Tuesday 19 de March, 2024

CINE | 12-08-2014 21:09

Cinco formas de recordar a Robin Williams

Cuatro films y una serie donde su trabajo es perfecto y recorren todas sus facetas.

Robin Williams fue, sobre todo, un gran capocómico. Entre sus films más populares aparecen El mundo según Garp, Moscú en Nueva York, Papá por siempre, Despertares, Jumanji, o Las aventuras del Barón Münchausen, pero logró variar e incrementar su rango hasta crear personajes que van de lo tierno a lo perturbador. Aquí, cuatro films y una serie donde su trabajo es perfecto y recorren todas su facetas.

1- Mork y Mindy. La serie que lo lanzó a la fama, donde interpretaba a un extraterrestre. Su “inadecuación” a este mundo le permitió utilizar la improvisación cómica y, especialmente, su velocidad al hablar. Fue una manera perfecta de utilizar, de manera visual, su talento para el stand-up.

2- Buenos días, Vietnam. Doble Williams: por un lado, un iconoclasta metido en un mundo terrible que no deseaba conocer, por otro, el personaje dentro del personaje, el tipo que usaba la radio -la voz- para enfrentar el horror de la guerra desde el humor irreverente. Fue su (merecida) primera nomimación al Oscar.

3- Aladdin. La actuación al grabar -con mucha improvisación- la voz del Genio para este film de Disney orientó a los dibujantes. El resultado es anárquico y preciso a la vez, y muestra hasta qué punto en el humor desquiciado de Williams funcionó siempre la huella del cartoon desenfrenado. Sigue siendo un trabajo único de voz para animación.

4- En busca del destino. Aquí sí ganó el Oscar como el profesor de matemáticas que orienta al personaje de Matt Damon, un pibe disoluto pero genio de los números. Está más controlado -por el gran director Gus Van Sant- pero logra combinar raptos de severidad con momentos de comicidad pura sin caer en (su vicio a veces) la sacarina a reglamento.

5-Insomnia. Williams siempre tuvo, además, algo de perturbador. En este film de Christopher Nolan es un probable asesino perseguido por el torturado detective que interpreta Al Pacino -en un duelo actoral notable- donde la aparente “gracia” de su personaje ocultaba algo siniestro y retorcido. El otro lado de un payaso por un payaso perfecto.

por Leonardo D’Espósito

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