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SHOWBIZ | 23-03-2016 08:00

Filmando con el celular en Hollywood

Ya no se requieren costosos equipos para el rodaje. Las nuevas plataformas y Hollywood. Adiós a las superproducciones.

Aunque en las innovaciones y cambios en el mundo del entretenimiento fueron innumerables en los últimos 50 años -con el auge del VHS, el DVD, el cable y el streaming, por sólo nombrar algunos sucesos- la cantidad de espectadores que asisten a las salas de cine se mantiene más o menos estable desde 1965. Los números corresponden a los Estados Unidos pero los especialistas creen que es una tendencia global. Lo que sí cambiaron fueron los presupuestos que se gastan en estas producciones. En los últimos 15 años, el promedio de dinero invertido en películas de Hollywood aumentó en un 50%, a un ritmo sostenido de alrededor del 3% anual. En 2015 las cintas que costaron más de 100 millones de dólares representaron el 15% de los estrenos a nivel mundial, limitando el margen de acción para que los estudios pudieran financiar proyectos más chicos. De hecho, algunos temen que la tendencia a apostar por grandes films puede terminar asfixiando a los títulos pequeños y experimentales. Pero en el horizonte apareció una luz de esperanza de la mano de realizadores que abrazan las nuevas tecnologías para reducir costos sin sacrificar calidad.

Quizá el ejemplo paradigmático de este nuevo cambio de rumbo sea "Tangerine", una película dramático que acaba de sumarse a la cartelera local. Es un título con numerosas particularidades, desde su temática y abordaje -una mirada desprejuiciada y no moralista sobre las prostitutas transgénero en las calles pobres de Hollywood- hasta los elogios que recibió en el Festival de Sundance. Pero quizá lo más interesa sea cómo fue filmada: con un teléfono iPhone y usando una aplicación que sólo cuesta ocho dólares. "No voy a negarlo: fue la mejor opción posible teniendo en cuenta el presupuesto con el que contamos", reconoció su autor y director, Sean Baker. La cinta está filmada en widescreen y en un formato 2:35:1, absolutamente profesional, con numerosos planos y zooms a las calles de Los Ángeles que le hacen olvidar completamente al espectador que todo fue filmado con un iPhone 5s, un modelo que se consigue por menos de 600 dólares en los Estados Unidos. A eso le sumaron un estabilizador, una lente y una aplicación llamada "Filmic Prothat", disponible por u$s8 en el AppStore y permite controlar mejor el foco, la apertura y el color. El director incluso usó una bicicleta para poder hacer algunos paneos entre los actores en escenas donde tenían que caminar en grupos.

La apuesta, sin dudas arriesgada, fue recompensada con creces pero tuvo resistencias incluso entre aquellos que participaron del proyecto. "Cuando arrancamos el rodaje, no estaba para nada convencido de usar teléfonos. Supongo que era una mezcla de orgullo e ignorancia. Recuerdo que pensé: 'Yo actué en 'The Wire' de HBO y ahora termino filmado por un iPhone", confesó James Ransone, uno de los protagonistas de "Tangerine". Para el actor, el resultado de la película fue satisfactorio porque el equipo sabía trabajar de la manera "tradicional", más allá de las condiciones.

"Tangerine" no es la primera película filmada con un teléfono celular y sin dudas no será la última, pero el hecho de haber logrado ser admitida en un festival de prestigio como Sundance y haber recogido críticas sólidas que permitieron que, por ejemplo, sea estrenada comercialmente aquí, da por tierra muchos de los prejuicios que pueden surgir frente a este tipo de producciones. Uno de los que cayó bajo el encanto de este nuevo abordaje es George Miller, el realizador de “Mad Max”. “Me entusiasmó mucho ‘Tangerine’. Me encantaría hacer algo con el iPhone. Creo que es un ejercicio interesante”, le reveló al Wall Street Journal luego de la entrega de los Globos de Oro.

