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SOCIEDAD | 10-05-2013 14:56

La alumna hot que va a misa

Sus videos eróticos filmados en la UCA la convirtieron en personaje de la semana.

El celular de Annalisa Santi (21) –la “estudiante hot” de la Universidad Católica Argentina– no deja de sonar. Ella atiende, agradece el llamado y con amabilidad declina cualquier tipo de entrevista, una rutina que pone en práctica desde que pasó de ser una discreta alumna de Abogacía a la última “femme fatale” emergida de internet. Le han aconsejado no dar notas periodísticas. Tampoco quiere profundizar en declaraciones. ¿Hacer fotos? Menos. Por un par de videos en los que se la ve mostrando la ropa interior y lamiendo un chupetín en las aulas de la UCA –y otros tantos que ella misma filmó–, ganó la agenda que toda “chica del momento” amaría ostentar. Pero ella dice que nunca pretendió ser ni conocida ni famosa, que creyó que la “travesura” de seducir ante la cámara de un celular quedaría entre sus amigos, que la traicionaron, que ya no tiene redes sociales y que el abogado que salió a hablar en los medios, no es –como él reconoció– su letrado. A Annalisa el tema se le fue de las manos y ahora enfrenta un sumario por parte de la UCA –al cierre de esta edición, suspendido durante 20 días– y el desafío de revertir –o capitalizar, depende de lo que busque– la imagen que se generó de ella luego de sus grabaciones eróticas.

Comienzo. Oriunda de Roma, Annalisa llegó a Buenos Aires a los 17 años junto a su madre argentina. La exposición la tomó por sorpresa: hasta que cobraron estado público los videos que filmaron sus compañeros, para ella las sugerentes grabaciones eran un juego que la hacía sentir más segura de sí misma. Hace un tiempo, ella había subido sus propios cortos a la red social Keek, donde “posteaba videos, boludeces realmente, pero que al ser 'famosa' con todo este escándalo, salieron a la luz por más que yo haya cerrado la cuenta”, aclaró Santi, que está en el segundo año de Derecho y reconoce no ser una alumna de calificaciones sobresalientes.

Lejos de su perfil más osado, desde el entorno de la universitaria aseguran que “es una chica muy católica, por eso eligió ir a la UCA. De hecho suele ir a la Parroquia San Gabriel Arcángel de Adrogué y se confiesa con el padre Horacio. Ha organizado colectas para los chicos y se preocupa mucho por el voluntariado. No toma alcohol, no fuma, hace pilates todos los sábados y no sale casi nunca de noche, salvo que haya una buena fiesta de rugbiers, la clase de hombres que le gustan. Todo esto la pone muy mal, le duele hacerse conocida por esta travesura”, deslizan en el círculo cercano de la estudiante, que quiere recibirse de abogada –como su abuelo– para algún día, llegar a abrir su propia escribanía.

Para leer la nota completa, adquiera online la edición 1898 de la revista NOTICIAS.

por Juan Bautista Torres López

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