Thursday 28 de March, 2024

SOCIEDAD | 25-03-2015 18:15

Entrevista cruzada

Hablaron de todo. Intimidades, pase de facturas y hasta se animaron a criticarse.

Alfredo y Diego Leuco sonríen con ganas cuando, a todo volumen, empieza una versión rockera de “Father and son” de Cat Stevens, la cortina musical de su primer programa de televisión por cable juntos. Están a segundos de estrenar “Los Leuco” (martes, a las 22, por TN), no saben que lograrán picos de 4,5 puntos de rating y que la charla de padre e hijo –café mediante– hacia el final del programa será lo más visto. “Después de toda esta expectativa debe ser algo importante lo que viene”, bromeó Adrián Suar, el invitado estrella del programa, cuando se generó un silencio incómodo minutos antes de salir al aire. Alfredo (60) estaba más nervioso que Diego (25) según contaron ellos mismos, pero en la previa del estreno abundaron el humor, la complicidad y las chicanas.

Aunque fue un día agitado para ellos, una vez relajados, los Leuco se animaron a una experiencia periodística inédita: entrevistarse mutuamente. Hablaron sobre cómo es compartir la profesión, la intimidad de esta relación y se criticaron sin filtro.

Alfredo Leuco: Diego, la cosa que me da más bronca de vos es una vieja discusión que tenemos sobre la ética y la estética. Creés que un par de zapatos lindos, una corbata o un buzo de Hugo Boss vale tanto como una buena idea o un buen pensamiento.

Diego Leuco: ¡No es verdad! Vos hablás como si ambas cosas fueran excluyentes. Cuando hicimos el piloto del programa, te llamé y te dije que estabas un poco oscuro y que te tenían que iluminar mejor. Y vos me contentaste: “Qué me importa, me da lo mismo”. Yo creo que, por supuesto, vale el contenido, pero cuando hacés televisión es importante la ropa, la luz, la escenografía, es una cuestión de edad. Me parece que vos estás atrasando unos quince o veinte años. El rol que me ha encomendado el Grupo Clarín es: “Modernizá a Alfredo Leuco”. Hace poco me recriminaste que había salido una nota sobre mi corte de pelo y para vos lo importante era que hablaran de lo que digo.

Alfredo: Para mí lo importante como periodista es que hablen de lo que uno tiene adentro, no afuera de la cabeza.

Diego: ¿Pero vos pensás que es excluyente? ¿No se puede hablar de un informe y estar atento a tener bien la ropa? ¿Por qué no pueden convivir?

Alfredo: No son excluyentes, pero en una tabla de prioridades, es lo que cada uno puede hacer en un trabajo.

Diego: Cambiando de tema. Sé que te tienta ser candidato. ¿Por qué no lo hacés?

Alfredo: Voy a hacer una revelación: me ofrecieron ser candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires, y les dije que no. Me gusta vivir bien y soy una persona honesta y honrada, prefiero las actividades privadas y ganar un poco mejor y darme algunos gustos. Si yo tuviera un patrimonio importante, me dedicaría a la política, me apasiona.

Diego: Pero vos no sabés ganar plata. Hace años que sos periodista y alquilás un departamento.

Alfredo: Yo tengo una formación de militancia de izquierda y creo que eso me hizo sentir culpa por el tema del lujo. Me da pudor la exhibición. Yo te digo que vos sos demasiado impulsivo y muchas veces caés en el error de creer que tu opinión es la única. Te estoy pasando la factura. Y eso es medio kirchnerista.

Diego: ¿Cuándo?

Alfredo: Muchas veces te ponés en una posición tozuda. Creciste muy rápidamente. La verdad es que queda mal que lo diga porque sos mi hijo, pero no hay muchos antecedentes de un joven de veinticinco años que conduzca un programa de televisión, en una radio líder, que sea el “segundo” de uno de los periodistas más importantes de la historia argentina que es Jorge Lanata, que co-conduzca un programa de cable, y que además haya participado en periodismo gráfico metiendo notas de tapa en NOTICIAS. Me da mucho orgullo.

Diego: ¡No me dijiste nunca eso!

Alfredo: Bueno, estoy aprovechando ahora. La vida me ha devuelto mucho más de lo que yo pensaba con la posibilidad de trabajar en un programa con mi hijo, no encuentro mayor felicidad que esa. Yo quiero retirarme del periodismo, siendo productor tuyo.

Padre e hijo se miran y sonríen.

Alfredo: Vos, Diego, tenés una cosa que la negás, pero yo trato de incentivártela. Te gusta la política, los tribunales, los temas serios, pero sos sumamente divertido: sos mago, cocinero e imitador. Creo que tu futuro está más conduciendo programas de información general, haciendo chistes, imitando, y entrevistando políticos. No digo que vas a ser un futuro Tinelli...

NOTICIAS interrumpe para preguntar si en “Los Leuco” va a haber magia e imitaciones.

Diego: No, no, magia no, imitaciones puede ser. Hoy no lo imité a Suar, no me animé, porque es el jefe.

Alfredo: Yo me lo había anotado para pedírtelo al aire y me olvidé.

Diego: ¡Cómo lo voy a imitar a Suar! ¿Estás loco vos?

Alfredo: Con ese cagazo no vas a llegar nunca a ser un gran periodista. Está Suar ahí, ¡Imitálo!

Diego: Y vos no le preguntaste a Roberto Lavagna si iba a ser el vicepresidente de Massa.

Alfredo: Y bueno, se lo pregunté al hijo (Marco). No le pregunté a Lavagna porque sabía que iba a tirar la pelota para adelante.

Diego: ¿Les das bola a las críticas?

Alfredo: No. Esta es otra de las críticas que yo te hago. Como buen chico tecnológico le das mucha pelota a lo que dicen las redes sociales.

Diego: Pero a vos las críticas te afectan más que a mí.

Alfredo: A mí las críticas me duelen, ahora ya menos, pero más que nada por mis viejos. Cuando me critican políticamente bien, hasta me gusta, pero cuando mienten diciendo barbaridades y cosas que yo no digo, me vuelve loco.

Diego: A vos te critico solamente que hoy estabas muy ansioso. Te pusiste muy hincha, yo traté de calmarte pero ya estabas ansioso desde la mañana.

Alfredo: Voy a hacer una revelación de periodismo de investigación. A Diego no le habían puesto zapatos nuevos y estaba loco. Hizo recorrer la ciudad a su novia, que es una genia, para buscar un par. Él estaba con el tema de los zapatos como si fuera de vida o muerte y hasta discutimos en un momento porque queríamos probar cosas en el estudio y este seguía esperando los zapatos...

Diego: Bueno, chau pa.

Alfredo: Chau, changuito.

por Luciana Betteto

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios