Tuesday 16 de April, 2024

PERSONAJES | 21-09-2012 11:52

“Los mapuches han sido grandes joyeros”

Después de 30 años en París creando joyas y muebles para Chanel, Baccarat y otras griffes, regresó al país y reivindica el arte criollo.

Posiblemente pocas personas sean capaces de decir lo que piensan con tal precisión como Marcial Berro. Nada en su discurso está librado al azar; cada palabra es pensada y saboreada con fruición, solo dicha una vez que está seguro de que esa es realmente su idea. Lejos del estrés y la ansiedad, su dedicación es una rara avis para los tiempos que corren.  Sin embargo, basta adentrarse en la historia de Berro para comprender mejor de dónde proviene su plácida rigurosidad. Interesado en las artes desde muy chico, una infancia en La Plata lo proveyó de invaluables horas de cine, música y teatro, siendo tanto espectador como artífice.

A los 18, empero, la ciudad le quedó chica, y decidió instalarse en Nueva York, donde conoció a Andy Warhol, Salvador Dalí y otros popes. Allí dio sus primeros pasos en el diseño de joyas, con tan buen tino que la siguiente mudanza lo llevó a la gran cuna de los artesanos: París. Lo que siguió fueron más de 30 años de trabajo inspirador, en los que su creatividad se extendió de la joyería a los muebles, las alfombras, los objetos y a cuanto desafío se le cruzara, logrando trabajar para marcas como Chanel, Yves Saint Laurent y Baccarat, entre otras. Y finalmente, Marcial ha trocado la Place Vendôme por un bello departamento en San Telmo. Desde allí, continúa creando, explorando en los artesanados locales y el arte criollo.

Noticias: ¿En qué está trabajando ahora?

Marcial Berro: Estoy haciendo cerámicas y textiles, y al mismo tiempo tengo una exposición de muebles en París. Siempre me gustó mezclar la orfebrería con otros artesanados, y así trabajé con ebanistas desde temprano. Los muebles que estoy presentando son a la vez funcionales y ornamentales.

Noticias: ¿Por dónde pasa su búsqueda de inspiración?

Berro: En realidad, con cada nueva inspiración estoy tratando de renovar mis ganas de seguir viviendo. Por eso siempre tengo proyectos. Y tras muchos años en la joyería en París, mi regreso a Buenos Aires me hizo tomar distancia. Hoy estoy redescubriendo este espacio y, justamente, renovando las ganas.

Noticias: ¿Diría que volvió a su país para reconectarse con lo criollo?

Berro: Yo nunca me alejé de lo criollo. Es más, yo hacía que orfebres, cristaleros y vidrieros europeos hicieran formas muy relacionadas con lo criollo y nuestra región. Evidentemente, eran cuestiones que perduraban en mí desde chico.

Noticias: ¿Cómo ve el trabajo de otros colegas argentinos?

Berro: A mí los que me encantan son los mapuches, que considero grandes joyeros. Todos los pueblos se adornan, pero ellos han logrado un arte extraordinario. A veces pienso para qué seguir haciendo cosas, con todo lo que han hecho ellos…

Noticias: ¿Se considera artista o artesano?

Berro: No me interesa definirme. Lo que me define es el trabajo que termino, lo que muestro. Yo estaría listo para hacer teatro, por ejemplo, pero eso no quiere decir que me considere actor. Nunca dije “quiero ser un artista”.

Noticias: Sin embargo, siempre tuvo muchos intereses y pulsiones, ¿cómo decantó la joyería como principal actividad?

Berro: Empecé a hacer teatro, a escribir, a viajar… Siempre fui haciendo lo que tenía ganas. Y entre todas esas cosas, hacía garabatos y dibujitos, y un día un dibujo se transformó en un anillo, y al día siguiente en un arete... Y luego llegó el día en el que conseguí quien me produjera mi primera colección. Estando en Nueva York hice mi primer trabajo, y la verdad es que tuve mucho éxito. Como las personas que me alentaban era gente que yo respetaba mucho, me dieron entusiasmo para seguir. El tiempo pasó y de golpe entendí que hacía mucho que estaba haciendo eso y que era mi camino. Descubrí que me encantaban los talleres, los artesanos y todo lo que es manual. Por eso me gustó el norte de África, India, Tailandia, muchos países de Europa, porque hay un margen de artesanado tradicional que sigue vivo. Muchos en la agonía, pero mi decisión fue trabajar con eso.

Noticias: ¿Cómo fue la llegada a Nueva York?

Berro: Era 1966, y en ese momento Nueva York era una ciudad donde estaban ocurriendo cosas extraordinarias. Llegaban los primeros hippies y se estaban operando grandes cambios muy esperados en las costumbres, al menos para mi grupo, que era muy curioso y muy creyente de la libertad. Allá no me dediqué desde el principio a las joyas, sino que comencé trabajando de muchas otras cosas, porque tenía que sobrevivir. Pinté paredes, hice de babysitter, atendí el bar de un restaurante… Pero por suerte al tiempo entendí que si uno produce algo con pasión, después puede haber una demanda. Hay que tener determinación, incluso para ser pobre con lo que uno hace.

Más información en la edición impresa de la revista

por Vicky Guazzone

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios