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SOCIEDAD | 11-11-2015 17:38

Matías Alé, locura y delirio místico

Perfil psicológico de un hombre al límite. Religión, brujerías y el cura que lo exorcizó. La pelea entre su esposa y su madre.

Cuando el 1º de octubre pasó por el Registro Civil, todo hacía parecer que finalmente la paz llegaba a la vida de Matías Alé (38). La imagen del playboy devenido en hombre de familia duró poco y en la madrugada del martes 3, dos días después de cumplir su primer mes de matrimonio con María del Mar Cuello Molar (23), Alé se encontraba esposado y gritando incoherencias, en un brote psicótico. Estaba rodeado de policías que lo detuvieron por agredir a su esposa y a su suegra, Nancy Molar, y a punto de iniciar una gira hospitalaria con destino final en la Clínica Avril, el psiquiátrico de los famosos, en medio de un delirio místico sin precedentes en la vida del actor.

El video de la detención de Alé lo mostró rezando el Padre Nuestro a los gritos mientras se balanceaba en una silla de ruedas. Elena, la madre del actor que reconoció estar distanciada de su hijo, cuestionó a su nuera, al ventilar episodios místicos de la intimidad del matrimonio de su hijo.  “En el mes de septiembre y por pedido de María, Matías viajó a Villa Carlos Paz en auto con un brote de delirio místico. Decía que María era la Virgen María, yo su ángel de la guarda y él, el Espíritu Santo“, contó la madre de Alé a “Infama”, para luego acusar a su nuera de haberlo llevado a ver una bruja en Córdoba. Además de los cruces entre suegra y nuera, el periodista Luis Ventura deslizó la teoría de que Alé podría haber caído en las garras de alguna secta. Por si todo esto no bastara, el exorcista Manuel Acuña –obispo de la iglesia carismática luterana independiente– dijo que, cuando Alé gritaba entre rezos, lo hizo para “liberarse de algo”. La misma noche de la internación, Acuña estuvo en la Clínica Avril a pedido de María del Mar.

Alé hizo todo lo que tuvo a su alcance para permanecer en la agenda mediática. A su historial amoroso, siempre con finales escandalosos y televisados, se suman sus polémicas con colegas y periodistas, una constante en su vertiginosa carrera en la que ofició de animador de fiestas privadas, conductor de televisión y actor de teatro, mientras convertía su vida privada en un producto de consumo masivo.

La coprotagonista de los primeros nueve años de carrera mediática de Alé fue Graciela Alfano, la mujer que lo hizo famoso y que más años duró en pareja con el actor, en una relación transcurrida con la misma intimidad que puede tener un reality show. Fue ella quien contó que su joven ex novio sufre de trastorno de bipolaridad, que estuvo bajo tratamiento y medicado con Ácido Valproico.

“Una persona que padece trastorno bipolar puede llegar a sufrir una descompensación psicótica”, sostiene la psiquiatra Blanca Huggelmann en diálogo con NOTICIAS. La especialista explica que “la bipolaridad se trata de un trastorno psiquiátrico que se caracteriza por tener fases depresivas, en las cuales el individuo corre peligro para sí mismo por la tendencia al suicidio, y fases maníacas, en las que además de la integridad física del afectado, corre peligro la seguridad de terceros, además de generarse delirios de grandeza, sobrevaloración y místicos”. Huggelmann afirma que, entre las distintas clases de bipolaridad, “hay una en la que el individuo está siempre en actitud positiva y de buen humor”. Precisamente el buen humor es una de las características públicas de Matías Alé, quien pareciera tener la sonrisa tatuada en el rostro y dispuesto a que los demás la pasen bien en su presencia. De eso vive.

¿El mundo del espectáculo no lo cuidó? ¿Nadie se dio cuenta que algo fallaba antes de que Alé termine en la Clínica Avril, el centro psiquiátrico por el que pasaron Charly García, Fabiana Cantilo, Diego Maradona y Celeste Cid? “El entorno puede darse cuenta que está raro, pero no puede determinar por qué”, indica Huggelmann. El círculo íntimo de Alé cambió en los últimos meses y algunos notaron que algo no estaba igual que antes, aunque otros no se imaginaron este final. El actor Alejandro “Huevo” Müller, uno de los grandes amigos que Alé forjó dentro del mundo del espectáculo, no entiende qué fue lo que le pasó a Matías. Desde la puerta de la Clínica Avril, Müller recordó que lleva meses distanciado de Alé, que no fue invitado ni a su casamiento y que lo notaba “místico”. El productor teatral Javier Faroni, quien conoce a Matías Alé hace 10 años y le dio la oportunidad de debutar en las tablas, tampoco puede creer lo que vive el actor por estos días. “Estuve con él hace un mes y medio y lo vi normal, como siempre”, contó a NOTICIAS, y agregó que “siempre fue un tipo tranquilo que no se peleó ni con compañeros de trabajo”. Para este verano, Alé tenía previsto trabajar en Mar del Plata en la obra “Espíritu Infiel”, junto a Fabián Gianola. Con fecha de estreno para el 25 de diciembre, Faroni se prepara para la posibilidad de tener que encarar la temporada sin Alé. “La prioridad es que se recupere, no creo que pueda trabajar haciendo reír y con diez cámaras en la puerta del teatro todos los días”, dice.

