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SHOWBIZ | 26-02-2015 22:31

Para todo el mundo

Los casos de Gaturro y Plim Plim, dos franquicias argentinas con repercusión a nivel global. El rol de la innovación tecnológica.

Corría 1968 y con apenas siete años de edad, Miguel ya tenía una rutina diaria: esperar a que Canal Trece ponga al aire “Las aventuras de Hijitus”, su programa de televisión favorito. A lo largo de varias temporadas, el personaje más querido de Manuel García Ferré divirtió a los chicos de ese entonces en la pantalla blanco y negro mientras a la vez aparecía en su propia revista, en numerosas publicidades y en infinidad de juguetes. Casi medio siglo más tarde Santiago, el nieto de Miguel, le pide el celular a su abuelo para usar la app de Plim Plim y loguearse en Mundo Gaturro, el espacio virtual en el que juega y se relaciona con otros chicos. Y si bien a primera vista poco parece haber cambiado en el salto generacional, hoy las cosas son muy distintas y los contenidos infantiles argentinos están rompiendo las fronteras y marcando récords.

Tanto el payaso que se pinchó la nariz como la criatura más famosa de la contratapa de La Nación se volvieron sucesos internacionales en plena expansión y que están motorizando la creación de más personajes y contenidos. El secreto del éxito parece residir en haber abandonado los caminos tradicionales para abrazar, en cambio, la vía de la web y las plataformas transmedia. “Conocimos a Nik y a su socia en 2009, cuando nosotros queríamos incursionar en el mundo de los videojuegos e ingresar en el segmento de mundos virtuales para niños, que tenía una gran penetración en el país. Nos interesaba Gaturro por su popularidad y porque Nik mismo estaba permanentemente buscando cómo expandir la franquicia y con inquietudes tecnológicas. Lo contactamos, nos conocimos y en 2009 creamos en conjunto una nueva empresa para lanzar ‘Mundo Gaturro’. Se presentó en 2010 y se hizo rápidamente muy exitoso, porque pudimos agrupar a una comunidad incipiente de niños fanáticos que trajeron a sus amigos y nos permitieron crecer”, recordó Marcelo Liberini, CEO de QB9 Entertainment. Hoy “Mundo Gaturro” cuenta con más de diez millones de usuarios registrados y 1.3 millón de chicos jugando cada mes. Estos números los animaron a ir por más: “Nos metimos de lleno en el mundo transmedia, trabajando con Nik en la explotación del merchandising, la explotación fuera de la Argentina, los productos audiovisuales, el mundo mobile… y desde entonces estamos trabajando con el proyecto Gaturro en todo el mundo”.

Orígenes diferentes. La escala global que alcanzó Gaturro –cuyo origen en las tiras se remonta al mítico peluquín del ex presidente Carlos Saúl Menem– fue uno de los aspectos en los que hubo que trabajar. “Con el diario del lunes te puedo decir que todo estaba fríamente calculado, pero la verdad es que fue una apuesta. Sí sabíamos que era un personaje con una temática y una figura universal que le escapaba al costumbrismo argentino. Pero todo fue esfuerzo, trabajo, sacrificio. Lo más difícil fue posicionarlo fuera de América Latina, porque las tiras de Nik están en los principales diarios del continente y ya era conocido, pero nosotros lo estamos llevando a España, Estados Unidos, Asia…”, reconoció Liberini. Las cosas fueron diferentes con Plim Plim, ya que el payasito nació con vocación internacional. “Plim Plim era el protagonista de la canción que todos conocemos pero no era una propiedad. Guillermo Pino se dio cuenta de eso y registró aquí y en varios países a un personaje infantil audiovisual que transmite valores y hábitos positivos para todo el mundo. A partir de ahí empezó a estudiar cuáles eran los productos infantiles que más habían triunfado, cuáles habían sido sus errores, se dio cuenta de la necesidad de contar con el asesoramiento permanente de docentes y pedagogos… trabajó intensamente para escribir y armar 20 capítulos de 7 minutos de animación 2D. Él arrancó con toda una temporada completa, haciéndola sin anunciar ni vender, pero pensando siempre en escala global. De hecho, cada personaje representa a un continente, con temas universales, siempre con valores positivos”, relata a Noticias Patricio Collasso, Country Manager de Smilehood. El esfuerzo rindió sus frutos y una vez que la serie fue completada, Disney la compró y la puso al aire en su señal Disney Junior. Hoy ya va por su tercera temporada, tiene altos índices de audiencia en todo el continente y comenzó a emitirse en Estados Unidos, Israel y la India, entre otros mercados.

