Thursday 28 de March, 2024

OPINIóN | 09-03-2016 16:36

Por qué sí al Día de la Mujer

La discriminación positiva no es una estrategia para vender flores, sino una herramienta de lucha que tendrá sentido mientras haya derechos negados. Polémica por la columna "No al Día Internacional de la Mujer".

Una puede creer a esta altura y después del abrazado #NiUnaMenos que es ocioso volver a contar por qué el 8 de marzo fue elegido el Día Internacional de la Mujer. Por las dudas, fue la huelga de obreras textiles en Nueva York, año 1857, y la declaración histórica en 1910 durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras, en Copenhague. Sin embargo, hay quienes suponen que se trata de una estrategia marquetinera para vender flores, bombones u ositos de peluche. Si alguien quiere regalarlos, adelante, porque nunca la valentía se opuso a las sonrisas corteses. El problema, pensamiento residual o rebrote, es suponer que se trata del festejo a la Boluda total.

Que el mundo no es el hogar de los iguales está en la Biblia antes que en el Manifiesto Comunista. Que las minorías y grupos históricamente discriminados por etnia, religión y sexo han logrado un importante avance en el reconocimiento de sus derechos, también es cierto si se lo compara con apenas medio siglo atrás. Pero que las mujeres no han conseguido todavía la paridad con los varones es un dato de la realidad que ningún tipo de eufemismo puede ocultar.

La violencia física y psicológica, desde los femicidios hasta los micromachismos cotidianos, la diferencia en el pago por igual tarea, la doble jornada laboral (en el empleo y en casa), el acoso, la desigualdad en el acceso a cargos jerárquicos y el no poder decidir sobre su cuerpo son, entre otras deudas, razones para que las mujeres lamentablemente sigan “festejando” su día.

Es probable que sean las mismas feministas quienes no hayan comunicado de manera clara a la sociedad estas razones. Siempre acusadas de aguafiestas, piantavotos y quejosas, ahora se las señala como fiscales de la hipercorrección política. La discriminación positiva tendrá sentido mientras sea necesario apuntalar el cambio para todo el conjunto y no solo para el grupete victorioso en la competencia. Algunas ganan, algunas llegan, algunas muestran que la tienen bien larga: aplausos para ellas. Pero es necesario que todas las mujeres tengan esa chance. Recordarlo y luchar por eso, con o sin ramo de rosas, es la música del 8 de marzo.

Este artículo responde a la columna "No al Día Internacional de la Mujer", publicada por Gustavo González.

por Leni González

Galería de imágenes

En esta Nota

Comentarios