En la pantalla chica. En la televisión, en cambio, rápidamente abrazaron estas nuevas maneras de contar historias. Desde hace un lustro, las cámaras de fotos reflex digitales comenzaron a reemplazar los equipos tradicionales, mucho más caros y difíciles de maniobrar. Quien abrió el camino fue "Dr. House", que rodó el final de su sexta temporada con una Canon EOS 5D Mark II, que hoy se consigue en la Argentina por menos de 2 mil dólares. El equipo graba en Full HD y fue lo que le bastó al director Greg Yaitanes para convencerlo de usar esta tecnología, pero pronto descubrió muchos más beneficios. "Filmar con una cámara así tienen tantas ventajas para la televisión... empezando porque ya no hay que pensar en construir decorados en los que además haya que incluir espacio para tres cámaras, que son voluminosas. Contar con espacio extra es un verdadero lujo en un set", contó el realizador. De a poco, nuevas y viejas generaciones de personas vinculadas con los contenidos audiovisuales se van aggiornando. La octava temporada de “24”, la apertura de los últimos cuatro años de “Saturday Night Live” y numerosos episodios de "Hawaii Five-0" fueron grabados con una cámara digital reflex.

El cine también sucumbió al encanto de estos equipos, aunque en la mayor parte de los casos se utilizaron para filmar escenas puntuales en las que resultaba más útiles que los artefactos tradicionales. La lista incluye títulos muy populares como"Cisne negro", "Los Vengadores", “Iron Man 2”, "127 horas", "Whiplash" y la versión "Mucho ruido y pocas nueces" de Joss Whedon.

Youtubers. La revolución que están viviendo estos sectores tradicionales de la creación de contenidos es mucho más pronunciada en los nuevos formatos para contar historias, como YouTube, Vine o Snapchat. Los youtubers, la flamante generación de jóvenes que crean sus propios contenidos en la red social de videos de Google, saben desde hace tiempo que no necesitan grandes presupuestos para triunfar y ganar dinero. En la mayoría de los casos, todo lo que se requiere es una cámara HD que puede encontrarse en el mercado por menos de 5000 pesos, un programa de edición que puede costar 200 dólares en una versión profesional aunque hay versiones gratuitas con las funcionalidades básicas suficientes y una conexión a Internet para poder subir el material terminado a YouTube. Ni siquiera se requiere una instrucción formal: todas las celebridades digitales reconocen que aprendieron a filmar y editarse viendo tutoriales en esta misma plataforma y que en muchos casos aplican la técnica de la prueba y el error. Sólo con eso, los youtubers más populares alcanzan cifras impensadas. El sueco Pwediepie recaudó entre 2014 y 2005 nada menos que 12 millones de dólares con su canal sobre videojuegos.

Incluso cuando alcanzaron este nivel de popularidad, siguen siendo ellos mismos los que están al frente de sus producciones. En el caso de Vine, la red de videos de seis segundos que se repiten en loop , las ganancias son menores pero también los buenos contenidos grabados con equipos caseros y bien editados son redituables. El líder del segmento es Andrew B. Bachelor, mejor conocido como KingBach, produce clips de humor y es seguido por 11.5 millones de personas. La última red social de moda, Snapchat, es aún más radical en su abordaje: sólo se puede utilizar la cámara del teléfono, sin posibilidad de retomas o ediciones.

A diferencia de YouTube, ni Vine ni Snapchat tienen un programa de recompensas a cambio de publicidad, pero las empresas cierran acuerdos puntuales con los creadores de contenido para que promocionen determinados productos o se les paga para que aparezcan en eventos y fiestas.

¿Serán acaso los teléfonos, las cámaras reflex y las webcams herramientas de democratización para una nueva era en la creación de contenidos? Sólo se sabrá con el tiempo. Por lo pronto, hoy sus ventajas económicas son el motor de una tendencia que podría revolucionar la industria.

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por Tomás Balmaceda

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