Friday 29 de March, 2024

COSTUMBRES | 15-02-2013 14:26

La moda de los hoteles con historia

Recuperar la gloria de edificios antiguos es tendencia mundial. Diseño y materiales nobles con interiores tecnológicos.

Ya no se construye como antes. En la era del durlock y el auge febril de las torres, no hay lugar –ni presupuesto- para techos de doble altura, molduras artesanales y escaleras de mármol de Carrara. Hoy, la gran mayoría de los edificios nuevos respiran un aire compartido de modernidad y líneas rectas.

Pero existen resabios de esa etapa. Construcciones firmadas por apellidos ilustres aún incitan a la nostalgia. Teatros, cines, organismos públicos y, muchas veces, hoteles de lujo. Es que en este último caso, el espíritu de la modernidad ofrece la mejor de sus caras: el edificio es renovado según los más altos estándares de calidad y confort, pero respetando el estilo original. A continuación, la historia de algunos de esos hoteles icónicos.

Siempre en pie. El recorrido comienza en el partido de Pinamar. Allí, el Viejo Hotel Ostende está cumpliendo sus 100 años. Ubicado sobre tierras de la estancia de Felicitas Guerrero, aún sorprende a sus visitas con sus pasillos laberínticos y sus historias sobre los artistas y escritores que alguna vez se alojaron. Si bien remodelado a lo largo de los años, el hotel jamás cerró sus puertas. Entre dunas, mantiene su impronta cultural, ofreciendo charlas de literatura, muestras de arte y hasta paseos de turismo astronómico. Aunque para los más relajados, su balneario es la estrella. Entre carpas azules y sillas blancas, resulta muy fácil recrear el esplendor de principios del 1900.

En Villa La Angostura, el Correntoso Lake & River Hotel también se inscribe en un edificio con mucha historia. De hecho, fue creado por un italiano pionero en la zona, Primo Capraro, quien además de comprar lotes sobre el Correntoso, creó un aserradero, una empresa constructora y adquirió la compañía Chile-Argentina, dedicada a la actividad agrícola-ganadera y forestal. Pero fue sobre esos primeros lotes al río donde construyó una pequeña cabaña de madera en la que recibía amigos. Desde enero del 2003, esa “casita” es un hotel miembro de los Small Luxury Hotels of the World, y ofrece una de las más imponentes vistas de los Andes y el Parque Nacional Nahuel Huapi.

La misma melancolía despierta el Park Hyatt Mendoza Hotel, Casino & Spa. Frente a la bella plaza Independencia, este eslabón de la cadena se construyó restaurando la fachada del Hotel Plaza, una estructura colonial del siglo XIX. Por detrás, en sintonía con dicha arquitectura, se levantó un edificio de siete pisos con casino incluido. El diseño exterior fue hecho por el arquitecto Mario Álvarez, quien supo respetar la cultura y tradición mendocina. Tras la imponente fachada, el hotel se descubre moderno, con un diseño que combina granito, piedra y madera.

La más nueva incorporación a este grupo es el Sofitel Montevideo, a punto de abrir sus puertas el próximo marzo luego de un exhaustivo trabajo de restauración que recuperó hasta el último detalle de su exquisito estilo francés, despojándolo de los elementos y volúmenes agregados en reformas anteriores. Frente a la rambla de la capital uruguaya, el edificio, que data de 1921, incluye ahora casino y spa, además de la gastronomía y servicios de lujo por los que se reconoce la cadena. 13

Más información en la edición impresa de la revista.

por Vicky Guazzone

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