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OPINIóN | 26-05-2015 11:58

Una aprobación urgente

La hepatitis C tiene cura pero se retrasa en el país la autorización de drogas ya admitidas por la FDA de Estados Unidos y países europeos.

La característica saliente de la hepatitis C es la ausencia de síntomas. Por eso, a la mayor parte de los 600.000 portadores del virus en Argentina se los detecta de forma casual, entre otras formas, mediante un análisis de sangre de rutina o por síntomas que sí pueden estar presentes cuando la enfermedad hepática esté avanzada.

Existe un estudio específico de anticuerpos contra el virus, que detecta la presencia del mismo y que no forma parte de un análisis de sangre de rutina. Teniendo en cuenta el carácter silencioso de la enfermedad asociada a esta infección y la posible gravedad de la misma, se vuelve imperioso una detección precoz por lo que todo individuo mayor a 35 años debe realizar dicho estudio independientemente de que tenga mayor riesgo de haber contraído la infección como: receptor de transfusiones anterior al año 1992, haber compartido agujas, antecedentes de no haber utilizado material descartable, contacto sexual no cuidado. En la actualidad una de las principales fuentes de nuevos casos es la nosocomial, relacionada con procedimientos asociados al cuidado de la salud.

El hecho de que la enfermedad sea silenciosa no significa que no genere consecuencias para la salud. Luego de años de enfermedad, entre un 20 % y 30% de los pacientes pueden progresar hacia la cirrosis hepática. Esta puede presentar una descompensación y/o desarrollar un cáncer primario de hígado, situaciones en que se deberá evaluar en un centro entrenado, la posibilidad de realizar un trasplante hepático. En nuestro país la causa más frecuente de trasplante hepático es la cirrosis por virus C .

De acuerdo al grado de fibrosis hepática surge la indicación de tratamiento. La fibrosis se puede evaluar por métodos invasivos (punción, biopsia hepática) o no invasivos. Entre estos se cuenta la elastografía hepática (Fibroscan), un estudio indoloro que se realiza con rapidez (aproximadamente 5 minutos) y genera un informe inmediato. Existen otros métodos como el fibrotest, realizado en sangre, poco desarrollado aun en nuestro medio.

Un concepto muy importante es que con medicación específica, la hepatitis C es la única infección viral crónica capaz de alcanzar la curación. ¿Qué significa? Que el virus desaparece y que la lesión hepática puede detenerse e inclusos revertirse disminuyendo las complicaciones a corto y largo plazo.

Durante muchos años se utilizó el Interferón pegilado asociado a la Ribavirina. Se obtenía un índice de curación de aproximadamente 45% pero traía aparejados muchos efectos adversos, contraindicaciones para su uso y tiempos largos de tratamiento (6 a 12 meses).

Posteriormente se agregó a este último esquema, drogas antivirales de acción directa de primera generación (Telaprevir o Boceprevir).Con estas se obtenía un aumento significativo de curación (75%) pero que agregaban más efectos adversos y la toma de muchos comprimidos por día (de 11 a 18).

Uno de los avances médicos más notables es el desarrollo de los antivirales de acción directa de segunda generación. Estos se clasifican de acuerdo a que región del virus están dirigidos para inhibir la replicación en : inhibidores de proteasas de segunda generación, de la polimerasa y de una región del virus denominada NS5a. Estas drogas no se pueden usar solas sino que deben combinarse con o sin ribavirina y en la mayoría de los casos evitan el uso de interferón y sus efectos adversos.

Con estas nuevas drogas, salvo pocas excepciones, se consigue una curación mayor al 95%, disponibles solo por vía oral, con muy pocos efectos adversos, la toma de pocos comprimidos y menores tiempos de tratamiento (de 12 a 24 semanas ). Se pueden utilizar en cirrosis descompensada, en pre y post trasplante hepático, situaciones donde los esquemas con interferón estaban contraindicados.

Esta revolución en el tratamiento requiere de una rápida disponibilidad de las drogas en nuestro medio. Hasta el presente solo está aprobado un inhibidor de la región NS5A, llamado Daclatasvir.

Se espera la aprobación de otros AAD para poder realizar esquemas con combinación de estas drogas. Actualmente, la indicación de tratamiento se realiza en los pacientes con lesiones hepáticas más avanzadas para evitar complicaciones a corto-mediano plazo. Para un futuro quedará la estrategia de efectuar detección en toda la población y realizar tratamientos a todos los que presentan virus C con la finalidad de intentar obtener la eliminación de esta infección.

*Especialista en Hepatología. Ex presidente

de la asociación Argentina del estudio de las

enfermedades del Hígado (AAEEH). Jefe de la unidad 4 “hepatopatías infecciosas”del Hospital F.J.Muñiz

por Hugo Fainboim*

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