Friday 29 de March, 2024

TELEVISIóN | 20-03-2016 07:00

Café La Humedad

Polémica en el bar. Humorístico. Domingo a las 14 por Telefe. Con Mariano Iúdica, Horacio Pagani, Miguel Ángel Rodríguez, Tristán y otros.

★ Por qué volvió “Polémica en el bar” no es una pregunta difícil de responder pero requiere despejar la excusa principal expresada a golpe de pecho por los impulsores del regreso: el homenaje a su alma mater Gerardo Sofovich. En principio, dejemos de lado que los creadores del primitivo sketch de “Operación Ja-Ja”, después transformado en programa en los 70, fueron los hermanos, Gerardo y Hugo. Porque es cierto que desde los 80 fue la figura del mayor la que se mantuvo indisolublemente ligada al producto. Y porque el punto es otro.

Si hay un ejemplo de homenaje es el propio Gerardo que no ha hecho otra cosa más que replicarse a sí mismo y estrujar el limón hasta la última gota. Ediciones y reediciones, con viejas y nuevas caras, y con esa tenacidad para encontrarle la vuelta. Que “el Ruso” tenía olfato de productor no hay quien lo niegue y su permanencia en el manual de la tevé argentina lo demuestra. Sin embargo, nunca es suficiente y había que dar otra raspada más a la olla. Porque si de “homenaje” se trata, un lápiz mejor afilado podría haber recreado el espíritu del original, que sí fue un hallazgo: personajes de Buenos Aires poniendo sobre la mesa sus prejuicios y manías, interpretados por actores (Altavista, Porcel, Portales, Fidel Pintos, García Grau lo eran) y no famosos haciendo de sí mismos.

Es verdad que Sofovich le dio un volantazo al ciclo cuando inició la etapa periodística en detrimento del humor, con debatólogos que hoy calificarían de panelistas de lujo pero sin renunciar jamás a una de sus transversalidades, la carne femenina en exposición. Bueno, digamos que los argentinos eran así, como los veía Gerardo y el rating confirmaba. Pero poco a poco, el cafetín porteño se fue apagando y quedó para la leyenda.

Esta “Polémica” –impulsada por Gustavo, el hijo de Gerardo, y Mariano Iúdica, director artístico de Endemol– es un remedo zombi que en la primera emisión no se privó de nada, ni de vender salame, ni del momento emotivo con musiquita frente a la foto de “él”, ni del festival de tetas pero sobre todo, del cortocircuito entre presente y pasado: ¿qué sentido tiene que Tristán y Miguel Ángel Rodríguez, que son actores y lo demostraron, reproduzcan al Gallego y a Minguito? ¿Por qué no proponer otra cosa en lugar de ese facilismo disfrazado de evocación?

En cuanto al resto, dejamos a Iúdica con su picada, a Miguel Granados encontrando su lugar de nerd, a Guillermo Cóppola con sus anécdotas fálicas, a Rodrigo Lussich tratando de hacer algo más que el objeto gay de la mesa y a Horacio Pagani persiguiendo su propio mito calentón. La nota aparte es Anita Martínez. Como no es encasillable, la dejaron suelta para pelar lo que sabe y se les escapó la tortuga: generó el único momento auténtico en ese programa de los muertos vivos.

por Leni González

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