Quien sí notó cambios más radicales en la personalidad de Alé fue María del Mar. En diálogo con la periodista Marina Calabró, la esposa del actor contó que el mediático todoterreno arrastraba una cadena de delirios desde antes de casarse, y mencionó tres hechos puntuales: el anuncio de embarazo en el programa de chimentos “Intrusos”, la desmentida que provocó una pelea con Jorge Rial y que creció en Twitter con mensajes agresivos, y la manifestación de su deseo de convertirse en el “Brancatelli de Macri”, tal como manifestó en una entrevista con Alejandro Fantino. El listado se queda corto y no incluye que Alé fue a la puerta del canal Magazine para amenazar violentamente al asesor de imagen Fabián Medina Flores por haber criticado el look de su esposa. El actor le prohibió a Medina Flores que vuelva a hablar de ella ni de su pelo. Para que quede claro el amedrentamiento, Alé cerró el apriete con un “te voy a cagar a trompadas”. La esposa de Alé cree que estas enajenaciones “son signos de que algo no andaba bien”.

Según Huggelmann, la fase maníaca del tratorno de bipolaridad empieza con cambios de conducta un tiempo antes cuando “el individuo empieza a estar más verborrágico, habla mucho y hace más de lo que habitualmente hace”.

Para la esposa de Alé, fueron tantas las incoherencias que tuvo que decidieron consultar a un psiquiatra, quien sugirió internarlo. En las horas posteriores, mientras aguardaban a la ambulancia para su traslado, Alé colapsó. Según el comunicado de la Comisaría 31º de la Policía Federal, los efectivos que llegaron al departamento de Alé en Las Cañitas, se encontraron al actor en plena agresión física hacia María del Mar Cuello y su madre. Cuando quisieron detenerlo, Alé repartió golpes a los policías, quienes finalmente lograron contenerlo y esposarlo. Poco después, Alé se encontraba con custodia policial en una cama en la Clínica La Trinidad y en la seccional se iniciaba una causa por lesiones, atentado y resistencia a la autoridad.

Sin embargo, todo cambió en menos de 24 horas. Primero fue la suegra de Alé, Nancy Molar, quien dijo que no había sido agredida. Luego se sumó su hija, quien -dijo- “sólo se trató de un problema de salud sin violencia”, algo que no explica el estado en que se lo pudo ver al actor en una filmación de seguridad.

El abogado Julio Torrada, presidente del Instituto de Políticas de Género Wanda Taddei, no cree en la hipótesis de la enfermedad. “Es muy habitual que en estas situaciones, a pesar de que el agresor lastime a la mujer, que la misma diga que no fue golpeada, que fue un momento de nerviosismo del agresor y trata de justificarlo”, sostuvo el abogado especialista en violencia de género. Para el letrado, el violento trabaja en la psiquis emocional de la mujer golpeada y genera un sentimiento de culpa sobre la víctima. “No me extrañaría que en el caso Alé, por la alta repercusión pública, la joven asustada diga que no fue una agresión”, agregó Torrada en diálogo con NOTICIAS.

La posibilidad de simular un episodio psicótico es factible, al menos así lo explica el psiquiatra Hugo Marietan. En diálogo con NOTICIAS, el especialista indicó que existen cuadros que pueden parecer psicóticos: las intoxicaciones con drogas o alcohol; los excesos emocionales ante situaciones de fracaso; las crisis en personas neuróticas histéricas que sufren una frustración y una situación muy estresante que se prolonga en el tiempo. Sin embargo, Marietan aclara que esto se termina por dilucidar cuando, luego de tenerlo sedado por dos días, se le realiza al paciente un interrogatorio, además de entrevistarse con los parientes. Allí se puede obtener un diagnóstico presuntivo acertado, o sea, saber si tuvo un brote o lo simuló para no ir preso.

Pasado violento. “Hasta los 17 o 18 no me podía sacar la remera en una playa porque tenía marcas en la espalda”, confesó Matías Alé hace un año. El culpable de las heridas habría sido Juan Carlos, su propio padre, un instructor de defensa personal en el Ejército que aplicaba la misma disciplina con su hijo. Alé contó en una entrevista que tenía una pesadilla recurrente en la cual su padre estaba vivo.

La madre de Alé, en la puerta de la Clínica Avril, no confirmó la violencia que el actor habría sufrido por parte de su padre. Solo afirmó que su marido amaba a su hijo y que no podía saber “lo que pasa por la cabeza de Matías”.

Alé volvió a hablar de su supuesta historia de violencia familiar cuando la vedette Silvina Escudero afirmó que, durante el tiempo que fueron pareja, vivió episodios de violencia que nunca terminaron en denuncia. Silvina se había limitado a decir que Alé le retorció el brazo en una discusión y hasta la había tomado del cuello. Su hermana Vanina fue más allá y denunció que el actor había golpeado a Silvina, pero que ella siempre terminaba justificándolo. Ahora, Silvina Escudero confesó que ella vivió con Alé un episodio similar al que llevó al actor al psiquiátrico y que tuvo que frenar a su padre para que no hiciera la denuncia. “Me sorprende que digan que tiene un brote psicótico”, dijo la vedette y se quejó por lo difícil que es comprobar la violencia de género.

La última conquista de Alé antes de su esposa fue la modelo Sabrina Ravelli, con quien terminó la relación en medio de un escándalo luego de dejarla por María del Mar. Ravelli sostuvo que el actor nunca fue violento con ella, aunque confesó que en la intimidad sexual le ha pedido “cosas” que sólo pudo superar en terapia. Sin embargo, a pesar de todas las opiniones y anécdotas que se escuchan, todo lo que se diga sobre Matías Alé queda bajo la sospecha de una psiquis en riesgo. O no.

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