Thursday 18 de April, 2024

MUNDO | 20-10-2015 17:57

Petrolao: nuevos testimonios complican a Lula

A cambio de achicar las penas, funcionarios y congresistas del PT revelan el modus operandi.

Si todavía existían dudas sobre los pilares que sustentaron el mega escándalo de corrupción en Petrobras, se disiparon por completo con las nuevas y sorprendentes revelaciones del contratista Ricardo Pessoa, dueño de la constructora UTC Engenharia, una de las empresas involucradas en los multimillonarios desvíos de la petrolera. A cambio de beneficios legales, Pessoa firmó un acuerdo de delación en el cual relató crudamente la asociación delictiva que estableció con el gobierno del PT durante una década. Para conseguir contratos multimillonarios en la estatal, UTC reservaba sumas millonarias de coimas para políticos y hacía “contribuciones” generosas para la caja del partido. Así fue en el gobierno de Lula, cuando todo comenzó. Así fue en el gobierno de Dilma hasta final del año pasado, cuando la Policía Federal golpeó la puerta del contratista. VEJA tuvo acceso a las declaraciones de Pessoa, donde detalla las relaciones entre él, su empresa, la campaña de Lula y el ex presidente. Lula todavía no está siendo investigado oficialmente por la Operación “Lava-Jato”. Sin embargo, el cambio de esa condición debe ocurrir en breve.

Los términos de la “colaboración” de Pessoa, prestados en Brasilia y mantenidos hasta ahora en secreto, fueron remitidos por el Supremo Tribunal Federal (STF) a la Justicia de Paraná. Está en las manos del juez Sergio Moro, quien determinará el inicio de una investigación sobre las relaciones de Lula con el dinero sucio de Petrobras. Acusado de coordinar el grupo de las constructoras que desviaban dinero de la petrolera, Pessoa contó los detalles de una operación clandestina realizada para financiar la campaña de Lula en el 2006. José de Filippi, el tesorero de la campaña presidencial, pidió 2,4 millones de reales (unos 623.000 dólares al astillero Quip, un consorcio formado por las empresas Queiroz Galvão, UTC, Iesa y Camargo Corrêa, responsable de construir una plataforma para Petrobras y abonados a las millonarias conferencias de Lula por el mundo. Se usó una empresa con sede en Suiza para traer el dinero a Brasil. El dinero, colocado en valijas, se entregó en por lo menos tres visitas al tesorero en la sede del PT en San Pablo.

Secretos verdaderos. La operación era tan secreta que el presidente Lula dice no saber nada sobre esas operaciones que ocurrían dentro del gobierno e involucraban a sus amigos y asesores de confianza y que lo tenían a él como principal beneficiado. Las declaraciones de Pessoa ofrecen pistas que pueden ayudar a dilucidar ese enigma. Pessoa reconoció que, por una cuestión lógica, era necesario que Lula supiera de las “donaciones” para que alcanzaran su verdadero objetivo: comprar “acceso”, lo que, evidentemente, resultaría en buenos negocios y excelentes ganancias para todo el mundo: “La cercanía conquistada propiciaba acceso al poder político e influencia sobre sus decisiones -detalló Pessoa-, así como prestigio frente a la competencia en su ramo de actividad, que se traducía en mayor capacidad de hacer negocios”.

Pessoa contó que, además de las contribuciones, mantenía a Lula en la lista de autoridades a las que enviaba regalos en ocasiones especiales. Para el ex presidente, los regalos variaban entre cortes de tejido y botellas de cachaça de la “reserva especial de la UTC”. La estrategia, obviamente, tuvo mucho éxito. El contratista consiguió acercarse a Lula, su empresa creció velozmente, él se destacó entre los representantes del sector y, en la jerarquía del esquema delictivo, ascendió al “cargo” de jefe del “club de las constructoras”.

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