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PERSONAJES | 15-11-2013 16:17

Franco Torchia: “Pienso que mi función es defender minorías”

Conduce “Cupido”, “Televisión abierta”, tiene un programa en radio y es panelista de “Intratables”. Fan de Roberto Galán y amor por Tomás.

Hable.

Cuando Pili atiende el teléfono, no dice “Aló” ni “Hola” ni “Buen día”. “Ese acto de responder un llamado dando una orden, sin saludar, es muy de mi madre. Hay una cantidad de giros que uso en “Cupido” que son literales de ella, pero literales, y otros que no pude incluir por herméticos, nadie iba a entenderlos. Sí, me fui encontrando con la voz de mi madre”, reconoce Franco Torchia, el panelista de “Intratables”, el conductor de “Televisión abierta” (los dos por América), el de “No se puede vivir del amor” (en la radio de la Ciudad) y la voz inconfundible de “Cupido” (TVS veryfunny). Pero antes, incluso mucho antes de ir al psicoanalista, es el hijo de la impaciente Pili y de Franco, maquinista de barcos y líder de la colectividad italiana. “Nunca se nacionalizó. Llegó en un barco, muerto de hambre, a los 12 años, en 1952”, dice el hijo de su padre, y hermano menor de Gabriela, de 42, de profesión maestra jardinera.

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Noticias: ¿Y su mamá también es inmigrante?

Franco Torchia: No, es argentina y ama de casa. Es hija de un militar, de la Marina, ya fallecido, muy antiperonista, y huérfana de madre. Fue criada por ese señor y un conjunto de tías muy cortazarianas que fueron forjando su carácter. Si fuese por ella, podría haber hecho la carrera militar.

Noticias: Pero no, menos mal.

Torchia: No, pero cuando termino la secundaria en el humanista y antológico Colegio Nacional de La Plata, donde vivíamos, me anoté en Derecho porque tenía ese mandato de la carrera clásica. Duré dos meses y me fui corriendo a la librería “Rayuela”, de los padres de unas amigas, y trabajé ahí más de un año, fue mi refugio; al año siguiente me anoté en Letras y la terminé.

Noticias: ¿Cómo cayó en su casa que dejara Derecho?

Torchia: Mi padre me apoyó, a su manera, como un padre no muy presente que quizá ya había entendido que su hijo varón no era un varón (por supuesto que lo soy) prototípico. A mi madre le generó más rechazo, en su momento, pero yo seguí adelante. Hasta los 24 años viví con ellos y hoy me llevo bien aunque no los frecuento demasiado. Los quiero mucho, aprendí a quererlos, aprendí a elaborar su historia y comprenderlos.

Como con “Rayuela”, el relato torchiano permite múltiples entradas y diversos caminos. Todos son interesantes pero ninguno suficiente, pistas auténticas que no conducen a resolver el enigma. Porque Torchia, el inasible, es un milagro televisivo que parece (apostaría) estar a salvo de futuras degluciones del medio. Experimentador del “be polite”, desnuda la estupidez sin avergonzarnos. Nos llama humanoides y genera empatía. Y no porque despliegue algún tipo de sadismo ni por besamanos al genio, sino en señal de bienvenida a su manierismo elegante. En un ámbito donde la ley es sobrevender baratijas, comete el delito del movimiento contrario: elige la banalidad para que traguemos el chicle viejo.

Noticias: ¿Aquel estudiante, qué quería ser?

Torchia: Quería ser esto que soy. Quería ser conductor, periodista, quería tener un programa como “Yo me quiero casar, y ud?”, de Roberto Galán.

Noticias: Pero no estudió Locución ni Comunicación Social sino Letras.

Torchia: Lo que pasa es que a los 9 años empecé a estar insomne. A mi mamá se le ocurrió que se podía curar, según el consejo de una tía, con la lectura. Empecé a devorar libros en soledad hasta la madrugada, porque leer me provocó cualquier cosa menos sueño.

Noticias: Un chico raro.

Torchia: Era un chico raro. Tenía amigos muy excepcionales y muy de la media también, con quienes intentaba construir relaciones porque me resultaban personas muy integradas. Y no porque yo haya sido un desintegrado sino porque, en general, todo me resultaba muy extraño.

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Noticias: Digamos que su estilo proviene de fuentes diversas, empezando por su madre.

Torchia: Mi madre, las tías de mi madre, Roberto Galán, la literatura y yo mismo. No hago casi nada sin la literatura, siempre estoy pensando en la literatura, te diría que es en lo único que pienso. Lo que no significa que esté pensando en la ficción; de hecho, no consumo ni veo ni me interesa el mundo de la ficción. Me martilla la cabeza la literatura que hoy en día todavía es capaz de martillar. Estoy releyendo a André Gide, por ejemplo, y al que, para mí, es el mejor escritor del mundo contemporáneo, el psiquiatra portugués Antonio Lobo Antunes.

Noticias: ¿Qué le fascinaba tanto de Galán?

Torchia: Veía a Galán desde tiempos inmemoriales a escondidas de mi madre, que me decía: “Es un programa berreta que no te va a instruir”. Me fascinaba su cadencia, su tono de voz, su condición de porteño, pícaro, vivo, artista, personalista, peronista. Una especie de cajetilla impostado, porque no lo era. Me hubiera encantado ser peronista de Perón como él fue. Hoy tendríamos que decir que fue un peronista de derecha con todas las letras, pero más allá de eso, era un peronista de Perón. Galán nunca me pareció berreta, todo lo contrario. Está en la línea de la artisticidad que yo veo en lo hecho por Héctor Ricardo García. Esa imaginería de Galán, tenía valentía, había que ponerle “Yo me quiero casar, y ud?” a un programa en el horizonte de producción de ese momento.

