Thursday 28 de March, 2024

PERSONAJES | 07-01-2016 16:10

Sebastián Faena: “Con mis fotos, creo un mundo que no existe”

Es uno de los fotógrafos de moda más renombrados. Trabajó con Lady Gaga y Cara Delevingne. El paso del tiempo y lo bello de transformar.

Desde que cumplió 23 años, a Sebastián Faena se le incrustó la certeza de que ya había dejado de ser joven. Si bien nunca barajó la posibilidad de hacer de su vida algo que no quisiera, no le fue sencillo aceptar su identidad profesional. Le gustaba mucho estar en el foco de atención y llegó a imaginarse arriba de un escenario cantando o bailando. Pero en paralelo a ese intríngulis, mientras estaba en la secundaria, empezó a sacar fotos y llegó a trabajar para la revista Para ti. Al terminar quinto año, se fue a los Estados Unidos a estudiar Cine, aunque el equipo fotográfico se le coló de polizón. Él resistió la embestida hasta que tuvo que asumirse fotógrafo. Se convirtió en el elegido de la antigua editora de Vogue París, Carine Roitfeld; de Stephen Gan (V Magazine) y de Katie Grand y ha trabajado con Lady Gaga, Linda Evangelista, Cindy Crawford y Dree Hemingway y más recientemente con las modelos Gigi Hadid, Miranda Kerr y Kate Upton. Ahora, detrás de la cámara, se siente un protagonista absoluto porque con las fotos expone su punto de vista, su alma y sus ideas. “Siempre soy yo y estoy hablando de mí, más allá del personaje que fotografíe”. Además, murmura otra ventaja de estar detrás del lente: esquivar el registro cruento del paso del tiempo.

Noticias: ¡Cuánto le preocupa la edad!

Sebastián Faena: Ahora tengo más conciencia de que soy lo más joven que voy a ser. Creo que hasta los 99 voy a ser siempre el mismo niño que era a los 9 pero lo que va a cambiar es mi cuerpo y eso no lo voy a entender. Tengo una noción muy temprana de lo difícil que es aceptar el paso del tiempo para todas las personas.

Noticias: La fotografía es congelar el tiempo.

Faena: Ah, mirá qué interesante. Igual, para mí, la fotografía tiene que ver con mi punto de vista plástico tan idealista, siempre fue un modo de defenderme de lo que no me gustaba mirar y transformarlo. Si una chica no me parecía muy linda, quería sacarle fotos para que se vea más linda, jugar a cambiar las cosas.

Noticias: ¿Tuvo algún costo desplegar su carrera afuera del país?

Faena: No lo sé pero sí sé que definitivamente no me hubiera quedado en Argentina. Cuando vuelvo, estoy tres o cuatro días y... Estoy por ser ciudadano estadounidense, no sé si me voy a quedar en los Estados Unidos, pero no creo que quiera volver a la Argentina.

Noticias: ¿Se siente incómodo en Argentina?

Faena: Voy a sonar pedante pero pienso que en Argentina hay gente con mucho talento y potencial pero muy frustrada porque está muy lejos y porque no pueden llevar a cabo sus sueños. Hay un grado de insatisfacción, frustración y violencia al que ya me desacostumbré.

De todas las figuras con las que trabajó, la que más le impactó fue Celine Dion. Cuando le propusieron hacerla, no se le movió un pelo. Pero la editora de modas terminó por convencerlo. Aun así, él llegó sin expectativas y el resultado fue arrollador: “La hicimos ser otra persona, ella se prestó a todo, las fotos son increíbles, estaban vivas, no parecen fotos de moda. Cuando terminó el 'shooting', ella hasta nos sirvió champagne”, rememora.

Sacar fotos para transformar, en vez de retratar. Ese es el trípode en el que coloca su cámara: “Creo un mundo que no existe. Es como una película: entro a la locación, me quedo unos 20 minutos en soledad, siento cuál sería mi historia en ese lugar, le doy un guión a la modelo y ella lo reproduce luego”.

Noticias: ¿Aun trabajando con celebrities, tiene esa libertad de adueñarse de la situación?

Faena: Definitivamente. Por lo general, cuando llegan al set son muy vulnerables y te dicen que están en tus manos. Y cuando no sucede eso, no está muy bueno. Porque soy mucho mejor haciendo lo que quiero hacer y no lo que me dice otro que haga. Las personas inteligentes se dan cuenta rápido de eso, de qué se trata de que yo me pueda enamorar de ellas ese día. Creo que fue el caso de Lady Gaga.

Noticias: ¿Qué hizo ella?

Faena: La primera vez que le hice fotos fue una lucha constante: yo quería que se viera muy natural en la playa y ella estaba en el principio de ser Lady Gaga y fue una batalla. Me quería ir pero después se dio cuenta y fue muy inteligente de cambiar e hicimos algo en común.

Noticias: Al terminar el secundario, fue a Nueva York a estudiar Cine pero un encuentro callejero con el afamado fotógrafo Mario Testino cambió su curso. ¿Cómo fue eso?

Faena: Yo estudiaba Cine en Columbia. Lo cruzamos a Testino en la calle con mi amiga, ella le fue a hablar, le dijo que yo hacía fotos y él vino a verme. Me dijo: “¿Así que querés ser fotógrafo? Tráeme tus fotos”. Cuando vio el portfolio, se las mostró a la editora de V Magazine y me dieron mi primer trabajo. ¡Nada me dio tanta satisfacción en mi vida como haber agarrado esa revista cuando llegó a mi casa! Fue justo antes de decidir irme de Nueva York.

