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SOCIEDAD | 16-09-2015 15:30

Cande Tinelli y la cultura “straight edge”

La hija del conductor se mostró junto a un nuevo “amigo” que forma parte de este movimiento punk. Sin drogas, sexo ni carne.

Desde que decidió tapar su cuerpo con múltiples tatuajes, Candelaria Tinelli (24), la diseñadora e hija de Marcelo Tinelli, no deja de causar sorpresa en las redes sociales. Esta semana, impactó a sus seguidores con una foto abrazada a un joven muchacho llamado Joaquín Blengino, que tiene 23 años y es tatuador. De hecho, es el autor de uno de sus últimos tattoos. ¿El detalle? Hipertatuado como ella. Pero lo más llamativo es que Blengino profesa la cultura “straight edge”, un movimiento urbano, con el que Candelaria comparte algunos postulados. Sus adherentes suelen estar repletos de tattoos y son veganos. También repudian el consumo de todo tipo de drogas, incluso el cigarrillo, y el alcohol. Algunos se abstienen de las relaciones sexuales fuera de una relación monógama. Una vida apta para unos pocos.

Esta movida cultural surgió en los Estados Unidos, en el ámbito musical de los convulsionados años 70, en contraposición al apogeo hippie y a la fuerte revolución sexual de la época. Es un desprendimiento del hardcore punk, un subgénero del punk un tanto más pesado y violento. Aunque nace como una reacción directa a la autodestrucción y el hedonismo del punk. El término “straight edge”, “borde recto” en español, en el sentido de una vida correcta, surgió de la canción bajo el mismo nombre, de la banda estadounidense de hardcore punk “Minor Threat”, en los años 80. “Soy una persona como vos, pero tengo mejores cosas que hacer, que sentarme y joder mi cabeza, salir con muertos vivos, aspirar mierda blanca por mi nariz”, reza la letra que promulga algunas de sus fuertes creencias.

Uno de sus símbolos es el uso de la letra X escrita en fibrón en la palma de la mano, en tatuajes, sobre todo en la zona del cuello, e indumentaria, la que fue tomada de una situación un tanto insólita. Durante una noche de la década de los 80, cuando la banda “Teen Idles” tocó en un bar de San Francisco, como los miembros del grupo y la mayoría de sus fanáticos eran menores de 21 años, el dueño decidió marcar con una X a todos los menores para que no se les sirviera alcohol. Esta marca acabó asociándose a un “estilo de vida” que requiere, por sobre todo, una estricta dieta. Está totalmente prohibido el consumo de cualquier tipo de drogas, tanto como el cigarrillo y el alcohol. Algunos, incluso, reemplazan los medicamentos por medicina más natural. La mayoría son veganos, es decir, se abstienen de comer o utilizar productos de origen animal. Y lo hacen por un sentido ético, contra el maltrato de los animales. De hecho, los “straight edge” abogan por el ecologismo y suelen involucrarse en causas a favor del derecho animal. Como no podía ser de otra manera, están en contra de la legalización de las drogas, y el aborto suele ser un tema de debate y conflicto entre ellos.

A estos valores se suma la abstinencia de sexo como forma de evitar la promiscuidad. Esto no es simplemente una aspiración, ya que sus miembros lo cumplen a rajatabla, y celebran sus años de “limpieza”. Aún así, presentan una imagen radical, caracterizada por sus tatuajes, e incluso peinados con crestas al mejor estilo punk.

Algunas de las bandas de rock que siguen este movimiento son “Judge”, “Youth of Today”, “Slapshot”, “xAFBx”, “Earth Crisis” y “Strife”. Uno de los representantes más famosos en la actualidad es Philliph Brooks, mejor conocido como CM Punk, un luchador de WWE, lucha libre mundial.