Diversificados. Pero no sólo hay que evitar los localismos que hicieron de “Las aventuras de Hijitus” un éxito que no logró romper las fronteras del país décadas atrás, sino que tanto los responsables de Gaturro como los de Plim Plim saben bien que, a diferencia de lo que sucede con el contenido audiovisual para adultos, el negocio en material infantil no está en la distribución, sino en las licencias. Y que hoy hay muchas más pantallas para ocupar. “Decir que un proyecto es 360 o transmedia no es decir mucho si no entendés de dónde viene y para qué audiencia es. No es lo mismo adultos que niños. La audiencia infantil nació digital. Si vos tomás una propiedad infantil que nació en la televisión, entonces lo 360 es llevarlo a lo digital. Con Gaturro se da otro fenómeno, porque más allá de que nació en las tiras cómicas, muchos de los niños lo conocieron en lo digital y lo que hicimos fue llevarlo al mundo de la licencia y agregarle la pata televisiva. Así empezamos a trabajar en el ciclo que se vendió a Cartoon Network, a Artear y a un montón de canales de aire de toda América Latina. Lo que hacemos ahora es volver a lo digital al ponerlo en Netflix y en otros VOD. El plan 2015 es entrar en nuevas geografías en paralelo con el mundo digital videojuegos y VOD digital. Así hay shows teatrales, discos con Universal, promociones, merchandising y los negocios tradicionales como el publishing”, puntualizó Liberini. Desde Smilehood, Collasso coincide con el diagnóstico y con el momento especial que vive la industria: “Cuando arrancamos, el 360 significaba que el contenido que teníamos se repitiera en diferentes pantallas y se otorgaran licencias en categorías como muñecos y remeras. Hoy en día hay muchas más pantallas y cuando uno recorre las ferias internacionales en voz baja varios reconocen que no saben exactamente a dónde va a ir el negocio pero hay que estar preparados. Nosotros nos vamos adaptando, haciendo acuerdos con Netflix. Estamos viviendo un cambio muy grande y nadie sabe, por ejemplo, si efectivamente va a morir la televisión o cuántos dispositivos con pantalla importan”.

La estrategia adoptada frente a este panorama es lanzarse de lleno a la innovación. Así, Plim Plim presentó su primer eBook interactivo, fruto de la alianza con la compañía local Magic Gardens. “Se trata del primer volumen de cinco que tenemos planeados. Los eBooks interactivos son libros enriquecidos que están creciendo mucho en Europa y que confiamos que van a ser la vedette tech en poco tiempo. No es ni una app ni un eBook, es una nueva categoría que nos pone al frente en innovación”, explicó su CEO, Oscar Soria, quien ya desarrolló contenidos para “Metegol” y trabaja en su propia serie infantil, la primera dedicada a crear conciencia sobre la alimentación. Al igual que QB9 Entertainment y Smilehood, Magic Gardens trabaja desde la Argentina para el resto del globo. “Sin dudas el talento argentino es un diferencial, la calidad de las personas con las que te manejás acá es única”, puntualizó Soria. Liberini coincide aunque marca algunas dificultades: “El argentino promedio es muy talentoso, muy ingenioso, y eso se nota. Pero la desventaja es que cuando querés ir más allá de América Latina te das cuenta de que estamos muy lejos del centro del mundo. Y eso es costoso en diferentes niveles, no sólo el económico, sino también en la generación de contactos. No sólo no somos un centro relevante en animación, sino tampoco en contenido infantil, así que hay que abrirse camino. Los éxitos con las propiedades de García Ferré y Quino, por ejemplo, o fueron muy locales o en un público que no era estrictamente el infantil”.

Así, sin modelos locales de los cuales aprender aciertos y errores, los responsables de los formatos locales más exitosos avanzan experimentando y con la esperanza de ser la punta de lanza de un polo de producción de contenidos innovadores de Argentina para el mundo.

por Tomás Balmaceda

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