Noticias: ¿Vive afuera de la moda?

Torchia: Vivo en otro tiempo histórico. Desconfío del presente. Desconfío de la novedad por la novedad misma, nos pasamos celebrando novedades. No tengo una relación apacible con la cotidianidad. Me gusta más el tiempo pasado y me gusta pensar en el futuro; el presente nunca me alcanza.

Noticias: Sin embargo, hoy le toca ser parte de un programa, “Intratables”, que fagocita presente.

Torchia: Me encanta estar en “Intratables”, soy muy feliz ahí, sabés. Estar todos los días y en el conjunto de voces aportar la mía. Es un ejercicio que hago porque siento que aunque sean tres o cuatro, hay alguien a quien le puede importar lo que yo pueda decir. Siempre pienso que estoy defendiendo minorías, que esa es mi función. No soy tribunero como Diego Brancatelli, tampoco me interesa el sentido común. Pienso mucho lo que voy a decir porque mi misión no es, justamente, ir a contar las noticias. Pero es lo más excitante que me pasó, que me inviten a opinar ahí y no a conducir “El refugio de la cultura”. Porque el desafío es, desde ese lugar, interpelar a los diferentes de vos y del resto. Es un milagro que esté en el panel de “Intratables” y se lo atribuyo a Santiago del Moro.

Noticias: ¿Cómo lo conoce a Del Moro?

Torchia: Como productor de un programa en Much Music. Venía de hacer radio y televisión en La Plata porque, como te decía, además de Letras me interesaban los medios y a través de un amigo, en el 2001, conseguí un lugar como asistente. Ahí lo conocí a él, y luego a Mariano Cohn y Gastón Duprat que me llevan a “Cupido”, tarea a lo que me dediqué durante tres años, todos los días, de manera vertiginosa, en ese primer ciclo en Much Music (2001-2003). Hice muchos trabajos y estoy completamente dispuesto a volver a hacerlos si mañana se cae todo lo que hoy estoy haciendo. No quiero que esto suene demagógico –porque después uno lee el típico “todo fue de casualidad, no lo busqué”– pero todos los días de mi vida pienso en qué voy a trabajar mañana si me quedo sin trabajo. Y desde que fui padre, más.

Noticias: ¿Su hija, Teresa (5), lo ve en la tele?

Torchia: Sí, me ve pero mucho no le interesa (risas). Le gusta “Cupido”, tres minutos, pero por la estética.

Noticias: Nunca ocultó su vida afectiva. ¿Está en pareja?

Torchia: Estoy en pareja con Tomás Balmaceda, periodista, doctor en Filosofía, investigador del Conicet y docente de la UBA. Vivimos juntos, a dos cuadras de la casa de mi hija. Estoy profundísimamente enamorado como nunca y muy feliz (N. de R.: Tomás es colaborador en NOTICIAS, fue parte del ciclo de tevé “Hiperconectados” y es uno de los conductores de “Sucio Pop” por FM Nacional Rock, además de ser un destacado blogger y tuitero).

Noticias: ¿Cómo es la relación con la madre de su hija?

Torchia: Soy gay y siempre lo fui, para cerrar toda discusión. Por supuesto que no creo en las categorías, pero no vamos a hablar de eso porque es un plomo. Amé profundamente a la madre de mi hija, que fue compañera de la secundaria y con quien nos rencontramos en Buenos Aires mucho después: fue hermoso todo lo que nos pasó, fue hermoso el embarazo de Teresa.

Noticias: ¿Cuál fue la pregunta más difícil que le hicieron en su vida?

Torchia: A los 25, me preguntaron cómo me veía dentro de diez años. Respondí “entrevistador”. Y hoy hago “Entrevistas x $ 5”, el microprograma para Digo, el canal comunitario gratuito, hecho por la gente, que dirigen Cohn y Duprat para la provincia de Buenos Aires (www.digotv.gba.gob.ar y canal 32 de TDA).

Noticias: La profecía cumplida.

Torchia: Sí. A mí me interesa escuchar a las personas. Aunque para saldar una deuda con mi infancia y juventud, tendría que conducir “Yo me quiero casar, y ud?”. También me creo capaz de realizar un megashow como los de la RAI. Amo esos megaestudios, los programas ómnibus bien producidos, con dinero y con estilo. No sé si proyecto una imagen de popularidad lo suficientemente consolidada como para encarar un proyecto tan popular. Creo que no y por eso lo estoy empezando a entender ahora con “Intratables”, que me sirve para encontrarme con la variedad, con los otros que piensan diferente.

Noticias: ¿Qué barrera nunca querría pasar?

Torchia: No saber retirarme a tiempo. De la misma manera que la cultura popular todavía no puede dialogar con la “alta cultura”, el conflicto entre tradición y novedad está muy presente. En la Argentina, nadie se quiere retirar de ninguna profesión. Creo que solo algunas divas lo han hecho, como Zully Moreno. Eso me interesa.

Noticias: ¿Cómo se ve de acá a diez años?

Torchia: Me veo con Teresa y Tomás, sentado en la puerta de Tribunales con un cartel que diga “Entrevistas x $ 5”.

por Leni González

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