Friday 29 de March, 2024

PERSONAJES | 04-10-2013 11:00

El excéntrico tatuador Mariano Antonio

Es el elegido de Tinelli, Maradona, Roger Watters y más. Autos amarillos y 70 pares de botas.

Un ascensor privado recorre los tres pisos del edificio de American Tattoo y lleva hasta el despacho de Mariano Antonio. Allí, los objetos (muchos y uno más llamativo que el otro) hablan: entre otros, un escritorio de vidrio y acero en forma de “V”, la alfombra acebrada, un flipper, un caballo de madera fileteado, guitarras firmadas por Motorhead y New York Dolls enmarcadas en la pared, sillones de cuero negro de estilo clásico, araña de cristal, un cartel territorial con la leyenda “The Boss”.

Uf. Seguro que el cráneo de esta atmósfera recargada se cree protagonista de un reality importado. Pero, ¡sorpresa! Empieza reconociendo un límite caro para sus aspiraciones: se hizo tatuador porque no pudo ser rock star. Fanático de los acordes, pero sin oído ni para el feliz cumpleaños, se armó un atajo (de agujas y tintas) para estar cerca de ese mundo anhelado.

Fue durante sus vacaciones adolescentes en la casa de una tía en los Estados Unidos, cuando vislumbró los tatuajes como una veta para alcanzar el estilo de vida rockero. Quiso tatuarse pero no le alcanzó la plata. Autodidacta, y con los conocimientos que tenía por estar estudiando para ser técnico contactólogo, ya en Buenos Aires se armó su propia máquina tatuadora. Después le pidió a su padre un sector de la casa, instaló su taller y un compañero de secundario le prestó su cuerpo para plasmar el primer tattoo: una serpiente. En un acto iniciático, él se auto tatuó un tribal en el tobillo.

De repente, la parafernalia de alrededor pareciera diluirse y él se contornea como un tipo humilde, buena onda, el “hombre sin apellido”, como se define. Tan común y corriente parece, que el centenar de fotos suyas abrazado a Slash o Roger Watters, Tinelli, Rodrigo, Maradona y demás celebrities, casi parecen productos de un montaje mentiroso.

Él repite que cree en tener los pies en la tierra y fe en el destino. Como aquel día en que lo llamó Dalma Maradona, clienta desde hacía rato, y le pidió que fuera a tatuarla a su casa. Cuando llegó, se encontró con Diego Armando… Terminaron tomando mate y tatuándolo también a él. De todos a los que tiene acceso, Diego es el que todavía hoy logra ponerlo nervioso.

Noticias: ¿Ser el tatuador de celebridades lo convierte en su confidente?

Mariano Antonio: Sí, es como si fuera el terapeuta. A veces pasás 5 o 6 horas con la misma persona, o incluso varias sesiones, y terminás entablando una amistad. Pero soy súper reservado con eso, yo soy un tipo bastante cerrado.

Noticias: ¿Esa es la clave de su éxito?

Antonio: No sé si es la clave, pero siempre digo que uno tiene que dar lo que le gusta recibir. La prensa es parte del negocio pero hay que saber usarla con fines comerciales. Mil veces me han llamado de programas de tele para hablar de tal o de cual y no, si se refiere a mi trabajo todo bien, pero intimidades…

Noticias: Acotar su opinión a su trabajo quizás tenga que ver con no creerse tan celebridad como las celebridades que atiende.

Antonio: Es que además te terminás dando cuenta de que la celebridad es un tipo común. Lo que pasa es que la gente tiene esa cosa aspiracional.

Noticias: Que también usted tuvo.

Antonio: ¡Claro! Hasta que estás ahí y lo ves. Me ha pasado con bandas que escuché durante años y de repente tenés al tipo sentado en la silla y lo estás tatuando y hacés amistad. Y hay otros que hubiera sido mejor no conocerlos (risas), prefería tenerlos como ídolos.

Noticias: Ahora está fogueado, pero al principio, ¿cambiaba su actitud al atender a ese tipo de gente?

Antonio: Los pies sobre la tierra (zapatea con sus botas de cuero), nunca te tenés que olvidar de cómo arrancaste ni de lo que tenías. El día que empezaste a creerte las cosas, sonaste.

Noticias: Pero el punto débil del ser humano suele ser el ego…

Antonio: El ego te destruye. Yo me acomodo a lo que venga, me gusta generar amistad. De todos tomás algo, del que no tiene nada y del que tiene mucho. Cuando te hiciste de abajo, sabés.

Noticias: Aunque la fama puede marear, ¿no?

Antonio: Te marea. Yo lo vivo todos los días y tengo un montón de amigos que están dentro de los medios, los que adoro y tengo una relación óptima, y uno los aconseja “che, así vas para atrás”, pero cada uno tiene que vivir su propia experiencia.

Fanático de los autos clásicos y los hot rods, tiene entre otros, Camaro, Corvette, Ferrari, una camioneta sapo del `45. Todos sus vehículos son amarillos. También es amante de las Harley Davidson y dueño de cinco. Colecciona desde pases de shows de bandas de rock hasta guitarras eléctricas firmadas. En su arqueo, figuran decenas de pares de botas. Su debilidad por ese calzado empezó también tras una frustración: en segundo grado tuvo que disfrazarse de granadero para un acto, le compraron todo el atuendo pero lo mandaron con zapatillas… Hoy tiene más de 70 pares de botas.

Noticias: Es coleccionista, ¿cierto?

Antonio: Sí, pero hoy me pregunto cuánto más necesita uno para ser feliz… quería guitarras, autos, motos, tengo todo. Cuánto más… entonces empezás a disfrutar el sentarte con tus hijos a hacer la tarea, a generar proyectos juntos.

Esta es una versión digital adaptada. Para leer la entrevista completa, adquiera online la edición 1919 de la revista NOTICIAS.

Fotos: Andrés Settepani. Producción: Esteban Vedia.

por Valeria García Testa

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