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PERSONAJES | 20-12-2013 11:00

Paula Peralta: “Sé que tengo fecha de vencimiento”

Modela desde los 15 años, ahora integra el panel de “Infama”, estudia periodismo y oratoria. Novio empresario, convivencia y delivery.

Lleva una luna tatuada en la espalda, un corazón en la muñeca, una estrella en la panza y las iniciales de sus dos hermanos en los tobillos. Cada dos años se hace un tatoo, chiquito para que no interfiera en su trabajo de modelo. Aunque ahora Paula Perales sueña con ganar un lugar en la televisión. Convertirse en una chica mediática, despegar su imagen de la alta costura.

Como primeros pasos, se integró al panel de “Infama”, comenzó clases particulares de oratoria y periodismo con su amiga Jesica Cirio, se agrandó las lolas (la alta costura las prefiere poco voluptuosas) y terminó el secundario. Enamorada de un empresario, por tercera vez se animó a la convivencia y se mudó a San Isidro, aunque sigue usando como base su departamento en Palermo Soho.

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Llega con un shorcito deportivo que resalta sus piernas kilométricas y su 1,80 de altura. “Hasta los 19 la pasé mal. Me sentía una extraterrestre porque todas mis amigas me llegaban al hombro. Flaca, alta, torpe... Un paso, un golpe. Moría por ser petisa y culona”, dirá mientras el ascensor sube, y muestra en su celular fotos de su chihuahua, con tapadito rojo.

Noticias: ¿Busca alejarse de la pasarela y darle un nuevo perfil a su carrera?

Paula Peralta: No quiero dejarla, pero sí despegarme un poco. Acá la moda no se valora como en el exterior, no se le da el lugar que se le tendría que dar. Y se gana más siendo mediática que en los desfiles de alta costura, donde no te conoce nadie.

Noticias: ¿Notó alguna repercusión como panelista en “Infama”? ¿La reconocen en la calle?

Peralta: Nah… todavía estoy aprendiendo y voy una o dos veces por semana. Estoy atenta al juego de los demás, quiero entender bien cómo se mueven, para hacerlo lo mejor posible. Ya vencí un poco el tema de los nervios y me siento más cómoda: si quiero decir algo, levanto la mano. Antes lo pensaba diez veces y se me pasaba el tema (risas). Pero me divierto mucho y me río horrores. La tele me recibió bien, hay buena onda, pero ya me van a dar algún cachetazo.

Noticias: ¿Es verdad o mito que las modelos se esconden la ropa antes de los desfiles?

Peralta: Es mito, pero es muy competitivo todo, y lo que sí sucede es que van a pedirle al diseñador ser las que abren el desfile, y los codazos en la pasarela también son ciertos. He visto cada cosa… una vez se lo hicieron a una amiga y como vi toda la situación, lo dije en voz alta y la chica pidió perdón.

Noticias: No se queda callada ante una injusticia.

Peralta: Nunca, jamás. Te pasan por arriba, no podés sobrevivir.

A los 15 años Paula ganó un concurso de belleza en Almirante Brown, la llamaron para un desfile de una marca de productos para el pelo y se anotó en una agencia de actores y modelos para publicidad: tuvo suerte en el primer casting. “La pasé mal, pero con el tiempo me di cuenta de que no servía para publicidad porque era muy flaquita y muy alta. Daba más para moda. En este trabajo al principio son más “no” que “sí”, siempre”, cuenta Peralta. Frustrada por rebotar en las publicidades, a los 16 años se fue a probar suerte en el exterior: modeló en Milán, París, Turquía y Roma, hasta que se enamoró de un argentino que la trajo de vuelta. Con Ciro, un empresario de 36 años, dio un giro a su carrera: “Me quise abrir un poco del mundo fashion. Quiero estar más en la tele. Sé que tengo fecha de vencimiento, porque el cuerpo va a cambiar”.

Noticias: ¿Qué rescata de la experiencia en el exterior?

Peralta: Me hizo crecer de golpe. De repente, con 16 años, estaba parada en el Arco de Triunfo, sola, con un mapa y un papel lleno de direcciones para hacer casting.

Noticias: Empezó a los 15 años, ¿cómo fue transitar la adolescencia en un ambiente tan exigente con la imagen?

Peralta: Aproximadamente entre los 20 a los 23 años tuve problemas alimenticios pero no fue por la moda. Estaba pasando un mal momento personal, deprimida, y no comía. Lo canalizaba por ahí y bajé mucho de peso. Me costó recuperarlo.

Noticias: Exposición, flashes, fiestas glamorosas… ¿en algún momento perdió el rumbo o mantuvo los pies sobre la tierra?

Peralta: Siempre fui muy terrenal. Mi familia y mis amigas de la infancia me apoyaron mucho, y eso ayuda. Cuando veo algo muy careta me da asco, y mi novio es igual, por eso nos entendemos.

Noticias: ¿A él le gusta verla en los medios o le genera celos?

Peralta: No sé si son celos... Él me conoció así y es una de las cosas que planteé al principio para que no venga con un martes trece, porque no voy a dejar de hacer lo que hago por nadie.

Noticias: ¿Y usted es celosa?

Peralta: Sí, re. Sufría horrores, pero estoy mucho más tranquila. A veces siento celos, pero me acuerdo de todas las razones que me dio para que no los tenga, y pasa. Igual, tampoco soy de revisar las cosas, soy muy respetuosa porque cuando pasás esa barrera ya estás invadiendo la privacidad, y de eso no se vuelve. Después necesitás hacerlo todo el tiempo.

Noticias: ¿Aplacó los celos y se animó a la convivencia?

Peralta: Creo que esta vez me la jugué más que nunca. Al principio le ponía un freno, pero me relajé y dejo que fluya. Es complicado vivir con otra persona, pero estoy bastante adaptada a él, a su casa… Todo es de los dos y siempre me sentí cómoda. Como no sé cocinar, nos arreglamos con delivery. Me dejó armar el balcón como yo quería: le puse flores, velitas, canastos…bastante femenino (risas).

Noticias: ¿Casarse figura en sus planes?

Peralta: Me siento muy bien así, es un muy buen momento, siento que no necesito un papel. Pero sí se da, buenísimo. Si me lo preguntabas con mi novio anterior, aun en el mejor momento, te contestaba: “¡sí, me quiero casar!” Uno a veces tiene inseguridades y necesita de ese papel como para decir: sos mío. Hay que elegir al otro todos los días, y no porque algo te ate.

Noticias: Su pareja no tiene relación con el mundo de la moda, ¿salió con gente del ambiente?

Peralta: Soy re noviera, pero no, nunca. A las cremas y el maquillaje los quiero usar yo (risas). Está bien que uno se mire bastante al espejo, pero ya dos me parece una boludez.

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