En la Argentina, esta subcultura llegó a mediados de los 80, y comienzos de los 90, a la par de la movida hardcore punk, hacia el fin de la dictadura militar y como forma de protesta. Sus representantes más conocidos son “Sudarshana”, “Nueva Ética”, “Autocontrol”, “Mil Caras”, “Confort Supremo”, “Vieja Escuela”, entre otras. En los 90, los jóvenes “straight edge” solían juntarse en lugares como el Círculo Aragón, en Palermo. En la actualidad, suelen frecuentar eventos de bandas hardcore, encuentros de veganos, y hasta marchas contra el maltrato animal. ¿El evento infaltable? El 17 de octubre. Y nada más lejos que festejar el día de la lealtad peronista, sino el día internacional del “straight edge” en conmemoración al festival “Edge Day”, celebrado por primera vez en Boston , Estados Unidos, en 1999, y que se lleva a cabo cada año. En esta oportunidad, cientos de jóvenes de distintas partes del país se juntan en la sede de la Facultad de Derecho de la UBA en Palermo, para celebrar el día internacional del “straight edge”: formar una X humana y tomarse una foto.

Pertenecer para crecer. “Straight edge”, chetos, floggers, youtubers, darks, punks... Los nombres son infinitos, y las variedades también. Todos buscan diferenciarse, pero son similares a la vez, ya que son de las tantas culturas o tribus urbanas de las que forman parte los jóvenes durante la adolescencia. Marcelo Cao, psicólogo especializado en adolescencia y autor de “Desventuras de la autoestima adolescente” reflexiona acerca de la necesidad de los jóvenes de pertenecer a una cultura urbana, en el pasaje de la infancia hacia la adultez: “El adolescente, en el pasaje hacia la adultez, tiene que reestructurar su mente, armar otra cabeza. Para eso utiliza estas posibilidades que da la cultura de identificarse en determinados formatos. Luego va mutando hasta trabajar una identidad definitiva. Así ciertas costumbres, como por ejemplo comer carne, pueden volver”.

Aunque , vale aclarar, cada tribu urbana se adapta de manera particular dependiendo el contexto social y temporal, ya que forman parte de un imaginario adolescente. Cao pone como ejemplo la obesidad en Estados Unidos, y la posibilidad de que estos jóvenes hagan hincapie en una dieta estricta por los altos índices de esta enfermedad en dicho país.

Tal para cual. A pesar de que Cande Tinelli desmintió el romance, –“No estoy de novia genios. Sacarme foto con un muy amigo que adoro, no significa noviazgo. Estoy mas sola que nunca”–, no caben dudas de que los jóvenes comparten gustos similares en su forma de vida. En primer lugar, los múltiples tatuajes que tienen ambos, él incluso tiene tattoos en la cara y en la cabeza, zonas donde la hija de Tinelli (aún) no llegó. Cande, además, se autodefine vegana. En su cuenta de Instagram, además de mostrar cada tatuaje nuevo (ahora se dibujó el cuello y las palmas de las manos), ella comparte fotos con algunos de sus platos favoritos que van desde las milanesas de soja, pasando por ensaladas, sopas, y revueltos donde abundan los vegetales. Incluso llegó a mostrar algunos productos cosméticos veganos, como cremas corporales. También suele “postear” imágenes contra el maltrato animal, y participa activamente en conseguirles hogar a perros y gatos callejeros. Y le gusta reafirmar frente a sus seguidores sus ideales ecologistas. En una oportunidad subió una foto comiendo una picada y tomando clericó. Sus seguidores, al ver el jamón crudo que se posaba sobre la tabla de madera, salieron a repudiarla. “No como jamón, pedazo de rompebolas!”, respondió la morocha. Eso sí, si quisiera coronarse como reina del “straight edge” debería abandonar el Clericó, y el licor del que se declara fan. Además de vaciar su placard con sus camperas y zapatos de cuero de diseñadores “top”. Habrá que ver qué opina su “amigo” al respecto, y si la hija de Tinelli está dispuesta a todo por ¿amor?

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