Thursday 28 de March, 2024

CIENCIA | 15-03-2013 14:30

Recrear la mente humana

Un proyecto financiado por la Unión Europea busca que una computadora replique las funciones biológicas del cerebro.

Será posible construir una máquina con la capacidad de raciocinio del cerebro humano? Los pioneros de la ciencia de la computación, en los años ´50, estaban convencidos de que sí, John McCarthy, el científico estadounidense a quien debemos la expresión “inteligencia artificial” o IA, asegura que: “La inteligencia humana puede ser tan precisamente descripta que el factible construir una máquina que la simule”.

Pero tanto optimismo tuvo un límite. Los intentos de recrear electrónicamente la interacción de las neuronas responsables de la inteligencia humana siguieron adelante hasta los años ´80, sin éxito, y por eso entraron en lo que los especialistas llaman “el invierno de la IA”. Los proyectos para reproducir la compleja arquitectura del cerebro prácticamente entraron en hibernación. Sin embargo, los avances recientes obtenidos en los estudios que buscan mapear el cerebro, combinados con el progreso en la capacidad de procesamiento de las computadoras, están cambiando la perspectiva.

En el marco de ese renacer, acaba de empezar el proyecto Human Brain (Cerebro humano), cuyo objetivo es replicar las funciones biológicas de la mente de una persona.

Con un financiamiento de 1.600 millones de dólares aportados por la Unión Europea, el proyecto tiene sede en Suiza y reúne a 250 científicos de 150 centros de investigación de diferentes lugares del mundo.

Superpotente. El supercomputador que imitará al cerebro, llamado Human Brain, es capaz de ejecutar tareas (como por ejemplo complejos cálculos matemáticos) 10.000 veces más rápido que el cerebro humano. El desafío del proyecto es colosal: el cerebro contiene aproximadamente 100.000 millones de neuronas conectadas unas a otras. A eso se suman diferentes tipos de neurotransmisores cuyos efectos pueden depender de la manera en que integran el sistema, creando grupos neuronales que todavía no se conocen por completo.

La esperanza de los científicos que llevan adelante el proyecto es que, al recrear electrónicamente las reglas generales del funcionamiento cerebral, la supercomputadora podrá avanzar en el estudio de enfermedades neurológicas, como el mal de Alzheimer y el Parkinson. Los datos obtenidos ayudarán también a crear sistemas y programas de robótica que imiten una de las más brillantes creaciones de la naturaleza: la mente humana.

“Comprender el cerebro como un sistema único que integra múltiples sistemas de organización es una condición para prevenir e incluso curar trastornos y condiciones de origen psiquiátrico y neurológico, como la depresión, el mal de Alzheimer o el autismo –dicen los directores del proyecto, en Suiza–. Es, además, la clave para construir tecnologías de computación que puedan equipararse al poder de cómputo que tiene el cerebro, su robustez, su adaptabilidad y su eficiencia energética”.

¿Se justifican tantas esperanzas de lograrlo? Todavía es temprano para decirlo. Pero lo cierto es que la biología y la medicina están bastante más cerca de comprender cómo funcionan mente y cuerpo que hace apenas una década. El mecanismo de las emociones es un ejemplo. Se descubrió que una de las raras hormonas que se producen directamente en el cerebro, la oxitocina, regula en hombres y en mujeres el vínculo afectivo, la autoconfianza y la sensación de relajación. Tanto la falta como el exceso de oxitocina alteran el comportamiento a punto tal que pueden modificar la afección de una madre por su hijo.

Más información en la edición impresa de la revista.

por Andrea Gentil, Felipe Vilicic

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