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SHOWBIZ | 26-10-2012 11:58

Esos lindos chicos pop

Claves de un fenómeno millonario: las bandas vocales que hacen suspirar a las chicas.

Desde los alocados años '80 en adelante, una vez por década vuelven a ponerse de moda las “boy's bands”, esos quintetos –a veces cuartetos– estrictamente vocales que se caracterizan por ser un producto “de diseño”. Sus formaciones responden a patrones cuidadosamente estudiados. Sus looks son obra de cráneos del marketing. Tienen coreografías ensayadas al detalle. Sus canciones (compuestas y arregladas siempre por productores hiperprofesionales) son creadas nota por nota para convertirse en hits instantáneos. Los respaldan discográficas grandes y, detrás de cada cancioncita de amor canturreada a cuatro voces, hay una campaña de promoción que garantiza el exitazo.

Hoy, bandas como One Direction o Big Time Rush son responsables del resurgimiento del formato y han heredado el podio de los que ya son leyenda, como los Take That, Westlife o los Backstreet Boys (inclusive, yendo más atrás en el tiempo, los New Kids on the Block). Según Nick Gatfield, CEO de Sony Music UK, el 2012 fue el año de One Direction: entre discos, giras y merchandising, facturaron 50 millones de dólares. Big Time Rush –el otro fenómeno del año, con programa de TV propio en Nickelodeon– lleva vendidos 12 millones de discos a nivel mundial. Nada mal.

El futuro, en cambio, parece alejarse de los grupos anglosajones de la mano de un nuevo fenómeno: el pop japonés y coreano. Lo que sí parece ser seguro es que las “bandas de chicos lindos” que cantan pop y soul almibarado tienen un espacio en el mercado, un nicho al que siempre se puede volver.

Más de treinta años. El género ya cumplió las tres décadas, aunque sus orígenes pueden remontarse aun más atrás en el tiempo. Algunos especialistas consideran por ejemplo a The Osmonds (1958-1980) o a los Jackson Five –la banda donde debutó Michael Jackson junto a sus hermanos, a fines de la década del '60– como los antecedentes más remotos. El suceso de más de 100 millones de discos vendidos por los hermanos Jackson a lo largo de casi cuarenta años habla por sí solo. Pero el gran hito de las bandas vocales llegó en 1984, con la irrupción en el mercado de los New Kids on the Block. Creados por el productor Maurice Starr, acumularon en diez años de carrera dos American Music Awards y ventas de 80 millones de placas. Su regreso a las giras en el 2007 trajo aparejado un nuevo furor: el de las ex adolescentes ochentosas reconvertidas en señoras de las cuatro décadas que volvieron a pagar por discos y tickets para verlos en vivo, sobre todo en la gira 2011/2012 que compartieron con otro ícono pop de época: los Backstreet Boys.

Considerados la “boy's band” de mayor éxito, los Backstreet Boys llevan grabados siete álbumes de estudio y, en casi dos décadas de carrera –su debut fue en 1993– vendieron más de 130 millones de discos.

La década del '90 sería, sin embargo, la de mayor eclosión. Take That (tuvieron su momento de gloria de 1990 a 1996 y una reunión en el 2005, con 45 millones de discos vendidos), N'SYNC (1995-2005, 55 millones de placas) y los irlandeses Westlife (los últimos en sumarse a la movida, en 1998, que se desbandaron este año) figuran entre los nombres más notables de un género que no ha dejado de llenar bolsillos.

Estereotipados. Las “boy's bands” son productos medidos y calculados hasta el detalle más ínfimo. Sus estilos, cuando no reflejan la última de las modas, directamente la imponen. El apoyo de las revistas dedicadas al público adolescente es clave y la producción de videoclips sofisticados es una de las aristas de la difusión. Inclusive, los roles que cada miembro de la banda cumple –lo que proyecta hacia el público–, es parte de un cuidadoso plan.

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por Diego Gualda

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