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CULTURA | 14-11-2014 15:38

La última polémica de Tulio Halperin Donghi

En una entrevista con NOTICIAS, el historiador cuenta por qué decidió investigar a Manuel Belgrano.

El último libro del fallecido historiador Tulio Halperin Donghi generó una fuerte polémica con intelectuales como Horacio González y Pacho O'donnell. Su investigación histórica sobre Manuel Belgrano lo llevó a derribar la imagen histórica que había sobre el prócer: era incompetente, fantasioso, egocéntrico y sin sentido común.

A continuación, la entrevista que le brindó a NOTICIAS durante los primeros días octubre, cuando su libro llegó a la portada de la revista.

NOTICIAS: ¿Por qué le interesó concentrarse en la figura de Belgrano en su último libro?

Tulio Halperin Donghi: Tal como lo explico en él, mi interés por Belgrano surgió de un proyecto previo, que intentaba seguir el perfilamiento del intelectual hispanoamericano a lo largo del “largo siglo XIX” que se extiende desde la caída de la Bastilla en 1789 hasta el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914. Fui adelantando intermitentemente ese proyecto, a partir de 1952, pero solo al abrirse el siglo XXI encaré de frente la estructuración del que iba a ser “Letrados y pensadores”. En ese trabajo se me ocurrió seguir en paralelo la trayectoria de Belgrano y la del deán Funes, en los que esperaba ver encarnarse dos claras alternativas abiertas para quienes se resolvían a correr esa aventura. Si esperaba tener problemas, era con el deán de Córdoba, que había ganado una sólida fama de escurridizo; para mi desconcierto los tuve con Belgrano, y tan extremos que renuncié a conservar su figura entre las que me ocuparon en esa obra, y dedicar una monografía a ese personaje que cuando buscaba aferrar se disolvía en el aire. No sé si terminé por sentir alguna impaciencia ante esa elusiva figura.

NOTICIAS: ¿Sería justo considerar al Belgrano que usted describe como a un niño rico con pocas luces?

Halperin Donghi: Lo primero sería justísimo; cuando nació lo esperaba la más sólida fortuna de Buenos Aires; en cuanto a las “pocas luces” debo de haberme expresado muy mal, porque no se las atribuyo en absoluto, y lo que expresé de modo tan insatisfactorio es mi sorpresa ante la reacción de los lectores que le ofrecen una suerte de melancólica solidaridad en la que se refleja –me parece– el temple de ánimo que domina en este tercer milenio, en que hemos renunciado a entender el destino que nos arrastra hacia lo desconocido. En este punto me atrevo a apoyarme también en un espectáculo que confieso que me impresiona vívidamente: es el de las multitudes que por millones cantan coros incomprensibles a los que no aspiran a descubrir un sentido, y que me impresiona porque descubro que son emociones que comparto: cualquiera sea la magia secreta de los “Versos sencillos” de Martí no cabe duda de su eficacia.

NOTICIAS: Si Belgrano no es un hombre de “pocas luces”, creemos entender que se trata de un héroe a quien las tareas que debe ejercer lo exceden, que intenta satisfacer las aspiraciones de sus padres y que no encuentra un lugar cómodo y seguro en el mundo. ¿Esta interpretación se corresponde mejor con su intención al describirlo? Y, en segundo lugar, ¿la “melancólica solidaridad” a la que alude en el final del libro es propia de este siglo, o siempre Belgrano supo despertarla, en virtud de la cambiante realidad de los argentinos?

Halperin Donghi: En cuanto a la primera, resume de modo excelente la que me pareció que era ya la visión que de Belgrano tenían sus contemporáneos, y la segunda sugiere quees la “cambiante realidad” que no sólo los argentinos hemos padecido y seguiremos padeciendo en este fin de época la que hace que tomemos conciencia de lo que desde siempre tuvo de peculiar la relación que con Belgrano tenían ya sus coetáneos.

NOTICIAS: ¿Cuál es la “guerra contra sí misma” de la que usted habla en el libro, que hoy envuelve a la nación?

Halperin Donghi: Todas las noches repaso “La Nación”, “Clarín” y “Página 12” y me parece reconocer los gritos de una guerra que, por fortuna, no exige aún víctimas humanas, pero no serían más violentos si esta los exigiera. Es posible que para quienes la sufren de cerca se haya trasformado en una poco armoniosa música de fondo que ya ni siquiera perciben.

NOTICIAS: ¿Es consciente de que su libro provocará una gran polémica?

Halperin Donghi: Espero que su vaticinio no se cumpla, y si eso ocurre no es mi intención intervenir en ella.

NOTICIAS: En relación con las conocidas disputas que usted ha mantenido con ciertas instituciones y pensadores del revisionismo, ¿qué lugar ocupa esta nueva lectura de Belgrano en estas disputas?

Halperin Donghi: En rigor, tampoco entonces intervine en ellas; me limité a expresar e intentar fundar mis opiniones sobre ciertos temas que suelen ocupar a esas instituciones y esos pensadores.

por Adriana Lorusso

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