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COSTUMBRES | 05-06-2013 14:43

Top ten: Hoteles del terror

El turismo temático ya tiene su ranking de hospedajes oscuros . Mitos y leyendas que los vuelven intrigantes y atractivos. Galería de fotos.

Existe el turismo cultural, el gastronómico, el de aventura. Y ahora también existe el turismo oscuro. Un poco por morbo y otro tanto por adrenalina, muchos viajeros eligen como destino lugares signados por la muerte y la tragedia. En general relacionados con hechos históricos (como los campos de concentración), en ocasiones también se circunscriben a ámbitos más personales. Suele ser el caso de los hoteles, donde las leyendas se relacionan con desdichas de amor y de familia, mucho más pequeñas quizás, pero también mucho más cercanas al devenir cotidiano de la vida, y así más dignas de empatía y terror. A continuación, un ranking de los 10 hoteles más tenebrosos.

En el primer lugar está el único nacional: El Gran Hotel Viena, en Miramar, Cúnico naciórdoba, fue catalogado por el programa de TV estadounidense “Ghost Hunters International” como el de mayor actividad paranormal de toda Latinoamérica.

A orillas de la laguna de Mar Chiquita, imponente aún en su abandono, es fácil entender cómo habrán surgido los relatos sobrenaturales que lo rodean. Construido en la década del ’40 por una familia proveniente de Alemania, fue pensado como un hotel de alta categoría, con tres amplias plantas en las que recibir huéspedes de lujo. Pero la familia lo abandonó apenas pasados dos años, sin razón conocida. Con su cierre comenzaron las leyendas, que se vieron agravadas tras el estado en que sucesivas inundaciones lo dejaron. Entre los rumores más fuertes, uno sostenía que el hotel había servido de refugio a los criminales nazis que huyeron del régimen. De la mano de las teorías que aún hoy aseguran que Hitler no terminó sus días en un búnker de Berlín sino en la Argentina, el mito se acrecentó. Y a la par, comenzaron a rodar relatos como el de la habitación 106, donde se dice que deambula el jefe de seguridad del hotel, también alemán, quien quedó a cargo tras el cierre y murió misteriosamente un tiempo después.

Paranormal. El equipo de investigadores norteamericanos sacó sus propias conclusiones. “Obtuvimos muchas fluctuaciones en el medidor estático, especialmente cuando hacíamos alguna pregunta. Y en plena filmación, las baterías de dos de las cámaras murieron de pronto”, describieron. También aseguraron oír voces y música y hasta sentir una mano encima. Pero fue al examinar el trabajo tomado que encontraron la que es para ellos la mayor evidencia: en una fotografía de la habitación 106, puede verse el contorno de una figura humana sentada en la cama, mirando por la ventana.

En el segundo puesto se encuentra El Refugio del Salto, en Colombia. Ubicado en las afuera de Bogotá, congregó en los años ’20 a los personajes de la elite colombiana. Una vez cerrado como hotel, funcionó como terminal de ferrocarril, restaurante y como museo. ¿Por qué el interés en su reapertura? Porque está ubicado en un lugar único: sobre el salto de Tequendama, una cascada de 157 metros sobre un abismo rocoso. Pero de tan único, ha tomado un tenor dramático. Se ha convertido en el lugar preferido de los suicidas. A cada alma que ha recorrido los 157 metros en caída libre se le debe, entonces, la leyenda de fantasmas que acechan el ex hotel con gritos desgarradores.

No podía faltar en esta lista un ícono de los hoteles oscuros. El 23 de mayo se cumplieron 33 años del estreno de “El Resplandor”, pero el terror y fascinación que sigue generando el personaje de Jack Nicholson no ha cejado. Y para quienes quieran continuar alimentando esa atracción, es posible ir al centro de la escena. En Colorado, Estados Unidos, The Stanley Hotel es el establecimiento que inspiró a Stephen King a crear su novela. En la suite 217 escribió la historia que luego filmó Stanley Kubrick a partir de relatos de la aparición de los fantasmas del dueño y constructor del hotel, de los sonidos de niños que juegan y que se escuchan por la noche, de las ventanas del tercer piso que suben y bajan solas y del fantasma de la mendiga que murió de hipotermia en el sótano y que puede verse por los pasillos, aún buscando calor. Aunque la película no fue filmada en The Stanley sino en The Timberline Lodge, en Oregon, la inspiración de King cobra real vida en los pasillos del primero.

Para leer la nota completa, adquiera online la edición 1901 de la revista NOTICIAS.

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