El 11 de septiembre de 2001 por la mañana, Faena viajaba en un avión rumbo a Nueva York. Próximo al aterrizaje, otras dos naves se estrellaron contra las Torres Gemelas. Su vuelo dio unas cuantas vueltas sobre el océano y terminó aterrizando en Canadá, tan lejos de NY como él se sentía internamente de los Estados Unidos: “Eso no era parte de mi vida. Estaba en un avión, involucrado con Bush, el petróleo, musulmanes extremistas enfermos y no era mi vida ni mi problema. Entonces me fui de los Estados Unidos. Quería hacer una película y fue como que dije: “Chau, me voy”. Volvió a la Argentina, escribió y dirigió “La mujer rota”, protagonizada por Dolores Fonzi y Pablo Rago, pero en el medio de la postproducción se quedó sin financiación. Se recluyó solo y durante un año en un campo de Saladillo. “Fue el mejor año de mi vida. La naturaleza es lo que está más cerca de la verdad. Estaba con mi perra Luisa, sentía el sol en mi cara a la mañana, el pasto en los pies, preparaba mi almuerzo, arreglaba el molino con la luna llena cuando no tenía más agua, no tenía teléfono. Fui muy afortunado por tener la idea y la inconsciencia de hacerlo”. Por entonces, estaba a punto de cumplir 23 años, esa edad en la que empezó a volverse viejo. “Tenía mi película sin terminar, en la etapa de edición. La producción se había quedado sin plata, estaba todo disipándose”, cuenta. Pero un fin de semana estaba con amigos en Buenos Aires y el destino volvió a cruzarlo con Testino, a quien considera su hada madrina: “Mario me pidió ver el film, lo vio y se obsesionó con la película y mi punto de vista plástico, me pidió que fuera el director creativo y puso la plata para que se pudiera estrenar”.

Noticias: Desde su ópera prima en 2007, no volvió a la pantalla grande y le terminó ganando la Fotografía. ¿Lo siente como una frustración?

Faena: Nunca quise ser cineasta o fotógrafo, el rol nunca me interesó como me interesó el trabajo y el producto. Nunca tuve la fantasía de ser Fellini o Testino, nunca fue mi sueño. Soñaba quizás con ser Michael Jackson (se ríe). El rol nunca me interesó, por eso todo el tiempo me avergonzaba, no me gustaba decir que sacaba fotos, no me identificaba para nada.

Noticias: ¿Qué pasó cuando después del encuentro con Testino volvió a Nueva York?

Faena: Sucedió todo inmediatamente. En mi primera temporada, cuando no entendía siquiera de qué se trataba mi trabajo ni la industria en la que me estaba metiendo, tuve seis tapas de Pop Magazine con Katie Grand, con Naomi Campbell y una nota de 40 páginas de monjas desnudas. Eso fue lo que hizo que la gente me vea. Mi aparición en la moda fue radical. Estaba en un momento en el que tenía mucha fe en mí y en mi trabajo y eso se contagia. Cuando uno tiene fe y confianza los demás la sienten inmediatamente.

Noticias: ¿Cuál fue su estrella?

Faena: Creo que fue eso, haber venido del cine y que las fotos me parecieran poco… Nunca sentí el peso de las figuras de esos editores. Sentía que eran ellos los que tenían la suerte de trabajar conmigo. Obviamente era un loco, un nene, pero funcionó.

Noticias: Con las posibilidades tecnológicas de hoy y las redes sociales, ¿son tan importantes los editores?

Faena: Hoy en día si la editora de Harper's Bazaar no publica mi foto preferida, que es lo que suele suceder, puedo bajarla a Instagram y quizás logro que la vea más gente que si saliera en la revista. Si hacés un buen trabajo y tenés algo para decir, hoy está la posibilidad de que lo vea el mundo entero. Pero creo que los chicos jóvenes están perdiendo tanto tiempo en ver 500 veces al día su Instagram, si hay tres likes más o no, que no tienen más la iniciativa, la capacidad y la pasión para hacer obra que valga la pena exhibir. Es una generación con todas las posibilidades pero esas posibilidades la dejaron sin nada que decir.

Noticias: ¿Qué le interesa a usted transmitir?

Faena: Me mueve la idea de mí mismo, pero en mi trabajo me mueve el miedo a no ser lo que puedo ser y a no dar lo mejor de mí.

Noticias: ¿Cuán fashionista y glamoroso se convirtió al estar inmerso en ese mundo?

Faena: Estar expuesto a estos personajes a diario me hizo no querer ser así, reaccionar inversamente. Lo de ser una estrella tiene que ver con el ego y el ego es un problema para que yo logre tener una buena foto al final del día. Me transformé un poco en lo contrario de ese mundo glamoroso porque no es quien quiero ser ni es quien soy. No me siento vinculado con la moda, estoy más enamorado de mis fotos que del brillo de las fiestas. Cuando uno crece, se da cuenta de que nada es lo que parece y que por ahí lo que tenés no está tan mal. Mis fotos van cargadas de algún tipo de valor emocional, algo que no es banal ni descartable, trato de que me porten a mí. Me tienen que hacer feliz, por eso las hago.

por Valeria García Testa

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