Thursday 28 de March, 2024

COSTUMBRES | 19-07-2013 14:41

El juego de Harry Potter

Se llama “quidditch” y cada vez son más los fanáticos que lo practican. Combinación de polo y fútbol, la única diferencia con el original, es la imposibilidad de volar.

Las cosas que te dicen que son imposibles, son posibles”, es uno de los mensajes que le dejó la saga de Harry Potter a Nadia Aguirre (22), estudiante de Derecho y miembro de la Federación Argentina de Quidditch.

Nacido en la cabeza de J. K. Rowling, la millonaria autora de los libros del hechicero más famoso, el Quidditch es el deporte que practicaban los aprendices de brujos. Volaban en escobas, se pasaban una pelota de mano en mano y hasta tenían una bola dorada con vida propia (una especie de abeja mecánica) llamada “snitch”, que también intervenía en el juego. Según afirmara la autora en una entrevista, “el Quidditch fue creado en un pequeño hotel de Manchester después de una discusión con mi novio. Había estado reflexionando acerca de las cosas que mantienen a una sociedad unida, lo que hace que se reúnan y lo que les confiere su identidad particular; y entonces supe que necesitaba un deporte”.

La creatividad de Rowling para traducir una situación cotidiana en fantasía dio nacimiento a este híbrido entre el polo y el fútbol, que se juega sobre escobas voladoras ¿Pero cómo practicarlo en la realidad, donde las escobas solo sirven para barrer? Existe una versión, el “muggle quidditch” (en la jerga “potteriana”, los “muggles” son las personas que no tiene poderes mágicos), que se juega en dos equipos de siete jugadores cada uno, corriendo por una cancha de 38 por 20 metros con escobas entre las piernas. Prueba del éxito de esta variante no mágica son los más de 1.500 atletas de 80 equipos de distintos países, en su mayoría universitarios, que participaron en la Sexta Copa Mundial de Quidditch llevada acabo en abril en Kissimmee, una ciudad del condado de Osceola, Florida, bajo el lema: “Olvidate de la ficción, este deporte es real”.

Pasión de multitudes. La realidad de no volar en mágicas escobas se siente con las primeras ampollas que crecen en las manos que sostienen el palo. “Empezamos en el 2010, nos conocimos en eventos del Club de Lectores de Harry Potter (CHP). El Club tenía un equipo por cada casa de estudio, fiel al relato del libro. Nosotros quisimos extender a más personas este deporte y decidimos empezar con la Federación Argentina de Quidditch”, relata Nadia Aguirre.

Para leer la nota completa, adquiera online la edición 1908 de la revista NOTICIAS.

por Paula Fortín

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios