Hace un año el brutal asesinato de Sandra Colo saltó a la luz nacional ya que su hermana había muerto de una forma parecida en el pasado (se pensó que ambos crímenes podían estar conectados).
Un par de semanas atrás, otro crimen sacudió a Junín: Paola Tomé de 38 años apareció muerta en su negocio céntrico y las características con el caso Colo, tanto en la forma de muerte (asfixia) como en la escena del crimen (borrado de huellas) eran idénticas. LA VERDAD, el diario que dirijo en esa ciudad, fue el único medio que se animó a hablar de asesino serial.
Un par de horas atrás las pruebas de ADN confirmaron que se trató del mismo asesino, y los investigadores cayeron en la cuenta de que el crimen fue cometido en idéntica fecha (16) y sobre perfiles de mujeres parecidas (solteras, de vida activa y que trabajan solas en comercios) En estas horas hay una reunión en la Fiscalia General juninense y la psicosis comienza a extenderse ya que no son muchos los casos de asesinos seriales en el país ni la experiencia para enfrentarlos.
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