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EMPRESAS | 15-12-2014 00:41

El club de los millones

Los empresarios top de Brasil buscan adherentes en el país. Quieren debatir e influir en la economía.

Para formar parte del Grupo LIDE (Líderes Empresarios) se necesita un requisito excluyente: una facturación mínima de 100 millones de dólares, si es una empresa local, o de 300 millones, si es la subsidiaria de una multinacional. En esa cofradía de líderes ejecutivos, se relacionan un centenar de dueños, CEOS y gerentes generales dispuestos a debatir e influir en el contexto económico y sociopolítico. “LIDE tuvo su origen en Brasil, donde cuenta con unas 1.200 empresas adheridas que representan el 52% del PBI privado; de hecho, somos la organización empresarial más grande de Sudamérica”, se ufana Rodolfo de Felipe, el empresario que maneja la Compañía Argentina de Servicios Portuarios y aparece como el director de LIDE Argentina.

La asociación empezó hace un tiempo su expansión internacional y tiene actividad en Alemania, China, Italia y otros nueve países. A la Argentina llegó en el 2010 y esperan llegar a los primeros 100 miembros. Dicen que no aspiran a competir con entidades de fuerte presencia en el país como la AEA (Asociación de Empresarios Argentinos, formada por los dueños y CEOs de las principales empresas radicadas en el país) o Idea (el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina, más enfocado en la formación, promoción y liderazgo del sector corporativo.

¿Cuál sería su misión? De Felipe subraya: “Generar oportunidades de relacionamiento del más alto nivel. Claro, con requisitos estrictos: solo está permitido el ingreso a quienes dirigen las empresas más exitosas del país”. Cada uno de ellos debe pagar una cuota anual de 4.000 dólares para acceder a las actividades. El directivo también aclara que no se trata de un grupo dedicado al lobby de sus negocios particulares. Además, los adherentes no le ceden la representación al Grupo y por lo tanto, pueden integrar a la vez las respectivas cámaras empresarias y desplegar su actividad gremial, como la que desarrolla la UIA, la Unión Industrial Argentina.

“Crear contenidos”. Para De Felipe, esa flexibilidad es ventajosa: “En nuestros foros no se discuten cuestiones sectoriales o corporativas. Exploramos y aprovechamos las oportunidades de negocios para invertir y desarrollar emprendimientos de impacto positivo en la sociedad”. Por ejemplo, preparan un proyecto de ley de Incentivo a la práctica deportiva. Buscan concretar un mecenazgo a los atletas más competitivos con fondos -se imaginan- que podrían surgir del monto que pagan por Ganancias. En realidad, se trata de una idea importada de la casa matriz brasileña, ya aprobada en ese país. Según sus directivos, la tarea estratégica que se proponen es “crear contenidos de primer nivel”. Recientemente presentaron el Indicador Budget Time -respaldado técnicamente por la mayor empresa de investigación de mercados en Latinoamérica IBOPE-, un estudio privado que refleja la opinión promediada de los líderes corporativos y que sirve para armar una especie de Presupuesto 2015 de sus negocios.

Sin datos oficiales confiables y con una economía en plena recesión, la opinión del sector empresarial adquiere cada vez mayor importancia. Las compañías, a la vez, precisan estudios y proyecciones confiables. Respecto a la inflación, por ejemplo, la gente de LIDE proyecta para el año que viene un pico interanual que rondaría, como este año, el 40%. Y prevén un tipo de cambio promedio de entre 10 y 12 pesos. Con estas variables, para componer su Presupuesto del año que viene, los ejecutivos aseguran que habría que calcular un incremento salarial paritario de entre el 30 y 40%. Más allá de la certeza estadística o del rigor de las aproximaciones empresarias, lo que vale es el reflejo de la opinión de sus ejecutivos: “Se deberá considerar especialmente aumentar la frecuencia de las revisiones periódicas del cálculo presupuestario, extremar el cuidado del 'capital de trabajo' y asignar mayor relevancia a la capacidad de gestión”, saca como conclusión el trabajo que elaboraron para presentarse en Buenos Aires.

El clima empresario. Entre las opiniones sondeadas surge que los ejecutivos confían más en la eficiencia de los niveles provincial y municipal que en el nacional, que el 50% de sus encuestados confiesa que los negocios van peor respecto al segundo trimestre del 2013 y que tan solo un 5% planea tomar nuevos empleados contra el 74% que piensa mantener su dotación de recursos humanos sin cambios (ver infografíasobre impacto en el IPC del ajuste de tarifas y evolución del salario en dólares).

“El 2015 va a ser un año difícil, de muchas preguntas y pocas respuestas", analiza De Felipe. A la vez, apuesta al mediano plazo: “Las decisiones de inversión no se toman de un día para otro, los ciclos son largos. Creo que va a ser un año de expectativas positivas. Yo voy a Brasil y los grandes empresarios, más que nunca, me preguntan por la Argentina. ¿Por qué? Porque algo va a pasar. A fines del 2015 algo va a cambiar, aunque sean solo nombres en principio. Eso solo genera expectativas. Y la economía se mueve sobre la base de expectativas”.

Además del Indicador Budget Time, el Grupo LIDE realiza trimestralmente el índice de Clima Empresarial: sus datos pueden compararse al instante con los resultados de Brasil. Sobre los factores que impiden en el país el crecimiento de las empresas, De Felipe cree que el escenario político es una traba mayor que el nivel de la demanda, la carga tributaria o la tasa de interés: “Uno le pide a un gobierno que establezca reglas y que no las cambie todo el tiempo. Es lo básico. Y el Estado se hará cargo después de que se respeten. Nada más. El privado es quien decide si puede o no hacer el negocio”.

La novedad, según dejan ver las encuestas que presenta este grupo, es que en Brasil lo que se llama “el escenario político” no era un factor decisivo para los empresarios, al menos hasta este año (elecciones mediante) en que empezaron a considerarlo una traba. “El problema de la improvisación es una característica de toda la región, no solo de la Argentina o de Brasil -dice De Felipe-. Aunque hay algunas excepciones: se nota que Chile, Perú y Colombia agarraron en otra dirección”.

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