Thursday 28 de March, 2024

OPINIóN | 25-10-2015 18:18

Elecciones: el “país absolutamente normal” que deja Cristina Kirchner

Al emitir su voto en Río Gallegos, la Presidenta dio por cumplida la promesa de su esposo en 2003. ¿Cumplió?

Cristina votó en Río Gallegos al mediodía, sonriente y de blanco. En su mensaje, que empieza a sonar a despedida, señaló que deja “un país absolutamente normal, sin entregas anticipadas del mando, ni crisis económica, ni miedo y con un montón de argentinos viajando por el mundo”.

Es cierto: cuatro elecciones presidenciales consecutivas sin interrupciones hablan de un país muchísimo más normal que hace doce años y medio, cuando su esposo entró triunfal a la Casa Rosada habiendo salido segundo, mientras persistía el clima del “que se vayan todos”.

Pero exagera CFK, tal vez ansiosa de estar pasando a la historia y mostrándose como jefa indiscutible de un movimiento que a partir del 10 de diciembre deberá ratificar su pujanza.

Pese a que los tres poderes del Estado recuperaron visibilidad y referencia pública en esta década y pico, la dispersión sigue dominando el panorama en la falta de una oposición clara y un oficialismo con agudas diferencias que, a la pesca de votos, no llega a percibirse en su real dimensión.

El verdadero panorama de la economía sigue siendo casi un secreto, más allá de las tremendas chingadas de los gurúes que, para esta altura, pronosticaban poco menos que una catástrofe. Se pierden puestos de trabajo. Faltan financiamiento genuino e inversión productiva. Y el miedo fue la principal variable de todos los discursos de campaña.

El kirchnerismo (igual que el menemismo en su momento) supo manejar la variable del miedo como pilar de la gobernabilidad, comparándolo siempre todo con la monumental crisis de 2001-2002.

Lo que le cuesta a la Argentina es comparar sus resultados con un proyecto de largo plazo, mirando hacia adelante y no los desastres pasados por el espejito retrovisor.

Esa es la gran deuda que nos llevó a votar desconfiados, sin pasión y calculando la gobernabilidad futura.

Es un país especulativamente normal. No es poco. Pero los eternos laureles aún están por conseguirse.

*Jefe de redacción de NOTICIAS.

Seguí a Edi en Twitter: @zuninoticias

por Edi Zunino*

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios