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EMPRESAS | 06-03-2015 09:30

Penurias del alimento nacional

El aceite de oliva argentino lidera el mercado fuera de Europa. Pero produce 80% menos de lo esperado y de su capacidad potencial.

La producción de aceite de oliva en el país ha crecido cerca de 250% desde al año 2010. Si bien no llega a representar más que el 1% del mercado internacional, la Argentina es el primer productor fuera de la cuenca del Mediterráneo, las tierras de Europa, África y Asia que rodean ese mar: allí se concentra el 90% de la producción, el 77% del consumo y el 95% de las exportaciones. Aquí, en cambio, hablar de aceite de oliva es hablar de un mercado premium. Se trata de un formato comercializado como de alta calidad nutricional y con propiedades beneficiosas para la salud. “El aceite argentino es de altísima calidad. De hecho, el aceite que le vendemos a España a granel es envasado y vuelve acá como marca premium”, explica Andrés Oliver, director de Operaciones de ABDlick, una empresa productora de aceitunas y aceite de oliva de alta calidad en terrenos mendocinos.

Sin embargo, la Coodinadora de las Industrias de Productos Alimenticios, COPAL, acaba de solicitar medidas urgentes para solucionar los graves problemas de competitividad que soportan las economías regionales. En el 2014, por ejemplo, cayeron las ventas al exterior de vinos (-4,4%), peras (-9,2%), manzanas (-11,6%), dulces y mermeladas (-19,5%), jugos (-26%), aceitunas (-31%), uvas (-33,7%), aceite de oliva (-43,3%) y conservas de frutas (-60,6%). Los empresarios del sector se reunieron, alarmados, con el secretario Augusto Costa, pero no esperan que los escuchan justo ahora que el Gobierno está en retirada. Solo reclamaron una mejora en los reintegros, la disminución de retenciones y mayor financiamiento. La apreciación cambiaria -creen- recién vendrá con el cambio de gobierno (ver recuadro).

Costos e inversión. Pese al difícil año económico que se pronostica en las provincias, Oliver cree que este es un buen momento para invertir en el sector, ya que el precio de las tierras es muy bajo en comparación con otras geografías: “Un terreno que acá cuesta 15.000 dólares, del otro lado de la Cordillera, en Chile, puede ascender a los 28.000”, compara. Pero para que la inversión sea rentable es muy importante tener en cuenta el factor tecnológico. El modelo de producción tradicional, que utiliza riego por bombeo y recolección manual, tiene un costo de producción y mano de obra hasta un 25% mayor al que necesita un esquema moderno. “El costo anual de producción de un olivar -que incluye costos de labranza, agroquímicos e insumos-, es de 2.000 a 2.500 dólares al año. Si el riego es por extracción de pozo, hay que sumarle otros 1.000 dólares por el precio de la energía. Y si la recolección es manual, cuesta 20 centavos de dólar por kilo producido”. Así, el inversionista calcula que para una producción de 12.000 kilos, que hoy rinde 4.800 dólares, el gasto se aproximará a unos 5.500. Oliver aclara: con una cosecha mecánica, ese costo se podría reducirse a 3.500 dólares, dejando una rentabilidad aproximada del 20% anual.

Según los datos oficiales, existen en el país 6.000 productores de aceite de oliva que ocupan 91.100 hectáreas distribuidas en las provincias de Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Córdoba, Buenos Aires, San Luis y Río Negro. Sin embargo, en el país sólo existe una decena de máquinas olivícolas. El grueso de la producción queda en pocas manos.

Entre las marcas que lideran el mercado figuran Lira (Molinos), Natura (AGD Alimentos Naturales), Yancanelo (empresa del Grupo Agroindustrial Andreani) y Nucete (cuyo dueño histórico, José Nucete, debió cerrar en el 2012 -a los 85 años de edad- y venderle la propiedad al ministro de Salud, Juan Manzur). Entre otras marcas, figuran también reconocidos nombres de bodegas: Zuccardi, Catena, Castelmonte, Las Perdices, entre varias otras, que ofrecen distintos blends. Los aceites de Olivos de Lagarde, por ejemplo, nacen de los frutos que dan los centenarios viñedos de la finca. Se extraen a baja temperatura y son elaborados a través del llamado “método toscano”, un proceso exclusivamente mecánico que garantiza un aceite de oliva virgen extra totalmente natural.

Si bien el comercio internacional sólo contempla las categorías aceite de oliva virgen y mezcla, existen una docena de variedades de aceitunas que logran sabores bien diferenciados.Una presentación de medio litro de aceite de primera calidad ronda entre los 100 y los 120 pesos.

Un escenario favorable. Uno de los principales problemas del sector es su dependencia no solo del clima sino de los precios internacionales y la producción y el consumo de los principales países productores. Según datos del ministerio de Agricultura, la producción promedio anual de la Argentina es de 23.000 toneladas, pero en la última campaña solo se completaron 17.000, un 80% menos de lo esperado. Para la próxima campaña, se espera casi doblar ese número. Ayudaría el crecimiento último de los precios internacionales: en los últimos seis meses se dispararon desde 2.000 euros (US$ 2.270) a 3.200 euros (US$ 3.630) la tonelada por la mala producción europea. De hecho, el Consejo Olivícola Internacional (COI) proyecta una retracción del 27,5% para la producción mundial con respecto a la campaña anterior. La baja expectativa en las cosechas italianas y españolas favorecería la posición argentina en mercado intenacional, especialmente en el comercio con Brasil, pese a su propia retracción. En ese caso, las ventas se verían abaratadas por los beneficios impositivos del Mercosur. Brasil y Estados Unidos concentran el 76% de las exportaciones locales de aceite de oliva virgen.

Hoy, el sector olivícola argentino se encuentra en emergencia por cuestiones climáticas, pero existen buenas perspectivas a futuro esperando que los precios internacionales suban o se mantengan y que se actualicen los valores de la moneda local.

por Noelia Fraguela

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