Un día están en la cresta de la ola y al siguiente ya son historia. Podríamos estar refiriéndonos a la suerte de ciertas figuras del espectáculo o a algunos items que son furor en el vestir, pero no. Hablamos de comida. Porque los alimentos, por capricho, salud, o exceso de producción, suelen ponerse de moda, servirse en todas partes y un buen día, desaparecer como si nunca hubieran existido.
El universo gourmet no se rige por leyes demasiado lejanas de las tendencias fashionistas. De hecho, también entiende de temporadas y baja o sube el pulgar con igual liviandad y rapidez. Así, los “cupcakes” que hace muy poco fueron furor, hoy ceden la luz del escenario a los preciosos macarons. Y la caipiroska de maracuyá, que fue reina de varios veranos, deja lugar al sobrio whisky, en pleno regreso triunfal. Los cambios se suceden y la escena culinaria argentina se apresta a seguirlos, liderada sobre todo por el circuito palermitano, siempre ávido de tendencia, novedad y vanguardia. ¿Quién se acuerda ya de los palmitos, el melón con jamón y la sopa inglesa? Nadie. El mundo fashion culinario puede ser tan cruel como el de las pasarelas.
Los chefs, principales responsables a la hora de marcar tendencia, toman nota de un nuevo ingrediente o descubren una forma distinta de cocinarlo y empiezan a incluirlo en la carta. A los comensales les gusta y lo piden con regularidad. Los periodistas especializados se dan cuenta del fenómeno y escriben sobre él. ¡Zás!, la bola echó a correr y un nuevo hit gourmet está entre nosotros. A caballo del auge de la cocina natural, la nostalgia de lo vintage y hasta la pura experimentación, he aquí un compendio de los alimentos que protagonizan los menúes de esta temporada, en los restaurantes más sofisticados de la movida gastronómica local, diseñado con el asesoramiento de Tommy Perlberger (dueño de EAT Catering) y la especialista en gastronomía Carola Chaparro.
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