviso en un diario que anunciaba que la concesionaria Guido Guidi vendía un lote de autos con las mismas características que necesitaba Economía a un precio mucho menor. El juez, que investiga también el rol de la concesionaria, ordenó medidas para comprobar la veracidad de esta explicación. Curiosamente, uno de los autos adquiridos lo disfrutó durante un tiempo el fallido candidato a procurador general, Daniel Reposo.

Más causas en la edición impresa de la revista.

por Diego Leuco

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