Thursday 18 de April, 2024

BLOGS | 26-11-2013 18:59

Un asado con Moreno

Hay personas que fantasean con viajar al espacio. Algunos pensamos a diario en la posibilidad de un asado con el saliente secretario de Comercio.

Hay personas que fantasean con viajar al espacio, ganar una medalla de oro en los Juegos Olímpicos o comprar un palacio en la zona norte de algún lugar de zona norte. Algunos pensamos a diario en la posibilidad de un asado con Guillermo Moreno, el saliente secretario de Comercio Interior que hizo del barrabravismo light, un modo de conducción. Ese proceder atolondrado -que muchos tacharon de patotero, salvaje y soberbio- incluyó su agite fanático en actos de la militancia kirchnerista, gestos sin sutileza y desbocada lealtad (hay que reconocerle ese valor, la lealtad, más siendo un político y mucho más en estos días en que acomodarse es visto como un mérito).

Siempre hicieron más ruido sus exabruptos en sociedad que sus declaraciones juradas y eso sumó mística a su cuestionado perfil. Su retirada deja en pie un catálogo de frases tan memorables como grotescas: “¿Casco o guantes?”, “Estamos pasando de amarillo a rojo, ¿está claro?”, “acá no se vota”, son solo algunas de las pinceladas -todas ellas, de una misma asamblea de Papel Prensa- que retratan a un Guillote Moreno genuino y autoritario, más parecido a ese tío al que se le va la mano con el whiscola en las fiestas de quince que a un funcionario público de peso.

Tras su partida, en “6,7,8” destacaban la impronta “de barrio” que guiaba los pasos de Moreno. Aunque sirva de poco, es una afirmación cierta: parecía un tipo de barrio, con modales de barrio y residencia en un barrio común -Constitución-, detalle peculiar para un gobierno que gusta de los inmuebles en Puerto Madero, sin reparar acaso en la contradicción que ello implica. ¿Cómo no interesarse entonces en Moreno? ¿Cómo no pensar en la vida de ese tipo indescifrable y sin ninguna pasión por el protocolo? Luego de abandonar el cargo ¿qué hará los fines de semana el hombre que hasta hace una semana se ocupaba del control de ciertos precios? ¿Qué preguntas le habrá hecho la familia cuando compartió la decisión con ellos? ¿Qué habrá contestado a los mensajes de texto que suelen mandar casi de compromiso los conocidos en esta clase de situaciones? La renuncia de Moreno también nos resigna a la lectura de anécdotas políticas sin picardía. Se va un alfil del Modelo, pasa parte del gobierno y no quedan ni los artistas.-

por usuario

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios