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PERSONAJES | 23-08-2013 13:07

José María Muscari: “Me da miedo no enamorarme más”

Estrenó una adaptación libre de “La casa de Bernarda Alba” y sigue en “Los Grimaldi”. Miedos, el amor añorado y planes de adopción.

Inclasificable, incompleto y en construcción. Tres consignas para pensar a José María Muscari y su obra. Basta tomar una fotografía de su presente: acaba de estrenar una adaptación propia en versión libre de “La casa de Bernarda Alba”, que dirige en el teatro Regio (con un elenco ecléctico: Norma Pons, Andrea Bonelli, Valentina Bassi, Adriana Aizemberg, Florencia Raggi, Martina Gusmán, Mimí Ardú, Lucrecia Blanco y Florencia Torrente); desde septiembre estará en la calle Corrientes actuando en “Los Grimaldi” (tras una aplaudida temporada en Carlos Paz y una gira por todo el país); va por la segunda temporada de “Muy Muscari” en el canal Ciudad Abierta, donde entrevista al mismo tiempo a dos personajes que en principio no tienen nada que ver (la condesa de Chikoff y Silvia Suller, por ejemplo); sigue en la radio de la UBA los lunes de 22 a 24, escribe un libro de reflexiones sobre el cuerpo, el sexo y la Mass Media –nudos recurrentes en su obra–; y alimenta su blog, ideado para clarificar lo que hace, porque la gente lo confundía con sus creaciones transgresoras, kitsch, raras, y él sentía que tenía que aclarar “momentito, yo no soy eso”.

Noticias: ¿Cómo se define usted?

José María Muscari: Creo que soy una persona muy clásica y sin excesos. Todo lo contrario de lo que se espera de alguien que tiene la obra que yo tengo. Todos presuponían un Fernando Peña, alguien excedido, políticamente incorrecto. Yo soy férreo en mis opiniones, pero hay algo de las formas que me interesa, no me gusta la falta de respeto. Me siento un creador múltiple que va adquiriendo forma: de actor, de director, de escritor, dramaturgo.

Muscari, saque una hoja y escriba: tema “El cuerpo”: “Fui hijo de un padre obeso, fui sedentario, a los 19 me decidí a no ser un gordito y empecé a ir a un gimnasio. Cuando adelgacé me empecé a copar con lo muscular y cambié mi cuerpo. No soy un `obse´ del cuerpo pero me encargo mucho, soy muy estructurado”.

Ahora, Muscari, saque otra hoja: tema “El sexo”: “Cuando empecé el gimnasio, tenía novia. Al año me separé, fui a una disco a bailar, conocí a un hombre, me preguntó si me podía besar y le dije “bueno, dale, pero mañana nos olvidamos”. Me fui con él esa noche, tuvimos sexo en el palier de su casa, imaginate, muy torpe, no sabía ni qué tocar. Al otro día corrí a llamarlo por teléfono y me convertí en su novio. Yo sentía que estaba con él, pero no que era gay. Decía “cuando cortemos, voy a volver a estar con chicas”. Y de hecho pasó, después de estar tres años juntos cortamos, salí con una chica, tuve sexo y cuando ella acabó, quería que le crecieran pelos. Ya no me gustaban más las chicas, funcionaba sexualmente pero emocionalmente mi mundo estaba ya en otro lugar. No hubo una transición en la que yo haya pensado `me gustan los hombres´”.

Noticias: ¿No le parece llamativo que reconociéndose tan reflexivo, la identidad sexual se le haya presentado como una situación dada?

Muscari: Me parece que siempre supe que era gay pero no le daba bola, y tampoco me conflictuaba mucho. Siempre fui un niño hábil, el líder, nadie que pensara que yo era puto se animaba a decírmelo.

Noticias: ¿Y cómo lo manejó con su familia?

Muscari: Nada. Soy hijo único malcriado, de un padre verdulero que le llevaba 15 años a mi mamá. Para mi mamá soy el amor de su vida, una vez vio una foto de ese primer novio en un cuaderno mío y me preguntó quién era; le dije que estaba saliendo con él, se puso a llorar y me dijo “yo te quiero igual”. Ahí terminó el tema.

A mi padre nunca le dije nada porque nunca me lo preguntó, y como era un tipo más grande, siempre me pareció una situación muy violenta ir y decirle.

Así como delineó y transformó su cuerpo, Muscari es hacedor de una identidad multifacética que tiene la constante de ser incompleta. “No me gustaría ser un hombre completo, aunque hay momentos en los que me gustaría estar un poco más completo. Está todo buenísimo, pero no estoy enamorado, por ejemplo”.

Noticias: ¿Y eso le pesa?

Muscari: Sí, siento que tengo una vida que está tan buena que no me dan ganas de compartirla con cualquiera, me cuesta toparme con alguien a quien sienta par. Nunca pude linkear con un novio y otro, siempre estuve dos años en el medio de cada relación. Quizás por lo que vos decís, porque hay una parte mía muy pensante que necesita elaborar lo que pasó, ¡ahora se ve que está elaborando mucho porque hace como cuatro años que estoy solo! (risas) De todos modos, me llevo muy bien con la soledad, nunca me angustia.

Para leer la nota completa, adquiera online la edición 1911 de la revista NOTICIAS.

Producción: Esteban Vedia. Fotografía: Pablo Puente.

por Valeria García Testa

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