Friday 29 de March, 2024

TEATRO | 07-11-2013 20:00

“Y un día Nico se fue”, los epítetos del amor

de Osvaldo Bazán y Ale Sergi. Dirección: Ricky Pashkus. Con Walter Quiroz, Tomás Fonzi y elenco. En la Usina del Arte, A.R. Caffarena 1.

★★★★★ Cuando parecía que todo estaba hecho en las comedias musicales, Ricky Pashkus logró montar un espectáculo perfectamente original y por demás festivo. Sobre la base de la novela homónima de Osvaldo Bazán, narra la historia de amor de Osvaldo –tan autobiográfica que ni siquiera le cambió el nombre a su personaje– y Nico, un joven que logra despertar su pasión más verdadera y luego, tal como anuncia el título, un día se va.

Todos los personajes que balconean la acción desde un entrepiso son las voces que viven y discuten dentro de su cabeza, las que por momentos lo confunden y por fin le señalan el camino que lo hará feliz. Una historia de amor entre dos hombres en Rosario, antes de que la sociedad reconociera formalmente la dignidad cívica del homosexual, es una aventura de coraje que en este caso está tomada con enorme sentido del humor y sin sombra de la clásica tendencia a la victimización. Al contrario.

En el extraordinario número de la marcha del orgullo gay, ya avanzada la obra, la canción de ríe de sí misma y educa al público con los numerosos epítetos y apelativos del género: “gay, sodomita” –cantan– “trabuco, mariquita, torta, tortillera, maraca, mariquita, travesaño, maricón, trolo, trolebús, rosquete, selamastic, travolta, marchatrás, marimacho, trabucodonosor”, y siguen las firmas. Algunas francamente misteriosas: “Palanca al piso, El cinco de Morón, ¡Huevito Kinder!” La lista es larga y da risa, pero también refleja una historia de maltrato que la pieza recupera para señalar un importante giro de la sociedad. De hecho, en un momento aparece un invitado (María Rosa Fugazot, Julio Chávez, Luciano Cáceres, etc.) que subraya este cambio al leer en voz alta el texto de la ley del matrimonio igualitario.

En la espectacular Usina del Arte de la Boca, esta pieza inauguró una nueva sala, de pequeñas dimensiones y diseño inteligente. Todo es moderno en el musical, comenzando por los protagonistas, que no tienen tradición en el género: Osvaldo es Walter Quiroz, ciertamente parecido a Bazán; y Nico es Tomás Fonzi, que además de bello, baila y canta como el que más.

Los músicos están en escena y las canciones de Ale Sergi –también autor de la pieza junto con Bazán– son preciosas y pegadizas. El mismo Bazán participa de la obra, en una especie de guiño pirandelliano, cuando se niega a cambiar el rumbo del relato. Y las actuaciones son extraordinarias: Angel Hernández, como Cupido, el relator de box Juan José Marco y Denis Smith, como una Berta Singerman interior y la muerte en tacos altos, son algunas de las figuras que se destacan en este notable elenco. Una pieza brillante y audaz que renueva el género musical con las mejores ideas.

por Cecilia Absatz

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