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PERSONAJES | 13-09-2013 11:00

Alejandro Ullúa: "El arte sana y salva, son momentos únicos”

Autor, director, régisseur y docente, es el primer argentino que estrenó una obra propia en Nueva York y Dublín. Su padre y Judy.

"Lo mejor que tengo como persona se lo debo al teatro”, dice sin atisbos de dudas. Autor, director, régisseur y docente, Alejandro Ullúa definió su temprana pasión cuando vio al creador polaco Tadeusz Kantor en el Teatro San Martín. “Ahí supe que yo quería hacer eso. Aunque la obra no tenía traducción igual entendí todo, me sentí reflejado. Creo en el teatro que conmueve y que hace reflexionar sobre los temas esenciales”.

Ullúa es un hombre sensible, amable y conversador. Se crió en un pueblo áspero de Santiago del Estero, donde los libros fueron su refugio y su salvoconducto a lugares remotos. Más tarde, ya en Buenos Aires, estudió letras, actuación, producción y dirección. También, régie de ópera en París y dirección de actores en Londres. Quiso conquistar a la reina del Plata y lo logró. Sus espectáculos fueron reconocidos y premiados.

Un día tuvo una propuesta inesperada. Le ofrecieron presentar su musical "Judy", un homenaje a Judy Garland, en Broadway. Así se convirtió en el primer argentino en estrenar una obra propia en Nueva York con elenco norteamericano. “Un cuento de hadas”, dice todavía sorprendido por ese giro del destino. El mismo azar que hace tres décadas puso en su camino al periodista y crítico teatral de NOTICIAS, Jorge Luis Montiel, su marido y el gran amor de su vida.

(Escena de "Judy", en el Teatro Moliere, en Buenos Aires. Junio de 2011)

Noticias: Y un día llegó a Broadway. Debe haber sido una experiencia fuerte.

Alejandro Ullúa: Muy fuerte, viví algo que ni siquiera había soñado. Yo hacía aquí un musical sobre Judy Garland, un ícono de la cultura norteamericana, y un día me propusieron hacerlo en Broadway. Fue un sueño, recién me di cuenta cuando volví.

Noticias: ¿Cómo se fue hilvanando todo?

Ullúa: Juan Chemes es un productor argentino que trabaja en la productora Titl! Corporation y vino a Buenos Aires trayendo a la cantante Susan Egan. Era abril del 2012, se daban las últimas funciones de “Judy” y, a través de nuestra stage manager, conoció el espectáculo y fue a verlo tres veces. La tercera se presentó y me dijo que quería producirlo en Nueva York. Yo me reí porque era como venderle naranjas al Paraguay. Pero en abril de este año se concretó. Chemes consiguió el permiso de las canciones y junto con el coreógrafo Gustavo Wons hicieron las audiciones generales en Nueva York. Wons también replicó las coreografías que había creado para la versión argentina, y Mini Zuccheri, el vestuario. Yo participé vía internet y luego personalmente. Finalmente, hicimos ocho funciones de “Judy, a tribute” en el Jan Huis Playhouse del Upper East Side, a modo de preview, y la idea es reponerlo en octubre en el mismo teatro.

Noticias: ¿Por qué había elegido a Judy Garland?

Ullúa: Mi padre murió inesperadamente a los 67 años, fue un golpe muy duro para mí, un conocido quiso ayudarme y me ofreció dinero para hacer un espectáculo. Recurrí a Jonathan Goransky, hoy director del teatro Metropolitan, porque yo no sabía cómo manejar ese dinero y él terminó siendo el productor de la obra, que se estrenó en abril del 2011. Elegí a Judy porque me gustaba como artista y me entristecía su historia. Además, tenía cosas en común con mi padre: los dos habían sido personas frágiles y alcohólicas, y yo sentí sus muertes tempranas como muy unidas. De manera que también fue un homenaje a mi papá, pero no me di cuenta de eso al principio y tampoco lo revelaba tanto en la versión de Buenos Aires. Después, a sugerencia de Chemes, y para presentarlo en Nueva York, modifiqué el guión y lo hice más personal, más íntimo. Me incluí como relator, a través de un actor, e incluí una frase que dice “Mi padre tomaba mucho, como Judy, ¿pero quién no tiene sus propios demonios?”.

Noticias: ¿Cómo fue trabajar en Nueva York y con artistas norteamericanos?

Ullúa: Tienen otra mentalidad, otro estilo, y una formación muy fuerte. Trabajé con graduados universitarios, especializados, que saben leer música, y son conscientes de su trabajo. Cada uno cumple su rol y no existen las discusiones. Además, son muy seguros y están acostumbrados a hacer castings. Se presentan quince minutos antes de la hora pautada, se llevan su agua y su comida, y saltan como un relojito a la hora del trabajo y a la hora del descanso. Pero, quizás, por ese excesivo profesionalismo tienen una consciente distancia y todo queda en el contexto laboral. Se extraña un poco el afecto latino. Los intérpretes argentinos son muy espontáneos, curiosos, generosos, participativos. En cambio, el norteamericano hace lo que se le pide y no se mueve demasiado de allí.

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Noticias: También llegaron a Dublin.

Ullúa: Sí, después fuimos a Irlanda invitados por el International Dublin Gay Festival Theatre. Ellos no habían visto el espectáculo, se enteraron por los castings que se hicieron en Nueva York. Sólo sabían que eran seis hombres homenajeando a Judy Garland a través de su repertorio y de la época dorada de su vida. Elegí solo hombres porque no quería transformismo ni tampoco actrices caracterizadas. Quería prescindir de la imagen y de la voz. Viajamos a Dublin con el elenco norteamericano, salvo el actor que interpretaba mi rol, que se enfermó, y ahí tuve que hacer nuevas modificaciones. Finalmente, hicimos ocho funciones con mucho éxito. Para mí fue una experiencia única.

Noticias: Dijo que su padre era alcohólico. ¿Cómo fue la relación de ustedes?

Ullúa: Mi padre se excedía con el alcohol, pero recién en los últimos años de su vida se volcó con vehemencia al alcoholismo. Tuvimos una relación distante, pero siempre tuve su apoyo. Y ahora, a pesar de su muerte, estamos muy juntos. Un día volví a mi casa desgarrado por haberme peleado con quién hoy es mi marido. Mi papá, un hombre de campo de Santiago del Estero que solo había hecho la primaria, le preguntó a mamá qué me pasaba. Ella le contó que a mí no me gustaban las mujeres. Entonces, ese día él no fue a trabajar y me llevó con el auto a mi trabajo. Al bajarme sólo me dijo: “Ale, vos siempre contás con tu familia, es lo único más importante”.

Esta es una versión digital adaptada. Para leer la entrevista completa, adquiera online la edición 1916 de la revista NOTICIAS.

Fotos: Pablo Puente. Producción: Esteban Vedia. Agradecemos a Buenos Aires Bus y al Teatro Maipo

por Cecilia Escola

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