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OPINIóN | 05-11-2013 14:20

Clarín y la venganza de "El Eternauta"

Para los que creen en las sutilezas del destino.

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“Clarín llegó a la cumbre” es un aviso gráfico (tiene por objetivo justificar un aumento de precio de tapa) que salió en “Vea y Lea”, conocida revista dirigida a las clases altas, en octubre de 1947. Esta edición es lo más parecido a un álbum de fotos aristocrático: Bernardo Duggan presentaba en sociedad a su hija Luisa Duggan Cox, y entre los concurrentes había apellidos como Videla Dorna, Zorraquín, Elortondo, Robirosa, Bullrich, Zuberbuhler, Miguens, Balcarce. El 60% del número está dedicado a cuestiones ligadas con la aristocracia; un dato no menor si pensamos que reinaba el primer peronismo.

El diario Clarín había sido lanzado apenas dos años antes (1945) y su presencia ahí no es casual. Dado que por entonces ni siquiera tenía imprenta propia y el símbolo a derrocar por el justicialismo era “La Prensa”, sufría pocas persecuciones y junto a Radio Colonia (transmitía desde Uruguay) tenía más libertades a la hora de satisfacer el “gusto oligarca” que los demás medios. De todas maneras resulta interesante porque en esos años los diarios no hacían publicidad de este tipo y mucho menos en revistas. Se ve que su instinto comercial está en el ADN.

¿Dónde entra “El Eternauta”? La historieta de ciencia ficción que el kirchnerismo convirtió en símbolo de Néstor, fue creada por el desaparecido Héctor Oesterheld (Jefe de Prensa Montonero) y se convirtió en el éxito más rotundo de su editorial (Frontera). La historia de Juan Salvo, la invasión extraterrestre y su idea de héroe grupal que lucha contra los malos (curiosamente tampoco lo son tanto) posibilita múltiples lecturas ligadas a las dictaduras, y aunque varias de ellas resultan forzadas, se trata de una obra extraordinaria.

“Vea y Lea”, la revista de los buenos lectores (slogan desafiante para los cuarenta), era una publicación de la “EDITORIAL EMILIO RAMIREZ”, quien también solía imprimir Clarín, por aquellos tiempos “El diario porteño que ostenta el espíritu independiente e hidalgo del buen criollo”.

¿Dónde está la relación? Corrido por las deudas, Héctor Oesterheld le vende todos sus títulos (incluido “El Eternauta”) a “EDITORIAL EMILIO RAMIREZ” en 1961 que, en un pase rápido, los deja en manos de “Vea y Lea”, la revista de fuertes vínculos con Clarín.

Los hilos del destino son tan sutiles que asustan. Tardó seis décadas largas pero al fin "El Eternauta" volvió a ganar.

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