★★ Durante 45 minutos, el espectador intenta deducir por qué una mujer perdió la energía necesaria hasta para asearse y vive sumida en la dejadez, mientras un muchacho intenta rescatarla de ese pozo depresivo. Ella ostenta un aparente pasado exitoso como actriz y se refugia en el alcohol y los tranquilizantes. En tanto, él es un actor con problemas de tartamudez que no se anima a enfrentar un escenario ni se da cuenta de que, para salir de cualquier abismo, antes se necesita la voluntad de quien se abandonó.
El título resulta honesto sólo en parte; además de lo que podría ser un ejercicio de improvisación, resulta muy débil incluso como bosquejo de una obra. Ni siquiera logra reflejar un problema cotidiano y existencial. Tal vez con otro desarrollo, más explícito, el efecto sería diferente. Así planteada, sólo vale la pena para ver dos actores librados a su suerte en una propuesta que los excede.
por Jorge Luis Montiel
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