★★★★★ Los integrantes de este estupendo cuarteto son miembros de la orquesta del Teatro alla Scala de Milán. Esa pertenencia guía en parte su elección de repertorio y su carácter, vinculado a la tradición italiana y el melodismo operístico. El cuarteto de Verdi interpretado en la segunda parte del concierto es un ejemplo de esta predilección. Como todo gran compositor, Verdi conocía el repertorio para cuarteto y esta obra, rara en su catálogo, debe haber sido encarada como un desafío. Él nunca estuvo muy conforme con el resultado ya que postergó bastante su estreno en público. Sin embargo es un cuarteto sólidamente escrito, como no podía ser de otra forma, de agradable audición y que recorre numerosos estados anímicos con una teatralidad esperable. El Cuarteto de la Scala es un organismo llamativamente eficiente, por lo que la calidad de las interpretaciones representa un placer adicional al repertorio en sí.
Comenzaron con la Introducción y Allegro en do menor D. 103, único movimiento que se conservó de un cuarteto temprano de Schubert, intenso y muy expresivo. La obra más densa e interesante del programa fue el Cuarteto opus 74 Nº 10, el cuarto de los cinco cuartetos de Beethoven del llamado período medio. La editorial le adicionó el mote de “el arpa” por la exposición de parte del material temático del primer movimiento en pizzicati distribuidos entre los cuatro instrumentos. Como el resto del programa, la interpretación fue impecable.
Agradecieron la respuesta del público con dos bises. El primero, la famosa pieza de Edward Elgar Salutd’Amour escrita como regalo de bodas a su novia; el segundo un movimiento prestissimo de Haydn, el “padre del cuarteto”, impactante tour de force.
por Omar García Brunelli
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