Thursday 28 de March, 2024

SOCIEDAD | 22-12-2014 15:20

Peligro Barreda

Por disposición del juez Raúl Dalto el odontólogo volverá a la cárcel.

El juez Raúl Dalto consideró que "es un peligro" que el odontólogo continúe viviendo con su pareja y ordenó su inmediata detención y trasladado al penal de Gorina. Según sus propios dichos: “hay una situación de sumo riesgo y de peligro inminente tanto para Barreda como para la señora Berta”.

Puertas adentro. La relación entre Berta y Barreda nunca fue normal. Lo que Berta evita contar es que Barreda la trata de manera despectiva, igual que como él aseguró ante la Justicia lo trataban las mujeres a las que mató. “Conchita” era el apodo que, según Barreda, utilizaban su ex esposa Gladys McDonald, su suegra y sus hijas para maltratarlo. “Chochán” es la manera con la que él llama a Berta.

“Barreda es un psicótico paranoico. Nunca se pudo comprobar si realmente le decían “conchita” o si eso no era un delirio de él. Un delirio razonante que crea una adhesión emocional que hace que quienes lo escuchen, le crean. Su paranoia era la de hacer justicia porque supuestamente se burlaban de él y por eso las mató”, explicó la perito psicóloga Patricia Martínez Llenas. La profesional explicó que, en casos como el del odontólogo, hay qué ver qué afección familiar fuerte tuvo en su infancia para sentir el odio que tiene hacia las mujeres, y agregó que “Barreda podría estar nuevamente con el delirio de justiciero a flor de piel”.

El problema con Berta no sería solo económico sino que, además, él no parece dispuesto a tener que cargar con su mujer. Según le explicó a NOTICIAS un vecino que hace treinta años conoce a Berta, “ella está teniendo importantes problemas de movilidad y de alzheimer”. Estos problemas de salud incrementaron las discusiones en la pareja porque Berta le exige a Barreda más atención. Reclamo que ante los jueces, según el abogado del odontólogo, Eduardo Gutiérrez, Barreda se comprometió a cumplir “como corresponde a una persona de bien”.

Durmiendo con el enemigo. Cuando la Justicia le otorgó a Barreda el beneficio de la prisión domiciliaria, en el 2011, fue Berta la que ofreció su departamento para vivir juntos. La decisión de la mujer llamó la atención: metía en su casa a un hombre que asesinó a todas las mujeres de su familia. A pesar de eso, la pareja se instaló en el departamento de Berta, ubicado en la calle Vidal al 2300, en el barrio porteño de Belgrano. De ese domicilio salieron juntos hacia La Plata, el jueves 11. Barreda, por miedo a que Berta lo denuncie y que eso lo obligara a volver a prisión, la denunció a ella.

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