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DEPORTES | 03-10-2015 00:08

Tras ganar 650 millones de dólares, se retiró Floyd Mayweather

¿Fue el mejor? Opinan los especialistas. Vida íntima expuesta. El ocaso de la arrogancia.

He tenido guantes de boxeo desde antes de que pueda caminar y he estado en gimnasios toda mi vida” dice el boxeador Floyd Mayweather. La frase describe su historia y un estilo de vida elegido para llegar a lo más alto y cumplir todo lo que se propuso. No es fácil ser el número uno y él lo logró.

Queda abierta la discusión sobre si su figura boxística está entre las mejores de la historia. Seguramente su papel de villano lo privará de estar en ese podio, pero no se podrá negar que Floyd marcó una época y será recordado por el mundo pugilístico.

De un estilo particular, para algunos moderado, para otros de una inteligencia superior, en sus últimas contiendas despertó algunas controversias. Para Osvaldo Príncipi lo mejor de Maywather ya se vio y no se repetirá: “Su última gran función fue contra Canelo Álvarez. Después, la segunda pelea de Maidana, la de Pacquiao y la de Berto se hicieron excesivamente conservadoras. Lo mejor ya pasó y sin fallas”, explica a NOTICIAS.

Ernesto Cherquis Bialo, actual presidente de la Unión Periodistas de Boxeo de la República Argentina (UPERBOX) lo define como un boxeador mesurado: “él esperaba a que lo ataquen, estudiaba al rival y luego lanzaba su contraataque”.

¿El mejor? Se enfrentó a todos, no le faltó ninguno: el canadiense Arturo Gatti, Óscar de la Hoya, el mexicano Juan Manuel Márquez, el puertorriqueño Miguel Cotto y Saúl “Canelo” Álvarez. También tuvo dos contiendas con Marcos René “el Chino” Maidana y lo peleó al filipino Manny Pacquiao, en los papeles el único que podía sacarle el invicto. Ninguno pudo con su figura, les ganó a todos y se fue airoso en 49 disputas y con 26 nocauts, igualando el récord del histórico Rocky Marciano.

Para Cherquis Bialo, Floyd es un boxeador extraordinario que está entre los diez mejores de la historia: “No tiene la impronta de Cassius Clay, la velocidad de Sugar Ray Leonard, el espíritu combativo de Marvin Hagler, la frialdad de Monzón ni la calidad de Thomas Hearns. Pero en el sexto puesto tranquilamente podría estar él”.

Príncipi lo coloca un poco más lejos: “Existieron púgiles de una calidad suprema como Sugar Ray Leonard, Henry Armstrong, Willie Pep, Roberto “Mano de piedra” Duran, Thomas Hearns y Muhammed Alí. Recién en el siguiente lote aparece él”.

Mayweather fue campeón en cinco categorías diferentes: superpluma, ligero, superligero, welter y superwelter en la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), en el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y en la Federación Internacional de Boxeo (FIB). En sus comienzos cuando era amateur logró un récord de 84-6 y fue semifinalista en los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996. “Muy pocos boxeadores logran pasar de una categoría a otra ganando indiscutidamente todas sus contiendas. Mayweather pasó de los 57kg a los 68kg” completa Príncipi.

Money. Floyd marcó tendencia gracias a sus actuaciones profesionales y no paró de reventar las boleterías. Se estima que a lo largo de su carrera ganó más de 650 millones de dólares lo que lo convierte en el deportista mejor pago de todos los tiempos.

La pelea con Manny Pacquiao es la que más dinero movió en toda la historia del boxeo con una suma superior de 75 millones de dólares de taquilla y más de 300 millones por Pay Per View (PPV) –a 100 dólares cada hogar– sólo en EEUU, Puerto Rico y Canadá. En total la pelea generó 600 millones de ingresos las cuales se repartieron 60% para Floyd y 40% para Manny. Por 36 minutos de combate Money se llevó 235 millones de dólares.

La segunda pelea más taquillera en el mundo pugilístico también fue de Mayweather pero frente al mexicano Saúl Canelo Álvarez en el 2013 la cual recaudó 20 millones de dólares en venta de entradas y 150 millones en PPV sólo en EE.UU. En la tercera ubicación sigue Floyd contra Oscar de la Hoya en donde se quedó con el título súper welter de la CMB, la recaudación ascendió a los 18,4 millones en entradas y 136 millones en PPV.

Si se tienen en cuenta los últimos combates del número uno, Floyd recaudó: con Shane Mosley 30 millones de dólares, con Robert Guerrero 50 millones, las dos con Marcos Maidana 72 millones, con Oscar de la Hoya 25 millones, con Ricky Hatton 25 millones, con Márquez 25 millones, con Víctor Ortiz 40 millones, con Miguel Cotto 45 millones y con Canelo Álvarez 75 millones. La gran decepción fue su última pelea contra Andre Berto, la cual sólo se vendió a 550.000 casas.

El “Chino” Maidana no fue el único argentino que conoció los puños de Mayweather. Gustavo Cuello lo enfrentó en 1998, Carlos Ríos en 1999 y Carlos “Tata” Baldomir el 4 de noviembre del 2006 en donde buscaron la unificación de los títulos de la FIB y el CMB. El estadounidense se llevó ambos cinturones al ganar por unanimidad luego de los doce asaltos.

“Después de estos nueve años que pasaron de la pelea y veo al rival que me enfrente me llena de orgullo haber peleado con uno de los mejores boxeadores de la historia. Floyd es invencible, por más bien preparado que estés ninguno lo podría vencer. Yo entrené un tiempo a su lado y entonces me di cuenta de por qué era un campeón. Hay que verlo para creerlo”, confiesa a NOTICIAS Baldomir, ex campeón del mundo.

Pero la vida de Mayweather no fue siempre color de rosa, tuvo una infancia dura en Michigan con una madre adicta a la heroína, una tía que murió por sobredosis y un padre Campeón Nacional que se tuvo que retirar por sarcoidosis al pulmón. Años más tarde Floyd padre cumpliría una condena de tres años por venta de cocaína.

Su tío Roger “Mamba Negra” fue campeón mundial entre 1990 y 1980. Él junto a su hermano se encargaron de entrenar durante gran parte de su carrera a Money.

Floyd volvió a la cárcel en el 2012, cuando debió cumplir una condena de tres meses por pegarle a su ex esposa Josie Harris enfrente de sus tres hijos: Koraun, Zion e Jirah. También tuvo una hija con Melissia Brim, Iyanna.

Mayweather por el momento bajó la persiana. Por su trayectoria y desempeño a lo largo de su carrera se convertirá en un paradigma para las generaciones futuras que tratarán de imitarlo profesionalmente para llegar a ser el nuevo número uno. Por ahora, su lugar está vacante.

por Ezequiel Perticari

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