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CULTURA | 19-12-2015 12:03

Luis Felipe Noé, autobiografía en obras

Dos grandes libros con los recorridos estéticos de su vida y una muestra con su última producción son testimonio de un artista inagotable.

La muestra “Noé, no obstante...” y el libro “Luis Felipe Noé” (El Ateneo, 2015) celebran la obra y vida del artista. Tanto su producción actual, exhibida en galería Rubbers, como los dos tomos autobiográficos hacen de la desmesura una virtud. Algunas de las piezas son pinturas aumentadas -objetos con figuras y colores propios de la pintura en el plano- que buscan la interrelación entre lo tridimensional y el observador. Tanto las obras que saltan al espacio (papel, tela y poliestireno expandido) como los papeles sobre telas, papeles y telas, que deshacen las fronteras entre figuración y abstracción, confirman su creencia en la explosión del caos como motor de la creación, en donde hay lugar para la ironía y el pensamiento. La muestra trasunta la vitalidad del artista y se halla en diálogo con piezas de otras etapas,

Noé trabajó durante 10 años en los dos volúmenes (¡pesan 5 kilos!), “Mi viaje” y “Cuaderno de bitácora”, que sintetizan recorridos estéticos y momentos vitales (con Mecenazgo Cultural de Ciudad y aportes de Cultura Nación). La “bitácora” se constituye incluso en significativo testimonio del contexto artístico e histórico del país, de algunas capitales del arte como París, Nueva York.

La travesía de Noé. “Mi viaje” despliega el universo creativo del artista, atravesado por la conciencia de la incertidumbre, la perplejidad y el malestar en el mundo actual. Profusamente ilustrada, esta primera parte del libro señala 10 estaciones de su trabajo, desde las pinturas fuera del cuadro, ensambladas, hasta las instaladas; el punto de partida de su trayectoria no dista demasiado de su obra actual.

Ya había señalado que “no pocos dentro del mundo del arte hablan de la pintura en tiempo pasado, yo la practico creyendo que lo nuevo que nos revelan los cambios tecnológicos reside ante todo en la concepción y visión del mundo, más allá del medio que se utilice para manifestarlas”.

Al concluir “Mi viaje” escribe: “El tren sigue por la misma vía. Esta es mi coherencia. Las estaciones van marcando los cambios. A mis ochenta y un años (ahora tiene 82) creo que me quedan dos estaciones: la que me debo -y que sólo sabré en qué consiste cuando haya llegado- y, por cierto, la terminal”.

“Cuaderno de bitácora” está organizado en 14 capítulos, con textos propios y de otros autores. Traza un apasionante mapa con fotos familiares y sociales; se da todos los gustos. Noé vio la luz en Buenos Aires en 1933. “Ese mismo año, Hitler ya había nacido al poder absoluto en Alemania, incendiado el Parlamento e iniciado su persecución a los judíos, la quema de libros…”, así comienza la enumeración de los hechos de su tiempo.

Multipremiado y pródigo en su trabajo y generoso con su tiempo, en un gesto inusual, en el volumen, el autor agradece con nombre y apellido a sus asistentes. Desprendido, incluso redactó el prólogo de la biografía de la artista y amiga “Martha Peluffo” (CEPPA, 2007), escrita por quien firma estas páginas.

Bien conocida es su decisiva participación en 1961 en la conformación del grupo de la llamada Nueva figuración, integrado también por Ernesto Deira, Rómulo Macció, Jorge de la Vega, que con su expresionismo abrió las puertas a una pintura más libre. A este gesto de ruptura Noé le sumó otro: abandonó la pintura en 1966 y retornó a ella nueve años después. Pero, como ya ha dicho, él se siente “vivo creativamente y no la viuda de un artista que existió en los años 60”.

También docente y autor de varios libros que discurren entre la teoría y la práctica del arte contemporáneo (el primero “Antiestética”, 1965, y el último “Noescritos, sobre eso que se llama arte”, 2007), Noé ejerció la crítica de arte y el periodismo político. Con más de 100 muestras individuales e incontables muestras colectivas alrededor del mundo, representó a la Argentina en la Bienal de Venecia (2009). Repletas de ideas e intuiciones, las obras -tanto como su creador, a quien le dicen Yuyo- parecieran estar en continuo movimiento, indagando, desafiando.

* Crítica de ARTE de NOTICIAS.

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por Victoria Verlichak

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