Tuve el honor de escribir el prólogo del libro de mi colega Diego Bernardini y, más que eso, el privilegio de ser uno de los primeros que lo leyó y “aprendió” de tantas voces que el autor hace hablarnos como un “consejo de sabios”. A esto justamente refiere el decir popular sobre estar “de vuelta”: porque, por más que ciertas velocidades de procesamiento y áreas cognitivas como la memoria disminuyan su performance, esto viene acompañado por el acrecentamiento en la experiencia y en el conocimiento general. El envejecimiento normal del cerebro puede ser entendido como un proceso de optimización por el cual nos aseguramos que se conserven las reservas cognitivas necesarias para un buen funcionamiento. Y eso hace que la habilidad mental que mejora con los años sea la sabiduría. Uno de los grandes desafíos sociales y económicos del siglo XXI es el envejecimiento de la población. Hoy la expectativa de vida ha crecido y los seres humanos vivimos más tiempo y mejor. Es muy probable que esto genere la reformulación del concepto de “vejez” y se defina con un nuevo nombre esta etapa como en algún momento debió crearse el término “adolescencia”. Asimismo, esto llevará consigo la necesidad de reflexión y el replanteo de todo el sistema social de jubilación: existen diversos trabajos científicos que muestran un deterioro en las habilidades cognitivas en el proceso que va de la “actividad” a la “pasividad”.
Hay una cosa más que liga este libro al valor del conocimiento. Es la virtud del diálogo. Este libro se construye así, en forma de diálogo con personas mayores, como esos aprendizajes iniciáticos que se dan en nuestra vida y no se olvidan nunca más. Esas lecciones que ni la televisión, ni Internet, ni siquiera los libros lo pueden dar.
* Neurólogo y neurocientífico.
por Facundo Manes*
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