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SOCIEDAD | 08-11-2013 12:05

Lanata: "Me trasplanto en febrero"

El periodista recibirá el riñón de un donante, que podría ser su esposa. El desafío de dejar de fumar. "Si dejé las drogas, puedo", dice.

Jorge Lanata se desabrocha dos botones de la camisa y expone el pecho. “Mirá lo que parezco”, dice. Tiene marcas, alguna cicatriz y un paño de gasa cubriendo el catéter que los médicos usan para hacerle diálisis tres veces por semana. Está más flaco, pero esa es una buena noticia.

Lanata sufre problemas respiratorios, diabetes y una insuficiencia renal con la que lidia desde octubre del 2011. “Diálisis es un garrón, pero no me bajonea porque no lo puedo elegir, es así y no me queda otra”, explicaba entonces. Su programa “Periodismo Para Todos” incluía un sketch en el que la sueca Alexandra Larsson hacía de enfermera, pero lo levantó cuando dejó de necesitar el tratamiento. Hace un mes tuvo que volver, de emergencia: martes, jueves y sábados se conecta a una máquina que hace el trabajo que sus riñones ya no pueden.

Jorge Lanata: La fístula que me habían puesto hace dos años no sirve y duele como la concha de la madre, así que ahora me dan por un catéter, que encima se me infectó. No quiero estar cinco años así. Entonces hablé con el médico y listo. Quiero trasplantarme en febrero.

Noticias: ¿Febrero del 2014?

Lanata: Sí.

Noticias: ¿Quiere o lo necesita?

Lanata: No, no. A ver, es una mezcla. Tuve que volver a la diálisis porque me había operado una hernia, me dolía mucho y me dieron metadona, un analgésico que me mató. Me desequilibró todo.

Noticias: ¿El alcohol tuvo algo que ver con esta recaída?

Lanata: No, si yo no tomo alcohol.

Noticias: ¿No?

Lanata: No, cada tanto.

Noticias: Había rumores de que tomaba whisky, etiqueta azul.

Lanata: No, pero tomo un whisky cada tanto. No tomo alcohol, no tomo vino en las comidas.

Noticias: ¿No?

Lanata: Cada tanto tomo un vino.

Noticias: ¿Entonces no existió ese mes loco en el Faena?

Lanata se ríe y suelta una puteada. Son casi las once de la noche del miércoles 6 y está sentado en el comedor de su departamento de Avenida del Libertador. Su esposa, Sara Stewart Brown, quizás escuche desde la cocina. Él la llama Kiwi y ella se presenta con ese nombre. Jamás se tutean. Se casaron en el 2011, después de más de quince años de relación y una hija en común. En septiembre habían anunciado una separación que resultó apenas un impasse: él se mudó provisoriamente a un departamento del Hotel Faena. Se decía que iba a Tequila, que invitaba copas, que volvía tarde. Ese mismo mes fue la operación de hernia y el 8 de octubre, la crisis que lo devolvió a diálisis. Stewart Brown lo acompañó igual en la Fundación Favaloro, primero, y en el Hospital Británico, después. Cuando le dieron el alta, Lanata volvió a su casa.

Lanata: Yo no hablo de eso. No hablé cuando me separé, tampoco voy a volver a hablar cuando me reconcilié.

Esta es una versión digital adaptada de la nota de tapa publicada en Revista Noticias edición 1924. Para adquirir la versión completa en PDF haga click acá, o encuentrela en los principales quioscos del país. 

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por Marina Abiuso

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