Una joven novia se presentó a votar a primera hora a una escuela de Mendoza vestida de blanco. Emocionada, contó en la fila que, tras cumplir con el trámite cívico, debía partír raudamente a una iglesia del departamento de Tunuyán, a unos 80 kilómetros de distancia, donde la esperaban familiares y amigos para celebrar su matrimonio.
Mientras la joven se convertía en el comentario obligado de los votantes y era fotografiada con su tocado nupcial, un auto la esperaba en la puerta de la escuela para llevarla al altar.
En sus quince minutos de fama, contó a radio Nihuil que como su novio es deportista, mañana "sale de viaje a Israel" y "queríamos casarnos antes".
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